Durante la inauguración del III Simposio de Al-Anon y Alateen para Profesionales, la esposa del presidente Felipe Calderón subrayó la importancia de que los adolescentes y jóvenes también se ayuden entre sí para evitar situaciones de ese tipo pues, dijo, 'los queremos felices y decidiendo en favor de su libertad y su bien'.

En el Castillo de Chapultepec, Zavala de Calderón hizo énfasis en que el consumo de alcohol representa el primer paso para iniciarse en el mundo de las drogas.

Luego de destacar los esfuerzos de Al-Anon y Alateen para que los alcohólicos superen esa enfermedad, dijo que esa acción también contribuye al bien de todo el país.

Señaló que “la persona que es adicta no puede sola. Lo sabe desde luego la persona que es adicta, aunque muchas veces lo niega, así como los familiares”, ante lo cual se requiere comprensión, solidaridad y compromiso.

Zavala de Calderón resaltó que las adicciones dañan y quitan las cosas queridas como a los amigos, porque cuando alguien adquiere una adicción se une a otro grupo de personas.

Hoy, dijo, “hay una presión social muy fuerte para tomar alcohol o consumir drogas”. El hecho, destacó, es que la bebida es un camino casi seguro para las drogas.

En ese sentido subrayó que “si antes un alcohólico no llegaba a esas sustancias era porque no había el acceso a ellas”.

Sin embargo ahora hay un acceso tan sencillo que lamentablemente cuando voltean ya están inmersos en ese mundo.

En su oportunidad, Mauricio Hernández Avila, subsecretario de Prevención y Promoción a la Salud, externó que en México existen casi medio millón de personas con dependencia de las drogas y unas cuatro millones al alcohol.

Asentó que el alcoholismo no sólo afecta a quien bebe sino a toda su familia, e indicó que Al-Anon y Alateen -grupos de familia- son un ejemplo de cómo la solidaridad entre quienes sufren un problema permite encontrar respuestas efectivas a través del apoyo mutuo y de compartir experiencias y soluciones.

“Ustedes representan la opción de esperanza y ayuda para las familias que hoy en día padecen las complicaciones que se presentan cuando algunos de sus miembros sufre algún problema de dependencia de sustancias”.

“Las adicciones y el alcoholismo son un serio problema de salud pública por su impacto social y su alta incidencia y porque se inician en edades cada vez más tempranas. Los daños ocasionados no son sólo en la salud física y mental del individuo, sino también en el ámbito familiar y social”, remarcó.

El funcionario recalcó que la familia de una persona con adicciones está más expuesta a problemas de violencia, desintegración y carencias económicas. “La familia sufre los estragos del consumo de manera más inmediata y directa”.

Además la familia de consumidores tiene riesgo de sufrir un nivel de estrés psicológico severo, así como otros múltiples problemas de salud, anotó Hernández Avila.