
COORDENADAS
Nos quieren ver la cara de...
25/08/2010
Enrique Quintana
Enrique Quintana
Los funcionarios de Pemex quieren que nos alegremos por el hecho de que vamos a importar petróleo. Es lamentable
Se trata, en este caso, quizá, del mejor ejemplo del fracaso del estilo de desarrollo del País.
En el año 2003, la producción de petróleo llegó a su pico y alcanzó un promedio de 3.37 millones de barriles de crudo al día.
En los primeros siete meses de este año, la producción es de 2.58 millones de barriles de crudo al día. Esto significa una caída de 790 mil barriles diarios, equivalente a un descenso de 23.4 por ciento en 7 años.
Muy pocas empresas en el mundo han tenido un desplome de estas magnitudes y eso es lo que está en el fondo de la discusión respecto a la intención de importar crudo.
Resulta que el sistema nacional de refinación se diseñó -sobre todo en la década de los 90- para refinar crudo ligero.
En 1996, el 52 por ciento del crudo producido por Pemex era ligero o superligero.
Esa proporción bajó a 28.4 por ciento en el año 2005. Y en los primeros siete meses del 2010 volvió a subir y se ubicó en 44.8 por ciento.
Detrás de la decisión de importar crudo (sólo falta la cantidad y la fecha) está el fracaso de los proyectos de explotación petrolera.
Pero también está el hecho de que la refinación de petróleo en México ha sido un muy mal negocio.
El año pasado, el resultado neto de Pemex Refinación fue una pérdida de 92 mil 445 millones de pesos. Entre 2007 y 2009, la pérdida acumulada es de 257 mil 500 millones de pesos.
Pemex Refinación es un desastre.
Y el señalamiento de que el uso de crudo ligero importado es una opción para evitar estos gigantescos números rojos es muy parcial.
La realidad es que el destino nos alcanzó.
Pero como el Gobierno de Calderón no quiere enfrentarse a los sindicatos (al igual que en el caso del SNTE) ha buscado una solución a medias, con el sindicato petrolero, en el caso de las pérdidas en refinación.
La solución ha sido un esquema en el que se intentan reducir las pérdidas en refinación usando un tipo de crudo adecuado a nuestras refinerías.
La realidad es que hemos perdido capacidad de producción.
Como le decía, el nivel más elevado al que llegó Pemex ocurrió en el 2003, con una producción diaria promedio de 3 millones 370 mil barriles de crudo.
En los primeros siete meses de este año, la producción media es de 2 millones 589 mil barriles por día.
Esto significa un descenso de 781 mil barriles diarios o 23.2 por ciento en apenas 7 años.
Con una caída de este tamaño todo ha hecho agua, desde los ingresos por exportación hasta la capacidad para abastecer a las refinerías.
Desde hace al menos una década se detectó que iba a ser imposible mantener las cuotas de crudos ligeros y se supone que hubo un gran proyecto de refinerías para adaptarlas al chapopote nacional.
Está muy bien que se importe el crudo para hacer que operen nuestras ineficientes refinerías.
Pero, por favor, que no nos quieran ver la cara de... ya sabe usted, argumentando que se trata de una estrategia para maximizar el valor económico de la empresa.
Si realmente esa fuera la indicación, jamás se hubiera planteado construir una refinería en Tula ni tampoco importar crudo, pues es decenas de veces más rentable económicamente invertir en producir.
Querer hacer uso de las refinerías es parte de los compromisos de la administración de Pemex, pero que no nos quiera dorar la píldora.
Fuente: Reforma
Categoría: INDICADORES ECONOMICOS Y PROSPECTIVA
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