
Política fiscal y crecimiento.
10/09/2010
Sergio Montaño Fernández
Sergio Montaño Fernández
Desde hace algunos años, los efectos de la política fiscal sobre el crecimiento económico ha recibido una especial atención en la Literatura, tanto en el terreno teórico como empírico, en particular desde mediados de los años 80 con el florecimiento de las teorías de crecimiento endógeno. Casi todos estos trabajos coinciden en que para financiar un determinado nivel de gasto público es preferible gravar el consumo en lugar de los rendimientos del trabajo o los rendimientos del capital físico. En lo empírico, la correlación entre la política fiscal y el crecimiento económico es controvertida.
En primer lugar, por la diversidad de resultados encontrados. Mientras algunos autores encuentran correlaciones estadísticamente significativas entre estas variables, en otros trabajos es difícil encontrar una estimación robusta de los efectos de las variables fiscales sobre el crecimiento económico. En segundo lugar, existen diferencias importantes en cuanto a las muestras y datos utilizados. Los resultados teóricos como empíricos indican que la composición del ingreso y gasto público es tan importante como el tamaño del sector público.
El financiamiento del gasto público productivo a través de impuestos no distorsionadores es la mejor manera de estimular el crecimiento económico, obteniendo aumentos permanentes de la renta per cápita a largo plazo. En ese sentido, existe consenso en la Literatura al respecto de que es preferible gravar con impuestos indirectos (consumo) que, por ejemplo, con impuestos al rendimiento del trabajo. Las alternativas disponibles de política fiscal contracíclica son aumentar el gasto público, reducir los impuestos o una combinación de ambas.
Existen estudios que sostienen que si bien una taza impositiva menor tiene un efecto en el crecimiento económico, éste por lo general es modesto y no garantiza que sea suficiente para que el recorte del impuesto se pague a sí mismo y, por tanto, se dará un deterioro en la actividad económica.
La reducción de impuestos puede ser vista como una medida que alienta el crecimiento, pero debe tenerse cuidado: la reducción de los ingresos incrementará el déficit y reducirá el ahorro; por tanto, el efecto neto de la disminución de impuestos será la suma de los dos momentos y el crecimiento dependerá de cuál de los dos tenga el mayor efecto. La política fiscal puede incidir en el crecimiento siempre y cuando los instrumentos de aplicación del gasto y la captación de los recursos observen determinadas características. En ese sentido es posible afirmar que hasta cierto límite la tasa de crecimiento y ahorro se incrementa cuando lo hace la relación gasto público-PIB, es decir, la política fiscal no sólo se refiere a una política de ingresos, sino que puede y debe cumplir con papeles económicos más amplios.
En forma independiente a la medianía de resultados que se esperan de Cancún, más temprano que tarde habrá un nuevo régimen internacional para confrontar el cambio climático.
Fuente: El Economista
Categoría: FISCAL
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