Las elecciones legislativas que se llevan adelante hoy en los Estados Unidos también incluyen una serie de referéndum a nivel estatal sobre distintas cuestiones. La discusión acerca de la legalización de la marihuana en California fue uno de los temas más debatidos antes de los comicios. En Texas se lleva adelante una polémica similar, pero en torno al alcohol, informó el sitio web AlDiaTX.com.

Los habitantes del condado de Dallas se acercan también a las urnas para dirimir la posibilidad de apoyar las propuesta 1 y 2, relacionadas con el consumo de bebidas espirituosas. Y mientras los comerciantes se encuentran esperanzados en alcanzar el voto positivo en ambas, parte importante de la población ya expresó su desacuerdo.

Ambas iniciativas apuntan a que la actual "ley seca" que rige sobre el 66% de la ciudad sea vetada, a partir de permitir el expendio de alcohol para consumo privado.

La Propuesta 1 apunta a viabilizar "la venta legal de cerveza y vino para consumo solamente fuera del establecimiento", es decir, más allá de la comercialización en bares y restaurantes, hoy prohibido.

Por su parte, la Propuesta 2 permite "la venta legal de bebidas alcohólicas mezcladas (cócteles) en restaurantes sólo por los poseedores de un certificado de comidas y bebidas". Esta iniciativa acabaría con un requisito que rige desde hace setenta años y que señala que un cliente que desea beber alcohol en la parte "seca" de Dallas debe llenar previamente una solicitud que le permita pertenecer a un club privado, situación que, para los comerciantes, desanima a los compradores y a los inversionistas.

Los comerciantes esperan que la ciudadanía apoye las iniciativas. Entre sus beneficios destacan la posibilidad de que revivan los restaurantes locales y se instalen nuevos y lujosos establecimientos, además de realtar el aumento en la recaudación de impuestos para el gobierno local.

No obstante, la revitalización comercial no es lo único que preocupa a los habitantes. Por el contrario, creen que este tipo de medidas va en detrimento de la salud, sobre todo de los más jóvenes. Para el abogado Andy Siegel, la Propuesta 1 incentivará la "invasión" de expendios de vino y cerveza en los barrios y no generará las ganancias calculadas a nivel oficial.

"Apenas esta semana el ayuntamiento anunció que ya hay 2.000 solicitudes para la venta de cerveza y vinos si la Propuesta 1 pasa", sostuvo Siegel. Y agregó: "Nuestros vecindarios se verían colmados por estos negocios".

Por su parte, la Iglesia Protestante también alzó su voz contra las medidas. El reverendo Jerry Christian, de la Interfaith Coalition, opinó que fomentarán el alcoholismo y ofrecerá más posibilidades a los jóvenes para conseguir bebidas de manera ilícita. Y aseguró que el ayuntamiento simplemente no tendrá los recursos para evitar que los menores obtengan licor, ya que él cree que muchos comerciantes no dudarán en surtirlos también para ganar "unos cuantos dólares más".

En tanto, el concejal Steve Salazar sostuvo que teme por la "propagación de comercios donde muchachas en bikini inviten a los automovilistas a comprar cerveza", situación que considera "de mal gusto" para las familias.