De acuerdo con la información proporcionada por los expertos del Consejo Nacional contra las Adicciones, el alcoholismo no es curable, ya que, por mucho que el alcohólico haya dejado de beber, siempre se prevé que pueda sufrir una recaída. De ahí que se diga que la lucha es constante, ya que el enfermo debe evitar, a toda costa, las bebidas alcohólicas.

Sin embargo, el alcoholismo es tratable, y para ello pueden utilizarse diversos programas de tratamiento, valiéndose tanto de la consejería como de medicamentos que ayuden al alcohólico a dejar de beber.

Un punto cierto es que la mayoría de los enfermos de alcoholismo requieren de ayuda para dejar de lado el vicio. Es por eso que no basta con los tratamientos, ya que el apoyo de la gente que lo rodea es indispensable para que el enfermo pueda dejar de beber y reconstruya su vida.

Existen diversos tipos de medicamentos para ayudar al bebedor a dejar de hacerlo. Usualmente se comienza tratando a la persona con benzodiacepinas durante los primeros días tras haber dejado de beber, sin embargo, deben estar perfectamente controladas y no ir más allá de los primeros días ya que este tipo de fármacos pueden ser adictivos.

Otro medicamento aplicable es el naltrexone, el cual, combinado con la consejería, reduce la necesidad de beber alcohol, y auxilia paraqué el enfermo no tenga una recaída.

De acuerdo con Conadic, no existe una “píldora mágica” ni ninguna clase de medicamento que proporcione una solución en general. No obstante, se sigue investigando para desarrollar nuevos tratamientos.

Finalmente, los tratamientos contra el alcoholismo, en general, aunque dependiendo de cada persona, tienen resultados satisfactorios. Sin embargo, tal y como con otras enfermedades crónicas, los niveles de éxito dependen de otros factores, ya que existen personas que dejan de beber definitivamente y otras que, simplemente, por más tratamientos que se les apliquen, no lo consiguen. (Fuente: Conadic)