Lo anterior porque en dos años, más de mil 200 chóferes de taxis, microbuses y transportes de carga dieron positivo a los exámenes de dopaje y alcoholemia que aplicó el Centro para el Fomento de la Educación y Salud de los Operarios del Transporte Público de la Ciudad de México AC. (Cenfes).

Por ello, a estos conductores les fue negada la obtención de la licencia para prestar el servicio y fueron exhortados a asistir a un centro de rehabilitación.

Rocío Mejía, directora de la asociación civil, explicó que la droga más consumida es la mariguana, seguida por las anfetaminas, “sobre todo, para resistir las largas jornadas de trabajo”.

La directora sostuvo que esta situación se ha presentado sólo en el uno por ciento de los 120 mil operadores que han asistido al Cenfes y agregó que los principales problemas de salud para los choferes son la obesidad y los problemas en la visión.

Armando Quintero, titular de la Secretaría de Transportes y Vialidad (Setravi), aseguró que la constitución de esta asociación civil, que practica pruebas a los choferes del transporte publico para evaluar su salud y capacidad, ayudó a sustituir el viejo sistema donde 14 empresas llevaban a cabo esta tarea y había problemas de corrupción.

Por otra parte, el funcionario adelantó que ya está en proceso la producción en serie de las unidades del Metrobús, 42 de las cuales estarán listas para noviembre y cuyo enganche fue solventado por la administración local con los bonos del programa denominado “Chatarrización”.

Dichos bonos van hasta los 100 mil pesos, y son entregados por el gobierno capitalino a los concesionarios de microbuses para que sustituyan sus unidades. En el caso de quienes participarán en el proyecto del Metrobús se les otorga para que den el enganche de los que serán sus nuevos vehículos.

Quintero aseguró que para diciembre estarán listas las 12 unidades restantes; reiteró que se mantienen las negociaciones con los concesionarios de las rutas 1, 3 y 88 para lograr un acuerdo.