NOTICIAS RECIENTES - INFOALCOHOL
Gravando el pecado.
27/10/2010
Julio Serrano
La Iglesia lo castiga con penitencia. El gobierno con impuestos. Me refiero, por supuesto, al pecado. ¿Cómo puede el gobierno gravar el pecado? Este es simplemente el nombre que se le ha asignado a los impuestos relacionados con vicios como cigarro, alcohol, juego y comida chatarra.

La tendencia alrededor del mundo, incluido México, es que los gobiernos recurran cada vez más a este tipo de impuestos para generar ingresos y disuadir a sus ciudadanos de incurrir en comportamientos nocivos.

Desde hace años, el pecador más castigado por el gobierno mexicano ha sido el fumador. El gravamen que han tenido que pagar los adictos al cigarro ha ido aumentando con el tiempo hasta representar hoy 70 por ciento del precio de venta de una cajetilla. Ahora el Congreso está considerando un nuevo aumento que incrementaría este porcentaje a casi 76 por ciento .

Los impuestos que pagan las bebidas alcohólicas en nuestro país también han ido subiendo. Y la comida chatarra, dentro de la que se incluyen los refrescos, aún cuando no ha sido gravada de manera significativa, podría ser el siguiente “vicio” en la mira impositiva del gobierno. En lo que respecta al juego, la lotería nacional representa uno de los mayores impuestos posibles, sobre todo siendo el gobierno quien la organiza.

No es que sea mojigato, pero veo muy positiva la actitud del gobierno hacia actividades “pecaminosas”. Muchos dirían que el gobierno no tiene que meterse en la manera en la que la gente decide vivir su vida y que castigar desproporcionadamente a los viciosos con impuestos especiales es discriminatorio e injusto. Yo difiero.

Para empezar, las consecuencias del comportamiento vicioso no se limitan al pecador. Fumar, por ejemplo, afecta también a quienes optan por no hacerlo debido al humo secundario. Casi todas las actividades relacionadas con esta definición de pecado impactan de manera considerable las finanzas públicas (y por tanto a todos los contribuyentes, incluyendo a los “bien portados”) a través del sector salud. Tratar males asociados al cigarro, por seguir con el mismo ejemplo, cuesta al sector salud más de 50 mil millones de pesos al año. Y qué decir de la obesidad. Además, el gobierno requiere levantar recursos para financiar su gasto público. A nadie le gusta pagar impuestos. Pero si tuviéramos que escoger uno, ¿no es castigando el pecado una de las fuentes más atractivas para hacerlo?

Subir estos impuestos tiene la ventaja adicional de ayudar a los pecadores a modificar su conducta. Entre más caros son los cigarros, menos gente fuma. Lo mismo sucede con la comida chatarra, el juego y el alcohol. El gobierno recauda ingresos y actúa como buen samaritano.

Fuente: Milenio    
Categoría: FISCAL    





Realiza una búsqueda


Realiza tu búsqueda por año
2021
2020
2019
2018
2017
2016
2015
2014
2013
2012
 
Categorías
Alcohol en general
Legislación
Medicas e investigación
Tipo de producto
Temas relacionados con la industria