Conozca y detecte a tiempo las señales de alarma y factores de riesgo que pueden llevar a los adolescentes al consumo de drogas. El mejor “blindaje”, o factores de protección, que un joven puede tener ante el consumo de alcohol, tabaco y drogas es una convivencia adecuada y el apoyo mutuo de su familia.

Jacobo Fox Inzunza, director del Centro de Integración Juvenil (CIJ) explicó que en ese sentido, es fundamental que los padres y madres de familia promuevan y transmitan en todo momento actitudes y valores que les ayuden a resistir de una mejor manera los riesgos y a la vez, enseñar y reforzar estilos de vida saludables.

“Algunos adolescentes experimentan el consumir alcohol, tabaco u otras drogas, por influencia de sus amigos, por curiosidad o por la falta de información confiable sobre el tema”, dijo.

No siempre es sencillo detectar el consumo de las sustancias, mencionó, ya que esto puede confundirse con las emociones propias de la etapa como alegría, tristeza, enojo con comportamientos “extraños” en su forma de ser.

Resaltó que no significa que un joven que haya probado estas drogas sea adicto, pero está en riesgo de convertirse. Ya que las personas que consumen sustancias comienzan a sustituir intereses, actividades y amigos, por situaciones donde las drogas adquieren un significado importante.

Fox Inzunza señaló que hay tres principales señales de alarma, cambios personales, físicos, en la escuela y en su tiempo libre.

En los primeros, modifica su estado de ánimo, muestra falta de concentración o interés por actividades diarias, dice mentiras, sale sin permiso o a escondidas, pide dinero prestado con frecuencia o tiene dinero inexplicablemente.

Otro detonante es que utiliza inciensos y desodorantes para su recamara, así como perfumes fuertes o pastillas para el aliento.

En los cambios físicos indicó que son señales cuando el joven descuida su vestimenta, apariencia e higiene personal; pierde peso corporal, presenta mirada perdida, ojos rojos y nariz congestionada.

Mientras que en la escuela disminuye su desempeño académico, no entra a clases ni se interesa por las actividades escolares, deportivas u otras que antes le interesaban.

“Si tiene alguna sospecha, lo recomendable es primero mantener la calma porque eso le ayudará al padre de familia a pensar con claridad. Después se pueden hacer preguntas directas, muéstrese seguro y transmita comprensión hacia cualquier posible respuesta.

“Luego mencione los cambios que ha notado y que le han causado preocupación. Hable de sus sospechas, pero no afirme o acuse directamente a su hijo de consumir alguna droga y es importante que le señale que lo quiere y que desea junto a él una solución”, recomendó.

El doctor comentó que de confirmar el consumo de alguna sustancia es fundamental tomar una actitud solidaria y comprensiva pero mostrando la desaprobación al consumo.

Fomente una mayor convivencia y comunicación con su hijo, señaló, busque asesoría profesional, acuda al CIJ ubicado en la colonia Álamos.

Proteja a sus hijos del consumo de drogas

Platique con su hijo sobre los daños y consecuencias del alcohol, tabaco u otras drogas y las maneras de prevenir el consumo de estas sustancias en situaciones difíciles.

Motive a su hijo a tener amistades positivas y oriéntelo sobre algunas alternativas divertidas contrarias al consumo de alcohol, tabaco o drogas. Por ejemplo, que practique algún deporte o alguna actividad artística.

Refuerce lazos afectivos y emocionales con sus hijos, hágale sentir cariño, aceptación, respeto y que cuentan en todo momento con su apoyo.

Aclare y fomente reglas contrarias al uso de drogas dentro y fuera de su hogar.

Conozca y participe en las actividades de sus hijos, tanto las de diversión como de la escuela o el trabajo.

Señales de alarma

Cambios personales. Modifica su estado de ánimo, muestra falta de concentración o interés por actividades diarias, dice mentiras, sale sin permiso o a escondidas, pide dinero prestado con frecuencia o tiene dinero inexplicablemente, utiliza inciensos y desodorantes para su recamara, así como perfumes fuertes o pastillas para el aliento.

Cambios físicos. Descuida su vestimenta, apariencia e higiene personal; pierde peso corporal, presenta mirada perdida, ojos rojos y nariz congestionada.

Escuela y tiempo libre. Disminuye su desempeño académico, no entra a clases ni se interesa por las actividades escolares, deportivas u otras que antes le interesaban.

Si tiene sospechas

Mantenga la calma

Hable con su hijo

Muéstrele cariño y apoyo

Solicite ayuda profesional

Efectos de las drogas

Anfetaminas y metanfetaminas

Ejemplos de metanfetaminas: crystal, ice, tabletas, capsulas y comprimidos de color variado.

En dosis altas pueden ocasionar actos violentos, irritabilidad, agresividad y ansiedad.

El uso crónico provoca estados de desnutrición debido a la pérdida del apetito

Pueden presentarse accidentes vasculares cerebrales como ruptura de vasos sanguíneos en el cerebro, trombosis cerebral, entre otros.

Inhalantes

Son sustancias químicas, toxicas y volátiles, se usan inhalados por la nariz o aspirados por la boca y afectan tu salud mental y física

Ejemplos. Gasolina, limpiadores de calzado, removedores de pintura, desodorantes en aerosol e insecticidas.

Estas sustancias tienen un efecto depresor importante en el Sistema Nervioso Central.

Los efectos físicos no son agradables: diarrea, vomito y accesos de tos frecuentes. Se manifiesta lenguaje farfullante, visión doble, mareo, dolor muscular y una “resaca” después de que desaparecen los efectos.

En algunos casos los efectos son totalmente depresores y hay intentos de suicidio.

Alucinógenos

Son drogas que alteran la mente, pueden hacer que veas y escuches cosas que en realidad no existen y además afectan la salud mental y física

Afecta la forma de pensar, de sentir y de comportarse, modifica la percepción, distorsiona y da ilusiones visuales y auditivas, aparecen imágenes visuales aun con los ojos cerrados, se distorsiona el sentido del tacto y se experimentan efectos de extrañeza del cuerpo y del medio ambiente.