Al presentar su reporte semestral “Perspectivas económicas: las Américas”, el FMI revisó a la alza, por segunda ocasión en menos de dos semanas, su pronóstico de crecimiento para la economía mexicana en el 2010 y estimó que el PIB será superior a 5 por ciento.

Ello, a pesar de la desaceleración económica durante el segundo semestre, toda vez que la economía será impulsada por el repunte de la demanda interna en la segunda mitad del año y por los precios favorables del petróleo.

No obstante, el FMI advierte: “La brecha del producto sigue siendo importante y se cerrará de manera gradual dadas las limitaciones de las políticas dirigidas a promover la demanda”.

Al interior del informe sugiere: “A pesar de la existencia de una brecha del producto todavía significativa, México deberá proseguir sus esfuerzos encaminados a consolidar las finanzas públicas ante la perspectiva de una baja de los ingresos petroleros, así como reforzar el clima de negocios para impulsar la inversión privada”.

Según el documento, pese a que el crecimiento excederá 5% este año, “los riesgos para las perspectivas se mantienen a la baja”.

Pues “atentaría sobre la recuperación de México un eventual deterioro de la confianza de los consumidores en Estados Unidos como resultado de la debilidad del sector vivienda y el empleo”.

Consolidación fiscal

Para el FMI la política fiscal que se administra en México está “debidamente centrada en la consolidación, en vista de los riesgos de mediano plazo para los recursos fiscales. Dada la incertidumbre en torno de la producción petrolera futura, los planes de consolidación fiscal de las autoridades para el 2011 son apropiados”, precisa el reporte.

Los expertos de la entidad refieren que los esfuerzos deben concentrarse en adquirir espacio presupuestario que pueda ser utilizado en el futuro.

El análisis también se refiere al riesgo de que la banca limite el crédito a los mexicanos.

“Dado que más de 80% de los activos del sistema bancario nacional está en manos de bancos globales, la aplicación de mayores exigencias de capital como resultado de la reforma regulatoria del sector financiero mundial podría generar efectos secundarios sobre el crédito en México”, puntualiza.

Esgrime: “Esos posibles efectos secundarios son limitados debido a que los bancos globales operan a través de filiales”.