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Adicciones, responsabilidad de todos.
27/02/2017
Guillermo Tamborrel
Querétaro.- Para evitar que estos accidentes se vuelvan a repetir en lo que concierne a las autoridades, y particularmente a la Secretaría de Salud, te comparto estimado lector que desde hace ya algunas semanas lanzamos una campaña de concientización a los responsables de los establecimientos en comento. Se pretende visitar a todos ellos para hacerles ver el daño que ocasionan cuando suministran bebidas alcohólicas a menores. Esta campaña va acompañada de una segunda campaña en la que pretendemos concientizar al comerciante, al tendero, que vende alcohol y/o tabaco para que no le venda dichos productos a los menores de edad

@Comisionado del Consejo Estatal contra las Adicciones.

El fatal accidente del pasado fin de semana en el que un menor de edad en aparente estado de ebriedad salió conduciendo su vehículo de un restaurante bar de la avenida Bernardo Quintana y provocó un terrible accidente en el que un taxista —que estaba trabajando— choca y fallece, es sin duda una fuerte y dolorosa llamada de atención para todos. ¡Sí! ¡Para todos!

Aún y cuando los recursos de inspección de las diversas autoridades son en extremo limitados (no es humanamente posible poner un inspector o un policía en cada bar y antro del estado durante el tiempo en que estos están abiertos), los primeros que tenemos que revisar qué estamos haciendo mal o qué estamos dejando de hacer somos las autoridades ya que el hecho de que el menor saliera de un establecimiento con acceso al público indica varias anomalías; ¿Por qué le permitieron el acceso al menor solo?, y lo que es realmente grave, ¿por qué le sirvierón bebidas alcohólicas? Suponiendo que el menor haya mostrado una identificación falsa y “acreditara” ser mayor de edad, de todas maneras el establecimiento no debió servirle bebidas alcohólicas desde el momento en que lo percibiera pasado de copas. Finalmente también surge la pregunta; ¿Por qué el valet parking le entregó el vehículo?

Para evitar que estos accidentes se vuelvan a repetir en lo que concierne a las autoridades, y particularmente a la Secretaría de Salud, te comparto estimado lector que desde hace ya algunas semanas lanzamos una campaña de concientización a los responsables de los establecimientos en comento. Se pretende visitar a todos ellos para hacerles ver el daño que ocasionan cuando suministran bebidas alcohólicas a menores. Esta campaña va acompañada de una segunda campaña en la que pretendemos concientizar al comerciante, al tendero, que vende alcohol y/o tabaco para que no le venda dichos productos a los menores de edad.

El llamado de atención desde luego que es para con los papás y mamás y en sí para todo aquel que es responsable de un menor de edad. Es verdaderamente preocupante que un menor pueda estar “circulando por la calle” a las casi 6 de la mañana en aparente estado de ebriedad. No se trata de echar culpas pero sí de asumir responsabilidades, y en este caso hay una gran responsabilidad en quien le prestó el coche, le dio dinero y le permitió estar fuera de su casa a esa hora.

Asumo que el menor de edad no “bebió solo” por lo que el accidente también es un llamado de atención a quienes compartían con él. Me parece lamentable que dichas personas, que imagino eran sus amigos, no le impidieran conducir.

Accidentes como el descrito no se pueden volver a repetir, es inaceptable que esto ocurra. Personalmente me niego a pensar que mis hijos, mis amigos o yo mismo no podamos salir de la casa a divertirnos por el riesgo de ser literalmente asesinados por un borracho.

Endurecer las penas o sanciones no es la solución, quizá desincentiven a algunos pero no creo que sea suficiente; necesitamos reflexionar, actuar y apoyar las acciones a que haya lugar. Ya basta de pensar que la responsabilidad de educar a nuestros hijos “le toca” al gobierno o a la escuela. El hecho de proporcionar escuela a nuestros hijos no es suficiente; a nosotros, sus padres, es a quien nos corresponde educarlos y formarlos. Si para ello es necesario informarnos pues hagámoslo (hoy solo el 78 % de los papás y 82 % de las mamás platicamos con nuestros hijos sobre el consumo de alcohol y drogas y no todos tenemos la información adecuada y actualizada).

Los padres de familia cometemos un error cuando pretendemos enseñarles a beber alcohol a nuestros hijos menores de edad. Es un error el pensar que ellos entenderán que beber alcohol está bien si se hace en casa pero no cuando se está en otro lugar. El mensaje que realmente les transmitimos es que beber está bien cuando el mensaje debiera ser tajante: Los menores de edad no deben consumir bebidas alcohólicas por los daños que les ocasiona, daños que de momento no se ven pero que ahí están y además acumulándose, sobre todo en el cerebro (el cerebro de un menor de edad madura entre los 18 y 21 años de edad por lo que el alcohol le impacta severamente lesionando sobre todo las capacidades de aprender, tomar decisiones y de memoria). Por lo que permitir o servir bebidas alcohólicas a los menores es permitir la disminución de sus capacidades, es reducirles oportunidades en el futuro.

Fuente de los Deseos: Ojalá todos reflexionemos sobre este terrible accidente, sobre sus causas y sus consecuencias. Y lo que es más importante, asumamos nuestra responsabilidad y actuemos en consecuencia.

Fuente: El Universal / Querétaro    
Categoría: PROGRAMAS DE PREVENCION    





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