En promedio, en los 90 centros hay mil 800 internos. De estos, una tercera parte consumen algún tipo de droga o alcohol y sí necesitan el apoyo para estar internados, dijo.

Otros no lo requieren, dijo, una tercera parte está ahí “porque lamentablemente y a falta de otras instituciones, estos anexos se han convertido en depósitos de seres humanos. Ahí te vas a topar con lo que se conoce como niños y adolescentes ingobernables, hay también pacientes psiquiátricos”.

“No podemos tapar el sol con un dedo. Estamos trabajando duro ofreciendo esquemas de capacitación, vamos bien. Hay 40 ‘padrinos’ que recibieron un título de consejería, un diplomado de más de 120 horas, es decir, sí hay centros de tratamiento, personas que están trabajando bien, pero hay otros que están trabajando muy mal”.

En un caso, incluso, se presentó una denuncia penal ante la Fiscalía por una violación en contra de una de las internas que recibía atención.

“Lamentablemente hay centros donde estas cosas están ocurriendo. Debido a eso vamos a proponer la separación absoluta [de hombres y mujeres]. Muchas veces se revictimiza a la víctima, tanto hombres como mujeres, entonces prefieren guardar silencio y no nos informan de cuáles son todos los casos”, abundó.

Precisó que la gravedad es tal que se han registrado decesos dentro de los anexos, aunque no se tienen las estadísticas certeras.

“Hoy, hay alrededor de 35 que puedo llamar centros de tratamiento que operan con deficiencias, básicamente de infraestructura, que aún así están esmerándose para hacer bien las cosas, se están capacitando y están en un proceso de transformación”, dijo.

Sin embargo, hay otros 50 “padrinos” (directores) y anexos que se niegan a evolucionar, porque creen que su metodología es la correcta, pero actualmente hay otras prácticas apoyadas en la psicología que son más efectivas y que se pueden aplicar en Querétaro.

Al deplorar que algunas personas vean las preferencias sexuales como enfermedad, el titular del CECA comentó, sobre el caso de una joven que por ser lesbiana fue anexada, que el hecho de que un centro la hubiera aceptado bajo este criterio es repudiable.

“Esto de que se recetan los internamientos a diestra y siniestra tiene que terminar. Hoy hay otras opciones. Por ejemplo, el tratamiento gratuito que ofrecemos. Ahí, mediante terapias ambulatorias, es suficiente para que las personas dejen atrás el consumo”.