
COORDENADAS
La economía de la legalización.
12/08/2010
Enrique Quintana
Enrique Quintana
Pareciera como si la discusión de la legalización ordenada del consumo de drogas fuera algo novedoso. No es así
La impresión de la novedad surge ahora que el Presidente de la República aceptó que es un asunto que tiene que debatirse.
En los círculos económicos, el tema es añejo, Milton Friedman proponía la legalización desde la década de los 50. Gary Becker, otro Premio Nobel de Economía, planteó lo mismo una y otra vez en la década de los 80.
En este espacio, le comentaba el 27 de julio de 2001: "Quienes han propuesto la polémica medida de legalizar y regular el consumo de ciertas drogas, como un mecanismo para combatir al narco, lo que están planteando es reducir la utilidad que deja el negocio, pues al ser una actividad lícita, los ingresos de los distribuidores de droga caerían verticalmente".
En el tema, no hay ningún descubrimiento del agua tibia, sino un simple reconocimiento de la historia.
A veces se nos olvida que el alcohol es una droga, lícita, pero droga al fin.
La solución a la actividad mafiosa que derivó de "la prohibición" en Estados Unidos al comenzar el siglo fue la legalización del consumo y venta de bebidas alcohólicas.
Ojo. Ni la prohibición incidió en la reducción del consumo ni tampoco su legalización. Los determinantes del consumo son otros y muy diversos.
¿Qué es lo que sucede cuando la venta de drogas ilícitas se legaliza y regula?
Lo más relevante es que el precio baja.
Pero, en este caso, tiene un punto a favor el argumento del Presidente Calderón.
Él señala que este efecto sólo se produciría si la droga fuera legalizada en el mercado dominante, el de Estados Unidos.
En la medida en que se mantenga la prohibición en la Unión Americana, aunque México legalice, probablemente el precio no baje.
Ciertas drogas, son, para todo fin económico, un commodity. Por esa razón, su precio no se determina en el mercado local, sino en los mercados dominantes, como el de Estados Unidos.
El efecto de la legalización sobre el precio bien podría no darse si México emprende individualmente esta decisión.
Y, evidentemente, el poder de las mafias y su capacidad corruptora podría no bajar en absoluto si el precio se mantiene, pues los ingresos serían tan o más elevados que los de ahora.
No sabemos bien a bien cuál puede ser el efecto de la legalización sobre la violencia.
En la medida en que el mercado local fuera legal, es probable que la violencia relacionada con el narcomenudeo y la disputa de territorios comerciales se redujera.
Sin embargo, si la venta de droga a EU fuera ilegal y, por lo tanto, hubiera -como en el pasado- una guerra por las rutas, entonces quizá pudiera haber aún áreas de intensa violencia.
Tampoco se sabe con certeza lo que ocurriría con otras actividades ilegales que desarrollan los grupos armados que han surgido alrededor del narco, como la extorsión o el secuestro.
No es seguro que la legalización implicara también la reducción de esos otros ámbitos delictivos.
Para los expertos norteamericanos, como Friedman o Becker, la lógica económica de la legalización era impecable. Pero, en un mercado que no es el dominante y en el que hay actividades colaterales de las mafias, las cosas ya no son tan claras.
Claro que si Estados Unidos legalizara, la historia sería completamente diferente y México podría subirse a ese tren.
Mientras no sea el caso, hay que tomar esa propuesta con pinzas.
Fuente: Reforma
Categoría: INDICADORES ECONOMICOS Y PROSPECTIVA
Categoría: INDICADORES ECONOMICOS Y PROSPECTIVA
