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México en su Bicentenario: ¿Hacia el fin de la parálisis?.
05/10/2010
Jorge Ocaña
Así que, lo que básicamente haré es comentar algunas cosas generales sobre la situación económica de México ahora. Y, quizá, empezando por destacar algunas cosas elementales, que no por ser conocidas, dejan de ser importantes.

Muchísimas gracias.

Muchísimas gracias, señor Reid, por esta invitación.

Y me alegra mucho el poder estar, nuevamente, con este distinguido grupo de personalidades, de expertos, de formadores de opinión, empresarios.

Y tengo entendido que la clave de este ejercicio es, básicamente, el poder tener un intercambio de preguntas y respuestas.

Así que, lo que básicamente haré es comentar algunas cosas generales sobre la situación económica de México ahora. Y, quizá, empezando por destacar algunas cosas elementales, que no por ser conocidas, dejan de ser importantes.

La primera es que México es un país que se ha distinguido por observar un comportamiento muy responsable en el manejo de las finanzas públicas. Esto llegó a ser una afirmación que se podía aplicar, prácticamente, a la mayoría de los países desarrollados o relativamente en desarrollo en el mundo, hasta hace unos años, yo diría, hasta antes de la crisis económica de 2009.

Sin embargo, aún con todo y la crisis económica de 2009, México perseveró en su disciplina, en su responsabilidad en el manejo de las finanzas públicas. Y aunque eso implicó, en su momento, un costo importante de carácter político para el Gobierno, que tengo el honor de encabezar, finalmente, hoy este tema sigue redituando los frutos esperados.

Ciertamente, México adoptó una política fiscal responsable, desde hace por lo menos una década y media, pero sostenerla en los momentos de dificultad y adversidad, como los que vivió nuestro país en la crisis de 2009, la mayor crisis económica, después de la Gran Depresión de los 30, es, sin duda alguna, un mérito y un activo que vale la pena recordar para México.

En lo personal, tengo muy presente la circunstancia que se veía y que vivimos el año pasado. Yo no sé cuándo sería la última reunión de The Economist, no sé si sería en estas fechas, pero déjenme ubicarme prácticamente en estas fechas.

El año pasado yo acababa de presentar un Presupuesto Fiscal 2010, una propuesta de Ingresos y de Presupuesto, en la que proponía una serie de nuevas contribuciones y de mayor recaudación tributaria; especialmente, una contribución para los que menos tienen, así se llamó, que implicaba un gravamen de 2 por ciento a lo largo de toda la demanda, de todo el consumo; incrementos en impuestos especiales, empresas y tarifas de bienes públicos y otras.

Una serie de medidas políticamente muy dolorosas, muy complejas, muy difíciles de tomar para un gobernante, que lo que buscaban era evitar, precisamente, que México tuviese un déficit fiscal que le fuera a generar graves problemas al país.

Lo que buscamos era una salida para la difícil situación de finanzas públicas que se había vivido con la crisis. Se los platico, porque, yo recuerdo en las reuniones del Grupo del G-20, a las que me ha tocado asistir, y particularmente aquellas de 2009, la discusión entre los participantes se planteaba como una disyuntiva.

Es momento de diseñar estrategias de salida, exit strategies, se decía en aquel entonces, o es necesario perseverar con expansiones contracíclicas del gasto público para estimular la economía en momentos de crisis.

Para mis adentros, aquellas reuniones eran sumamente complejas, porque en el caso de México, francamente no teníamos alternativas.

A nuestra caída de ingresos públicos terriblemente marcada por la depresión que vivimos, recuerden ustedes que la economía mexicana cayó 6.2 por ciento el año pasado, se sumó una caída todavía más grave en ingresos públicos, todavía más peligrosa, que fue una caída de la recaudación preveniente de la producción petrolera de México.

La producción de Petróleos Mexicanos cayó, más o menos 200 mil barriles diarios en un año, que es el último peldaño de una baja de más de 600 mil barriles en seis años, producto del agotamiento de nuestro principal yacimiento petrolero, de Cantarell.

Cantarell llegó a producir cerca del 63 por ciento de la producción total de petróleo en México. Al agotarse naturalmente el yacimiento de Cantarell, se agotó, también, una fuente que parecía infinita de recursos, y perdimos el equivalente a 200 mil barriles diarios, tan sólo entre 2009 y 2010.

Eso me llevaba a mí a la conclusión de que para México no había alternativas. O diseñábamos una estrategia de salida a la política expansionista, contracíclica de 2009, o diseñábamos una estrategia de salida a la política expansionista de 2009. No había tal cosa de seguir con los estímulos fiscales, porque ya conocemos muy bien en México la historia, la hemos vivido varias veces, las crisis de finanzas públicas, de déficit público, que se traducen muy rápidamente en crisis de balanza de pagos, y se traducen muy rápidamente en otra crisis económica de fatales consecuencias.

Entonces, lo que decidimos fue hacer algo que no se requiere, que es lo básico en finanzas públicas y en finanzas de las empresas, pero que es, me parece, sentido común para mucha gente: aumentar los ingresos y reducir los gastos, precisamente, para mantener manejable la situación del Gobierno.

Y eso hicimos. Qué hicimos del lado de los ingresos. Se los he relatado. Proponer una iniciativa fiscal muy difícil de procesar, pero finalmente que era lo necesario, con un alto costo político, que implicó, incluso, una merma en el enorme respaldo que tiene el Gobierno mexicano.

Y del lado del gasto, propusimos reducciones muy importantes. Probablemente algunos de ustedes recordarán que propuse, por ejemplo, desaparecer tres Secretarías de Estado. La primera vez que se hacía una propuesta de esa naturaleza en el Gobierno mexicano.

Propuse y pusimos en práctica un severo problema de ajuste en el gasto público. De hecho, se habla mucho de la expansión del gasto corriente en México, pero la expansión del gasto corriente en México, está asociada a variables que son imposibles de derogar. Concretamente, la expansión del pago de pensiones del personal en retiro, tanto de las empresas privadas como de las públicas, que por la pirámide demográfica, tiene un comportamiento expansivo.

El gasto corriente asociado a la contratación de decenas de miles de nuevos médicos y enfermeras, porque hemos aumentado la cobertura de seguridad social, más o menos, de 60 millones de mexicanos al inicio de mi Gobierno, a casi 90 millones de mexicanos en este momento, y vamos a alcanzar la cobertura universal hacia el final de mi Administración, cobertura universal de salud.

Más gasto corriente asociado a maestros, sobre todo, porque hemos aumentado la cobertura educativa, particularmente la universitaria, de 24 por ciento de cobertura, a casi el 30 por ciento de cobertura universitaria, a pesar del aumento de la población en edad de estudios universitarios.

Pero el gasto corriente del cual sí prescindimos fue el gasto operativo de las dependencias, y el tamaño mismo de las estructuras centrales de las dependencias del Gobierno Federal que tuvieron una significativa reducción.

Y, quizá, la medida más importante, no sólo por su número, por su consideración numérica, sino por su importancia y su señal, fue la liquidación de Luz y Fuerza del Centro, el año pasado, que implicó un ahorro a las finanzas públicas de casi 50 mil millones de pesos, que serían un poco menos de cinco mil millones de dólares ahora por año, y creciendo, y con lo cual no sólo hubo un ahorro a las finanzas públicas, sino también un aumento en la eficiencia del suministro de energía eléctrica en la zona Centro del país.

La Comisión Federal de Electricidad, por ejemplo, ha materializado nuevos servicios sobre casi 200 mil solicitudes que estaban sin atender, desde viviendas populares, hasta fábricas o centros comerciales en todo el Centro del país, que no tenían servicio eléctrico regular por las ineficiencias de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro.

Esas fueron las medidas que tomamos. Y eso, finalmente, nos ha redituado, afortunadamente, méritos. Yo ahora lo valoro mucho más, cuando veo, además, lo que ocurrió con otras economías que considerábamos, no sólo muy fuertes, sino, incluso, admirables.

Yo recuerdo que hace tres años o cuatro, Irlanda, por ejemplo, era un paradigma mundial, era un ejemplo de lo que teníamos que hacer, era la regla que había que seguir. Y yo ahora, cuando veo el déficit fiscal de Irlanda, ya le perdí la cuenta y creo que se acabaron los ceros para observarlo, cuando veo el boquete que tiene en su problema bancario, y cuando estimo todos los años que tendrán que pasar antes de que Irlanda pueda recuperar el paso, me preocupa mucho lo cerca, no lo cerca, pero la ruta que pudo haber seguido México.

Y lo mismo es cuando observo el caso de Grecia, Estados de países mucho más desarrollados que México, con mayor ingreso per cápita que México, pero que ahora tienen un riesgo país considerable, más alto que México, y que tienen mayores dificultades, por ejemplo, de colocación de sus propias deudas.

Por cierto, les doy la primicia, que seguramente ya saben. Hace un poco más de 10 años el Gobierno mexicano era incapaz de colocar bonos de mediano, ni siquiera a tres o cinco años. Luego se fue regularizando ese mercado. Yo recuerdo, cuando fui Director de BANOBRAS, en 2003, se empezaron a colocar bonos a 10 años, que fue toda una novedad, y luego ya hacia final del Gobierno del Presidente Fox, y ahora conmigo se colocaron bonos a 30 años con cierta facilidad.

Y el día de hoy, la Secretaría de Hacienda colocó mil millones de dólares a 100 años, del Gobierno mexicano, lo cual constituye la mejor colocación de deuda a ese plazo. No sé si la única, pero es la mejor operación financiera de ese tipo, lo cual refleja, a mi juicio, la condición de fortaleza de las finanzas públicas, ya no en opinión de un Presidente de la República que defiende su política, sino en opinión de los mercados, que son capaces de apostar a todo un siglo de manejo de la deuda mexicana a una tasa cercana al 6 por ciento.

En fin. Tenemos una gran solidez financiera que ha sido, no condición suficiente, pero sí condición necesaria para la recuperación económica.

Estamos en plena senda de recuperación. Ese es mi tema recurrente. Por eso me agrada mucho el título que le pusieron a esta reunión, de: Fin de la Parálisis. Por lo menos en temas económicos, y por lo menos en las cifras económicas, México ha salido de la crisis económica y está en franca recuperación.

Así lo demuestran, por lo menos así lo demuestran los datos. Cuál es el último dato que tenemos de crecimiento en México. El último dato de crecimiento es el del segundo trimestre de este año, probablemente pronto estarán por salir los del tercer trimestre, pero tenemos una tasa de crecimiento económico del 7.6 por ciento en el segundo trimestre del año, que es una de las mayores tasas de todo el Continente, y también, es una de las mayores tasas que haya tenido México, probablemente desde el año 96 o 97.

En materia de empleo, que es la materia que a mí me importa más, también los datos son muy alentadores. Si medimos los datos netos de empleo formal, aquí enfrente de nosotros, al lado de este hotel están las oficinas del Seguro Social y ahí se registra el número de empleados formales. No es una encuesta, como pueden ser, por ejemplo, los datos de desempleo, que forman parte de la Encuesta Nacional de Desempleo.

Es un dato puntual, preciso, del número de personas, con nombre y apellido, que pagan una cuota obrero-patronal al Seguro Social y, en consecuencia, están registrados; y no me refiero sólo a los empleos nuevos que se han generado, sino que, descontándole a los empleos nuevos el número de bajas, renuncias o liquidaciones que se han registrado en el año, entre enero y septiembre se han creado en México 721 mil nuevos empleos netos, que es una tasa equivalente, es la más alta del siglo, por lo menos lo puedo decir. En el año 2000 hubo un número muy parecido, como 500 empleos más; y es la más alta en diez años y la segunda más alta, probablemente, o la tercera más alta de la historia de México.

De manera tal que éste es un dato, también, muy significativo. Puedo comentar lo mismo de las exportaciones, particularmente las automotrices, que han tenido tasas de crecimiento superiores al 60 por ciento este año, las exportaciones. Y las exportaciones en general, han sido también muy positivas.

Las reservas internacionales de México también, a pesar de que tuvimos fuertes presiones sobre el tipo de cambio en plena crisis, hoy México tiene las reservas internacionales más altas de su historia, 108 mil millones de dólares, que equivalen a más del doble de la deuda externa del sector público, por lo menos del Sector Central, más del doble de nuestra deuda externa.

De manera tal que hay datos muy alentadores para nosotros. La recuperación de los empleos ha sido mucho más rápida que en crisis anteriores; la recuperación, por ejemplo, respecto de la crisis de 1994, tomó 16 meses, desde que se pudo recuperar el punto más alto de empleo, previo a la crisis.

Aquí, en México, nos tomó 11 meses para recuperar el punto más alto de empleo previo a la crisis. Y de hecho, ya estamos 120 mil empleos por arriba de ese número más alto, o bueno, desde que se pudo conformar una U, muy clara en las tasas de empleo.

Por otra parte, amigas y amigos, México también está ganando en competitividad; es decir, algo pasó en el mundo, pero hay, finalmente, un nuevo arreglo en los sectores industriales, particularmente en manufacturas.

Las empresas tuvieron que hacer un nuevo ajuste. Las empresas tuvieron que adaptarse en el mundo a jugar globalmente en un mercado distinto, con condiciones distintas, y los países también tuvimos que ajustarnos, algunos casos de manera deliberada, otros de manera espontánea, pero nos ajustamos todos.

En el caso de México hubo factores promovidos por el Gobierno, de política pública y, también, hubo factores externos a los del Gobierno para ese ajuste.

Entre los factores externos, por ejemplo, está el propio tipo de cambio, que afortunadamente tenemos y hemos mantenido una política de tipo de cambio libre, y eso nos ha ayudado notablemente a amortiguar los vaivenes de la crisis global.

Tuvimos en este periodo una depreciación importante. Ustedes recuerdan el peso mexicano contra el dólar estaba alrededor de 10 pesos por dólar, ahora está alrededor de 12.50 por dólar. Por cierto, una cifra que en México durante décadas fue mágica, 12.50 por dólar, y que tuvimos una depreciación.

Lo interesante, amigas y amigos, es que tuvimos en México, quizá, por primera vez, pudimos asimilar una depreciación, que resultó muy competitiva para el segmento productivo mexicano, sin que se tradujese en una inflación y, sobre todo, en una inflación incontrolable, como se vivió en el 76, en el 82, en el 87 y, desde luego, en el 94-95.

Hoy tuvimos una depreciación importante. No se tradujo en una inflación. Y tenemos una economía muy estable. De hecho, a pesar de que hubo un ajuste fiscal importante, con un aumento, por ejemplo, en los impuestos al consumo de uno por ciento en promedio y de aumento en precios y tarifas del sector público, incluyendo combustibles; la inflación en México es del orden del 3.57 por ciento, era uno de los últimos datos, y está, incluso, por debajo de las previsiones del Banco Central.

Y en términos de política pública, además del efecto de tipo de cambio, también ha habido factores que han incidido en una mejora real de la competitividad de nuestro país. Qué factores son estos. Por ejemplo, un muchísimo mayor gasto en infraestructura, particularmente en infraestructura carretera, portuaria y aeroportuaria, que está mejorando las condiciones logísticas del país.

Segundo. Políticas sectoriales, que a veces pasan desapercibidas en las noticias, pero que cuentan. Por ejemplo, a pesar de que la privatización de la industria ferrocarrilera, de los ferrocarriles, se hizo hace, no sé, yo creo que unos 20 años en México; sólo hasta el año pasado logramos poner de acuerdo a las dos compañías que operan en México: Ferronales y Kansas, para tener puntos de interconexión a tasas razonables.

Era absurdo que dos empresas que compiten entre sí, pero que tienen necesidad de interconexión, no se dejaran una a otra interconectarse, sino a precios realmente exorbitantes. Hoy tenemos un acuerdo entre compañías ferrocarrileras, un acuerdo competitivo, razonable, justo.

Y eso, parece que no, pero son cosas que van contando en elevar la competitividad y, hoy por hoy, es considerablemente más barato y más rápido colocar mercancías viniendo de Asia o de todo el Pacífico, a través del Puerto de Lázaro Cárdenas o de Manzanillo, que en Estados Unidos, que colocarla a través de Long Beach o del Puerto de Los Ángeles. Hoy México es más competitivo, incluso, en esos factores logísticos.

Estamos haciendo inversiones carreteras muy importantes. Yo solía decir en tono de broma en mi campaña electoral, que para cruzar por el Centro del país mercancías del Pacífico al Golfo, había que pasar necesariamente por la Ciudad de México y necesariamente por el Circuito Interior, o jugársela por el Viaducto, digamos, y pasar un puente donde se atoraban todos los tráileres que podían atorarse. Creo que hoy se atoró otro, por cierto.

Y lo que hemos hecho es, por ejemplo, el Arco Norte de la Ciudad de México, que conecta, desde Querétaro, casi, o desde la Carretera a Querétaro hasta muy cerca de la Carretera a Puebla, o en la Carretera a Puebla; con lo cual se ahorran horas y horas de transporte y de gasolina y de contaminación.

Y hemos hecho ejes, por ejemplo, también en Chiapas. Hoy puede circularse en mucho poco tiempo, realmente desde la frontera en Tapachula, o Puerto Madero, en Tapachula; hasta Coatzacoalcos, por una carretera que le ahorra horas considerables al conductor, sea particular o de transporte.

La carretera que hicimos en Chiapas, por ejemplo, no sólo ahorra casi una hora en un tramo que se recorría antes en tres, sino que era tan peligroso el tramo de carretera ese, de curvas, y colinas y despeñaderos, que la carretera tenía el nombre de La Sepultura, por la cantidad de cruces y tumbas que había en la carretera.

La verdad, hemos hecho un gran trabajo en infraestructura, no es por nada, y eso también yo creo que ha repercutido en la competitividad del país.

Otro tema que yo creo que ha repercutido, es el tema, aunque es muy polémico, pero yo creo que está repercutiendo, y repercutirá más el tema de telecomunicaciones.

Durante años, México, prácticamente, dejó sus mercados totalmente cerrados en materia de telecomunicaciones. Había sólo un gran jugador, que era TELMEX y, finalmente, se fue abriendo ese mercado poco a poco. Entró IUSACELL, hace tiempo, pero finalmente este Gobierno se ha propuesto licitar una gran cantidad de frecuencias y alternativas en telecomunicaciones.

Licitamos, por ejemplo, la fibra óptica de toda la red, 22 mil kilómetros de red, de Comisión Federal de Electricidad, que hace posible que haya, en lugar de una sola red central, un solo backbone, una columna vertebral, como se le llama en la jerga técnica de telecomunicaciones. Ahora tenemos tres columnas vertebrales de telecomunicaciones en todo el país; la propia de TELMEX.

Una columna vertebral, propiedad de Comisión Federal de Electricidad, que renta sus servicios de enlace, y con la licitación de parte de la fibra óptica de Comisión Federal de Electricidad, ahora tendremos una tercera red de interconexión nacional que va a acelerar notablemente las telecomunicaciones.

Hemos licitado frecuencias que estaban disponibles, la banda de 1.9 gigahertz, de 1.7 gigahertz, con lo cual, hemos obtenido recursos para el Estado de cerca de cinco mil millones de dólares. Pero además, hemos puesto sobre la mesa a más competidores, de tal manera que hoy que les platico hay ya cuatro competidores centrales en telefonía móvil e Internet, que se van a disputar, verdaderamente en términos competitivos, un mercado creciente, como es el mexicano. Es el propio Telmex-Telcel; es Iusacell, que estaba presente; es Telefónica, que compró una parte muy importante de la banda 1.9 y es, finalmente, Nextel, que entró en la banda 1.7. Con lo cual, estamos configurando un mercado más competitivo.

En la banda de 2.5 gigahertz estamos negociando con los actuales concesionarios, que es básicamente MVS, que tenía esos 190 Megahertz para televisión restringida con una tecnología que está en desuso. Estamos negociando con ellos para poder disponer de esos 190 megahertz para proveer Internet de Banda Ancha, básicamente, ya no sólo WiMax, sino tecnologías de última generación, LTE, creo que se llama, por sus siglas, aunque yo odio las siglas y los acrónimos y los tengo prohibidos en mi Gobierno, porque luego nadie se acuerda qué significan, pero con esta tecnología vamos a dar un salto verdaderamente de acceso a mayor número de mexicanos. En fin.

El hecho es que por razones endógenas a política pública o por razones exógenas, como es las variaciones en el tipo de cambio, cambios estables en depreciación del tipo de cambio, México fue ganando competitividad, y así lo demuestran varios indicadores.

Qué indicadores tenemos.

Por ejemplo, el AT Kearney, que es una consultora que constantemente está haciendo monitoreos sobre la competitividad de los países, determinó que, en su estudio de inversiones globales, México pasó del lugar número 19 al lugar número 8 en el Índice de Confianza de Inversión Extranjera Directa, con todo y los problemas y la imagen de México, y las comparaciones que se hacen con nuestro país, de los lugares más insólitos y más inhóspitos del planeta. La verdad, es que México es muy competitivo y muy productivo, y ocupó el octavo lugar en términos de confianza de inversión extranjera directa.

Acaba de salir, y les sugiero que lo consulten, el Índice Global de Competitividad Manufacturera 2010, que hace Deloitte, junto con el Consejo de Competitividad de Estados Unidos, y en este Índice, México ocupa el séptimo lugar más competitivo en la producción de manufacturas, por arriba de países como Alemania, Canadá, Singapur, Polonia. En fin.

Ellos prevén que podemos, incluso, rebasar a Japón próximamente, de acuerdo con los factores que examina este Índice.

Hay otro Índice, también, al cual México acaba de ingresar, que es, precisamente, el Índice de Bonos Gubernamentales de Citicorp, de Citigroup, que México es considerado en este WGBI. En fin. Este Índice de Bonos Gubernamentales de Citicorp, como el primer país latinoamericano y el tercer país emergente, en términos de confiabilidad de su deuda.

Y creo que la colocación, hoy, de mil millones de dólares a 100 años, a esta tasa de seis y pico por ciento, refleja, verdaderamente, la solidez y la confianza que generan las finanzas públicas.

En cuanto a mí, un factor que a mí me interesa, por ejemplo, que ya no depende ni de consultoras, ni de encuestas, sino que es revelador de qué grado tenemos de confianza y de competitividad, es la participación de las empresas mexicanas en el market share de importaciones de Estados Unidos.

Por qué razón.

Porque durante 10 años, México fue perdiendo espacio frente a importaciones de China, o de India, o de Brasil, a Estados Unidos; por falta de competitividad de nuestros productos.

En el último año, México ha pasado de menos del 10 por ciento del total de participación de mercado en las importaciones americanas, al 12.3 por ciento de participación de mercado; lo cual refleja una ganancia de competitividad desde la perspectiva de los consumidores americanos frente a China, Brasil e India. Incluso, con el Secretario Ferrari, cuando estaba en ProMéxico, hicimos otro indicador, el indicador del refrigerador, y nosotros hicimos mediciones de costo, y un refrigerador fabricado en México y puesto en un supermercado en Estados Unidos, resultaba nueve por ciento más barato que un refrigerador fabricado en China y puesto en el mercado de Estados Unidos. De manera tal que eso explica la enorme ganancia que estamos teniendo en competitividad en el mundo.

Déjenme decirles, por cierto, que China, también, emitió hace poco, ningún país latinoamericano lo ha hecho, China emitió, también, a 100, no sé si a 100 años, pero emitió en 96, 100 millones de dólares a 100 años, pero los emitió. Ese bono está colocado a una tasa del nueve y pico por ciento, de tal manera que el nuestro resulta, en este momento, más competitivo.

Termino diciéndoles, amigas y amigos, a reserva de sus preguntas y comentarios.

Mi tema de preocupación respecto de la economía no es sólo el comportamiento de la economía de Estados Unidos. Es una economía que apenas se está levantando y naturalmente trastabillea, está severamente golpeada y con un consumidor altamente endeudado. A mí me parece lógico que pase un plazo hasta que el consumidor, realmente, comience a desendeudarse, y en consecuencia, tenga tasas altas de ahorro y tasas bajas de consumo.

Pero a final de cuentas es una economía que, aunque a menor ritmo, va a tener crecimiento, y así sea un crecimiento pequeño, modesto, de Estados Unidos, se refleja, realmente en una gran oportunidad para México.

Realmente el motivo de mi preocupación estaría o de mi ocupación, más bien, en lo que es el mercado doméstico mexicano y la propia confianza de los consumidores. Y me parece que es explicable.

Yo cuando les digo que estamos en franca etapa de recuperación, y hemos superado la crisis, es porque crecimos al 7.6 por ciento en el segundo trimestre. Cuando les digo que hemos recuperado los empleos, y estamos creciendo en empleo, es porque tengo las cifras del Seguro Social, que me dicen que llevamos 721 mil, tan sólo este año, netos.

Sin embargo, la gente aún no lo percibe en sus bolsillos. La gente aún sigue pensando o sintiendo que tiene un empleo que no es el que le satisface, con un salario que no es el que les satisface. O bien, si ustedes hacen una encuesta, mucha gente sigue pensando, no sólo que seguirnos en crisis, sino que seguimos en el peor momento de la crisis y, más aún, que no hay solución a la crisis.

Es decir, hay un abatimiento, digamos, de la expectativa de los consumidores que hay que revertir, un abatimiento del ánimo nacional, que se refleja en la economía y en muchas otras cosas, y que me parece que es un tema medular para trabajar.

Por qué razón.

Porque esa percepción, a la vista de los datos que les acabo de comentar, no corresponde en realidad a lo que está ocurriendo.

Y sí creo que, por las razones que se quieran, no quiero especular ahora, porque luego me meto en líos, pero finalmente la información o la percepción que tiene la gente es de un increíble pesimismo.

Y eso es, no sólo una variable resultante de la realidad que vivimos, sino también es una variable endógena, como dicen los matemáticos o los economistas. Por qué razón. Porque en la medida que el consumidor no tenga una percepción clara de lo que sí está ocurriendo, que es recuperación económica, el consumidor inhibe su propia capacidad de consumo.

Y la parte más importante del lado de la demanda en la ecuación económica, es el consumo de las personas, no es el gasto público. Si una persona tiene miedo o tiene una incertidumbre del presente y tiene una gran preocupación, si esta persona quiere cambiar un refrigerador, tiene dinero para cambiar el refrigerador, pero tiene miedo, no va a ir a comprar el refrigerador.

Y lo mismo, si está cansado de su coche, quería regalarle un coche nuevo a su esposa, o a su esposo, y tiene el dinero para hacerlo, y tiene los créditos y los modelos, si esa persona sigue, realmente, desalentada acerca de lo que pasa en la economía no va a comprar ese coche.

O si alguien quiere cambiarse de casa, porque le gusta otra, porque tiene el dinero para hacerlo y porque tiene crédito, mientras siga teniendo una expectativa negativa no va a cambiar de casa.

Y, en consecuencia, todo esto repercute en el mercado de bienes duraderos, en el mercado automotriz y en el mercado de vivienda y, en general, en todo el sector doméstico de la economía.

De aquí, que para mí resulte tan alentador, que, también, el día de ayer el Índice de Confianza del Consumidor en México, por ejemplo, ya observó un repunte importante. Todavía ese índice que tiene como año base el 2003, todavía nos muestra que estamos al 90 por ciento de lo que fue el 2010, o sea, en el índice estamos en 90 puntos.

Y si vemos en confianza de compra de bienes duraderos estamos, incluso, no recuerdo bien la cifra, probablemente en casi 80; es decir, todavía tenemos mucho qué hacer en informar a la gente cuál es, con objetividad, la situación económica que está viviendo México.

Pero, en síntesis, yo puedo decirles, y con base en lo que les acabo de comentar, que México está en franca recuperación económica. Y no sólo eso, que la resultante de la crisis económica del 2009 ha arrojado una economía mexicana mucho más competitiva, mucho más ganadora, con base en los factores por los que ha pasado México, entre otros, la depreciación cambiaria, pero no sólo eso, ni principalmente, sino también las políticas públicas que se han implementado:

Desde más y mejor infraestructura, desde la desregulación económica que hemos impulsado desde el Gobierno, que no comenté, la reducción de aranceles, por cierto, que tampoco comenté y que vale la pena.

Antes de la crisis, México tenía un promedio de aranceles del 13 por ciento. En la crisis, yo recuerdo, también, las reuniones del G-20, de que todos los países salíamos siempre con una declaración casi solemne y que era copy paste de las declaraciones anteriores, que era un rechazo enérgico al proteccionismo y la urgencia que se termine la Ronda de Doha. Pero saliendo de la reunión, por lo menos 15 de los 20 países que estábamos ahí, ponían medidas proteccionistas y subían sus aranceles.

La verdad, es que el caso de México no fue así. En plena crisis redujimos los aranceles del 13 por ciento promedio, a menos del cinco por ciento promedio. Y contra el pronóstico de que eso iba a quebrar las empresas mexicanas y a sacarnos del mercado, hoy las empresas mexicanas, particularmente en manufacturas, son de las más competitivas en el mundo. Hoy las empresas mexicanas están creciendo en sus exportaciones y son un motor poderoso, por el cual la economía mexicana está saliendo adelante.

Finalmente, diré. Tenemos problemas, por supuesto, en otros frentes, particularmente en el tema de la seguridad, pero son problemas que estamos aplicándoles soluciones de fondo, que estamos enfrentando y que vamos a resolver. Y que la economía mexicana, hoy por hoy, es una economía fuerte, es una economía en crecimiento; es una economía en recuperación, es una economía que está generando empleo.

Y espero que, en la medida que sigamos aplicándonos en transformar esa economía, en hacer medidas administrativas, en reformas que hacen falta, esta economía será, como muchos lo pronostican, una de las economías más competitivas y una de las economías más grandes y con mayor potencial en las próximas décadas.

Muchísimas gracias por su atención.

Y estoy a sus órdenes para sus preguntas.

-MODERADORA: Hace uso de la palabra el señor Michael Reid, Editor para las Américas de la Revista The Economist.

-SR. MICHAEL REID: Muchas gracias, Presidente.

Estamos triplemente agradecidos con usted.

Primero. Porque vino aquí y nos hizo el honor de cerrar esta Conferencia, larga, intensa y de mucha calidad, y es la mejor forma posible de cerrarla.

En segundo lugar. Por su disposición de recibir preguntas.

Y en tercer lugar. Por sus observaciones, porque creo que ha colocado a muchos de los logros y cualidades de México que a veces es fácil obviar en este momento. Es verdad.

Yo voy a resumir muy brevemente algunos de los temas que surgieron en el transcurso del día, y después le voy a hacer algunas preguntas.

Empezamos mirando el mundo y la economía mundial, en un momento de múltiples incertidumbres, pero hay una incertidumbre de muchos economistas, que Estados Unidos, enfrentan varios años de crecimiento debajo de la tendencia anterior, y eso apunta para la importancia de que México no tirará la toalla en Estados Unidos, como usted bien dice, pero que piensa en alternativas y luego le preguntaré de eso en un segundo.

Un tema constante e insistente durante todo el día del público aquí presente fue de la importancia cardinal de la reforma educativa en México, de mejorar la calidad de la educación pública, vez tras vez surgió como una prioridad máxima.

Y en ese contexto, se habló también, había un panel sobre el tema de innovación, en la forma en que los focos de innovación más importantes en el mundo están pasando al mundo en desarrollo, pero lamentablemente no lo suficiente América Latina todavía. Es mucho más la China y la India.

También ha habido una sesión sobre el manejo de ciudades. México y América Latina es una zona muy urbanizada, por supuesto y, la importancia del transporte público, sobre todo, en razón del transporte público en ciudades sostenibles, y como medida de inclusión social y de eficiencia económica, no.

Y en la tarde tuvimos, usted retó a México a debatir el tema de la regularización de la droga y debatir el tema de la seguridad. Hicimos un debate aquí, y creo que usted estaría interesado en escuchar que hicimos una votación y salió, por abrumadora mayoría a favor de que sí se puede y se debe combatir y derrotar a los cárteles en México.

Entonces, y al final había una discusión sobre la dificultad, pero no la imposibilidad de hacer reformas en México. Entonces, estoy consciente de que el tiempo es corto.

Entonces, en la economía usted contestaba una parte de esa pregunta, de cómo compensar un crecimiento menor en Estados Unidos, con medidas de desregulación por un lado. Y por otro lado, contestaba negativa la posibilidad de otras medidas de estímulo.

Pero claramente, México va a tener que hacer más en casa para estimular el crecimiento, escuchamos la falta de vínculos entre exportación y el resto de la economía. Del derecho de que a pesar de que México es una economía muy abierta en el comercio de bienes, todavía en energía hay muchos sectores regulados como energía, o en servicios y no transables donde no están abiertos.

Qué contesta usted a eso. Y qué se puede hacer para profundizar.

-PRESIDENTE FELIPE CALDERÓN HINOJOSA: Bueno, son muchísimos temas y qué bueno que los recorrió todos.

Uno es la calidad educativa. Es una preocupación que por supuesto comparto, y sin embargo, lo que yo plantearía en dos cosas: Una es lo que hemos hecho y otro lo que debemos hacer, y casi que lo plantearía como pregunta.

Respecto de lo que hemos hecho, hicimos un acuerdo hace dos años con el sindicato de maestros, que se dice fácil, pero es un sindicato que tiene como un millón y medio de agremiados, es el mayor sindicato de América Latina; y tiene una base muy sólida y, ciertamente, se puede ignorar esa realidad, pero sigue estando ahí.

Y, por lo mismo, creo que lo más conveniente es, precisamente, fue llegar a un acuerdo con los maestros, que nos permitiera elevar la calidad educativa. En ese acuerdo nos pusimos de acuerdo, valga la redundancia, o establecimos varios compromisos:

Uno. Es mejora de la infraestructura educativa.

Dos. Es un enfoque hacia la calidad de los propios maestros.

Tres. Es un compromiso por la evaluación educativa que no se hacía en México.

Cuatro. Es el propio concurso de las plazas magisteriales.

Y quinto. Es el tema de la reforma de la llamada carrera magisterial.

Digo, más o menos en desorden, pero que hemos hecho. Aunque no es una tarea que corresponda al Gobierno Federal, a mi cargo, porque en México se descentralizó la educación desde el año 1992, tengo entendido.

El Gobierno se ha abocado a arreglar las escuelas públicas en todo el país, particularmente, las más pobres, las escuelas que no tenían baño, o lo tenía en malas condiciones, la cancha que estaba rota, los vidrios rotos, los techos en mal estado, etcétera.

Y hemos reparado, en poco más de dos años y medio, más o menos, 32 mil escuelas públicas en el país; lo cual, además, por cierto tiene, como dicen los economistas, externalidades positivas, porque implica una fuente de ingreso en una gran cantidad de núcleos de población que no tendrían ese ingreso.

Dos. Establecimos por primera vez en México una reforma que parece trivial pero no lo es, es una verdadera reforma estructural, que es el concurso de las plazas magisteriales; es decir, parte del origen o del problema de la falta de calidad educativa es que las plazas magisteriales en México se heredaban o se compraban, esa es la verdad, era un asunto patrimonial del maestro y del sindicato.

Hoy se concursan las plazas, y en estos dos años, del acuerdo, llevamos concursadas 60 mil plazas magisteriales. Es decir, hay 60 mil nuevos maestros de educación básica que en lugar de obedecer a una relación de compadrazgo o de haber comprado su plaza, o de ser hijos o sobrinos de otro maestro, ganaron su lugar porque son mejores que otros maestros y saben más, y eso se hace a través de un examen de oposición, que es una reforma que va rendir frutos, seguramente no ahora, sino en el mediano plazo, pero que es exactamente el camino que tenemos que recorrer.

Tres. Es la primera vez que en México se hace una evaluación de la educación a través de un parámetro general, que es la Prueba Enlace. Y hoy podemos saber todos, no sólo, desde luego, el padre de familia puede saber cómo salió el salón de su hijo, cómo salió comparado con el resto de las miles de escuelas del país. La escuela donde está su hijo, en matemáticas, en español, en lectura de comprensión, en historia, que fue el examen adicional de este año; cómo salió su Zona Escolar y no sólo el padre de familia, sino también la opinión pública puede saber cómo están las escuelas y cuáles son mejores que otras.

Asociado a ello, establecimos un nuevo programa que permite darle un apoyo económico, una especie de bono, un pago adicional a las maestras y los maestros que lograron hacer avanzar más a sus alumnos en el promedio escolar, con lo cual es la primera vez que se da un incentivo diferenciado a la calidad educativa.

Y, por otro lado, hemos trabajado muchísimo en cobertura. Yo, cuando llegué a la Presidencia, decía la cobertura en edad universitaria, por ejemplo, era de 24 por ciento. Yo tenía miedo de que como sigue creciendo la pirámide poblacional a esa edad, no sólo no lográramos sostener la cobertura universitaria, sino incluso, bajara en proporción al número de alumnos en esa edad. No sólo eso.

Hemos establecido en estos tres años, casi cuatro, prácticamente 85 nuevas universidades, más planteles o campus adicionales de otras, con lo cual hemos subido la cobertura universitaria del 24 al 30 por ciento, que era la meta que yo tenía para el fin de mi Gobierno. Lo mismo en educación media, en preparatorias o bachilleratos, donde lo hemos subido del 59 al 65 por ciento.

Hoy, en México esto no sólo es un factor que implica oportunidades para los jóvenes, sino también competitividad adicional para el país, porque hoy se están graduando, entre ingenieros y técnicos cada año. Una cifra, de cuánto será, Bruno, esto.

-SECRETARIO BRUNO FERRARI: Arriba de 90 mil.

-PRESIDENTE FELIPE CALDERÓN HINOJOSA: 90 mil, más o menos, 90 mil ingenieros o técnicos cada año, una cifra insólita y que no cualquier país, por cierto, es capaz de producir.

Qué más tenemos que hacer en materia de educación. Yo creo que muchas cosas, pero aquí me parece muy importante conocer lo que hayan discutido en esta sala y, desde luego, llevármelo de tarea, a sabiendas de que no es un tema fácil. Pero sí me importa subrayar lo que hemos hecho, que no se había hecho en México nunca, es la verdad, y que es muy importante hacer.

Por supuesto, que sí se puede y, sobre todo, sí se debe combatir al crimen organizado. Yo he insistido mucho, sobre todo, cuando hicimos los Diálogos por la Seguridad, con total apertura. Muy bien, señores. Yo estoy dispuesto a revisar la Estrategia en Materia de Seguridad que tanto me critican algunos. Muy bien. Pero una de dos. Yo pido varias cosas.

Primero. Que si la premisa mayor y elemental de que el Gobierno combate a los criminales está en discusión me lo digan con toda apertura, si, como dicen algunos, lo que está mal es que el Gobierno haya combatido o combata a los criminales, díganlo con toda claridad y asuman el costo político de eso.

Porque sí hay quien dice que lo que estuvo mal es que el Gobierno combatiera a los criminales, cuando, precisamente, lo que estuvo mal en México es que no se les tocó, por miedo, por comodidad y por esta técnica maravillosa de hacerse pato.

La verdad es que combatir al crimen es una premisa casi del tamaño del Principio de Sindéresis Ética, que yo aprendía, de haz el bien y evita el mal.

Segundo. Estoy dispuesto a revisar la estrategia, pero díganme concretamente qué cosa hay que hacer o qué cosa hay que suprimir.

Y me parece que lo que estamos haciendo, que es fortalecimiento institucional, que implica depuración y fortalecimiento de cuerpos policiacos, no sólo a nivel Federal que estamos haciendo la tarea, sino ahora el reto para mí mayúsculo es a nivel estatal. Ahí está la clave del éxito a mi manera de ver, los policías estatales.

-SR. MICHAEL REID: Y si me permite una interrupción.

Cuándo los mexicanos van a sentir que el Estado está empezando a ganar esta guerra.

-PRESIDENTE FELIPE CALDERÓN HINOJOSA: La verdad es que déjeme hablar de la estrategia, porque para mí sería muy presuntuoso decir quien va ganando o no.

Lo que sí le puedo decir es que hay una estrategia en campo que es, precisamente, el fortalecimiento institucional que se está cumpliendo.

Segundo. Hay un combate frontal a los criminales, y puedo asegurarle que cada vez que hay un enfrentamiento, por ejemplo, de las Fuerzas Armadas con criminales claramente no sólo se gana ese enfrentamiento, sino que el balance es muy positivo para las Fuerzas del Estado.

Tercero. Que el dato que más lastima a México son las cifras de homicidios que se cometen en el país, es una cifra muy alta; sin embargo, hay varios temas que se deben decir.

Uno es, primero, que lo que hemos observado, sobre todo en el histórico, es que la gran mayoría, puedo decir que somos capaces de analizar los indicios alrededor de un homicidio, y que en el 70 por ciento de los casos es relativamente ubicable la causa del homicidio, y que en ese 70 por ciento de los casos, más del 90 por ciento de las personas fallecidas han sido asociadas con de, una u otra manera, con criminales, desde distribuidores de droga, sicarios, estacas, como se llaman, halcones, soplones, colaboradores. En fin.

Tercero. Que en México hay un proceso de confrontación entre grupos criminales entre sí, más que entre éstos y la sociedad, o más que entre éstos y la autoridad, y que la gran mayoría de las muertes en México obedecen, precisamente, a esa confrontación.

Cuarto. Que si se analiza con objetividad las propias cifras de la violencia, para cualquiera las cifras que se han dado de 28 mil homicidios, son cifras verdaderamente alarmantes.

Si se toma como muchos toman en términos del país de que se trate, los términos relativos pueden ser distintos. En México con esas cifras tenemos más o menos un indicador de 13 muertos por cada 100 mil habitantes, es alto, sí, preocupante, sí, sí lo es, también.

Sin embargo, es México, aún con esas cifras, es uno de los cinco países con menor número de homicidios por cada 100 mil habitantes en toda América Latina. Tan solo en el triángulo del Norte de Centroamérica, Honduras, Guatemala, El Salvador, la cifra es de 76 homicidios por cada cien mil. Cuando comparaba yo con ciertos empresarios turísticos esa cifra, dijeron: es que nos vamos a ir a Jamaica, o a Dominicana, porque estamos preocupados; la cifra de homicidios en Jamaica es de 62 homicidios por cada cien mil. Y la cifra de otros países, Colombia, que mi amigo el Presidente Uribe, tuvo un gran éxito en materia de combate a la delincuencia, la cifra de homicidios en Colombia es de 38 por cada 100 mil.

Y en Brasil, que es el gran paradigma y el gran atractivo, hay que reconocerlo y felicitarlos a nivel mundial; Brasil tiene 22 homicidios por cada 100 mil, casi el doble que México.

Rio de Janeiro tiene, incluso, una cifra de casi 80 homicidios por cada 100 mil, con lo cual, la constituye en una de las ciudades más peligrosas de toda América y, sin embargo, se lleva los Juegos Olímpicos y la Copa del Mundo para organizarla. Yo creo que hay que poner en perspectiva.

Y tercero. Estamos haciendo una, bueno, en otro orden numeral, estamos haciendo una política efectiva de combate. A mí me parece inapropiado decir a contrapelo de lo que percibe la gente. Se oiría muy presuntuoso y no tendría la credibilidad que se necesita en esta materia, de ponerme a decir algún comentario alegre de lo que usted me está preguntando. Sí le puedo decir, que tenemos la estrategia correcta, que la estrategia correcta está poniéndose en práctica, que es una estrategia necesariamente de largo plazo y que va a dar el resultado que esperamos.

De hecho, aún en términos parciales, a sabiendas que va a tener un número, que las cifras de violencia, probablemente persistirán durante algún tiempo; estas propias cifras de violencia están implicando un debilitamiento estructural, por lo menos un proceso de inestabilidad y conflicto interno muy severo, y de desgaste entre los propios cárteles.

Y que, incluso, las cifras que llegaron a su pico en el mes de junio de este año, han comenzado a descender en agosto, respecto de julio, y en septiembre respecto de agosto, incluso, un descenso de casi 23 por ciento.

No digo que sea una tendencia. Probablemente tengamos sobresaltos y puedan volver a subir; pero el hecho es que tenemos una estrategia en pie, el Estado está avanzando y vamos a recuperar plenamente el control de las instituciones públicas en México, que es el elemento clave para esto.

Finalmente, en energía. El único comentario que puedo hacer es uno que hice. En la vinculación de exportaciones y el resto de la economía. Yo creo que pocos países o pocos gobiernos han hecho el esfuerzo de financiamiento y asesoría de pequeñas y medianas empresas, que hemos hecho en México.

Probablemente hemos asesorado unas o apoyado financieramente a unas 200 mil pequeñas. Tú tienes el dato más preciso. 208 mil pequeñas y medianas empresas en estos años, que han recibido crédito y además, asesoría, tan simple desde cómo llevar una contabilidad, cómo pagar impuestos o cómo hacer una campaña elemental de mercadotecnia.

Y esto nos ha permitido, verdaderamente, tener un sector de pequeñas y medianas empresas que sigue siendo el generador del mayor número de empleos en el país, y vincularlo necesariamente o en lo mayor posible a cadenas productivas vinculadas al sector exportador.

México sí está obviamente vinculado a Estado Unidos, pero nuestra estrategia no es quedarnos anclados en la mera dependencia con Estados Unidos. De hecho, México es el país o uno de los países que más acuerdos comerciales ha firmado con todo el orbe y tenemos un Acuerdo de Libre Comercio con Europa que es tan limpio y tan eficaz, digamos, con el acuerdo que tenemos con Estados Unidos.

Quizá al exportador mexicano por obvias razones le resulta más fácil venderle a la economía americana, que está a la vuelta de la esquina, porque es más fácil hacerlo, la verdad. Pero podría colocar sus productos en Europa y en otros países; en Japón, por ejemplo, en las mismas condiciones.

Y finalmente, en el sector energía. Yo reflexionaba hace unos días la colocación que hizo PETROBRAS, de setenta y tantos mil millones de dólares en el mercado internacional, hace unos días. Soy de la convicción de que PETROBRAS hizo las reformas correctas en la década de los 90, 99 concretamente, con Fernando Henrique Cardoso que permitió, precisamente pasos iniciales que llevaron 10 años después a PETROBRAS a hacer la cosa de colocación.

Nosotros dimos los primeros pasos con la Reforma de 2008, que claramente es una Reforma que necesita profundizarse, necesita concretarse totalmente, sobre todo, en la conclusión de los contratos incentivados que se permitieron con esa Reforma; pero debo decir, además, que si a mí me preguntan que si a mí me gustaría que PEMEX pudiera colocar 70 mil millones de dólares en el mercado internacional, en lugar de tenérselos que poner como presupuesto o deuda pública, diría: Por supuesto que sí.

PEMEX podría tener tanto o más éxito que PETROBRAS si nos decidiéramos, realmente a hacer una agenda de reformas que permitiera, verdaderamente, la transformación de la empresa en una verdadera empresa.

-SR. MICHAEL REID: Las preguntas no se han acabado, pero el tiempo sí.

Y con ese punto al final que usted nos dijo, creo que eso y varias otras cosas que ha dicho nos han dado algunas bases para esperar que el año que viene, cuando hacemos este evento, va a haber un poquito más de optimismo en México, y que hay algo que ha habido en los últimos tiempos.

Entonces, voy a pedir a ustedes que se queden en la sala, por favor, pero vamos a dar todos las gracias al Presidente por haber cerrado con broche de oro esta conferencia.

-PRESIDENTE FELIPE CALDERÓN HINOJOSA: Muy bien. Gracias.

Última modificación:

Martes, 5 de Octubre de 2010 a las 22:10 por Jorge Ocaña.

Fuente: Presidencia de la República    
Categoría: INDICADORES ECONOMICOS Y PROSPECTIVA    





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