
COORDENADAS
Los 'intocables' y el gasto.
10/11/2009
Enrique Quintana
Enrique Quintana
No, no crea que hablo de Eliot Ness y los mafiosos. Se trata de los rubros que parecen tener blindaje en el gasto público.
Cuando dicen que quieren recortar 80 mil o 100 mil millones de pesos, en realidad lo que están diciendo no es que los vayan a ahorrar, es que van a reasignar ese dinero o, en otras palabras, que van a quitarlo al Gobierno federal para darlo a los estados.
Cuando el Gobierno federal dice que está dispuesto a ajustarse si también lo hacen los estados y los otros poderes, en realidad lo que está diciendo es que no está dispuesto a ser trasquilado por los diputados priistas... aunque poco puede hacer para evitarlo.
En esta discusión de a dónde deben ir los dineros públicos hay una serie de premisas que a fuerza de repetirse parecen indiscutibles, pero que en ocasiones son totalmente falsas.
1.- El gasto social debe crecer. El Gobierno tiene un catálogo enorme de programas sociales, algunos muy buenos, y otros francamente incoherentes. No se puede generalizar y decir que es positivo que crezca el gasto social. Por cierto, éste ha crecido a una tasa anual media de 4.4 por ciento entre 2003 y lo presupuestado para 2010, frente a un 3.8 por ciento promedio para el gasto total.
2.- El gasto de inversión pública es positivo por sí mismo. Los datos hasta el tercer trimestre del año nos indican que la inversión pública creció en términos reales en 175 por ciento respecto al 2003, lo que significa un promedio de 18 por ciento anual. Sin embargo, aquí también puede haber muy malas decisiones, como esas que construyen carreteras que nadie usa o, en el otro extremo, excelentes proyectos que mejoran la productividad de la economía en general.
3.- El gasto que realizan los estados y municipios es mejor que el de la Federación. En realidad, en materia de ineficiencia y corrupción, en todos lados cantan bien las rancheras. La diferencia, en todo caso, es que el nivel de transparencia del gasto federal es mucho mayor que el realizado por la mayoría de las entidades, lo que no permite evaluar con precisión el efecto que tiene el dinero que desembolsan los estados.
4.- Pagar buenos sueldos en el sector público es malo. Ha existido una satanización de los salarios altos de funcionarios públicos. Si el nivel de sueldo corresponde a la responsabilidad y, sobre todo, al valor que cada persona agrega a la administración pública, sería mejor tener un sector público bien pagado, pues reflejaría la elevada contribución de sus funcionarios. El problema es que la mecánica que tenemos hace que se pague igual a los buenos, a los regulares y a los malos. Y, por eso mismo, desincentiva el trabajo de calidad.
5.- Que no hay manera de mover cerca del 90 por ciento del gasto público, que ya es "irreductible". Pues sí, si se da como un hecho que modificar ese gasto implicaría mover contratos colectivos y, eventualmente, cambiar leyes, en efecto, no puede moverse. Es como el de Luz y Fuerza del Centro, si no se hubiera tomado la decisión de extinguirla, las decenas de miles de millones pesos de subsidio serían gastos inamovibles. La realidad es que, con decisión, casi todo el gasto puede cambiar.
Las discusiones reales que vamos a ver en el Congreso van a ser algo así: "Te cambio dos programas de Sedesol por una carretera" o "Dame más para Oportunidades y va un extra para este programa para el campo".
Dice el viejo adagio: el que tiene más saliva traga más pinole, y este caso no será la excepción.
La estructura del gasto para 2010
(Miles de millones de pesos)
Servicios personales 829.1
Pensiones y jubilaciones 306.5
Subsidios 291.6
Entes autónomos 13.1
Gastos de operación y admón. 110.6
Pidiregas 73.8
Combustibles 31.9
Inversión física 490.0
Otros 251.3
Total gasto programable 2,397.9
Fuente: SHCP
Fuente: Reforma
Categoría: INDICADORES ECONOMICOS Y PROSPECTIVA
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