
COORDENADAS
Y ahora, ¿qué más?
20/10/2009
Enrique Quintana
Enrique Quintana
Salvo que haya sorpresas mayores, se pueden trazar ya los escenarios para el desenlace de dos procesos cruciales para el futuro
Los dos han atraído la atención pública de las últimas semanas: la liquidación de Luz y Fuerza del Centro, y el
paquete de cambios fiscales.
Empecemos con el segundo.
Quizá por la noche de hoy o la madrugada del miércoles se apruebe en el pleno de la Cámara de Diputados un
dictamen de la Ley de Ingresos que va a llevar un aumento de un punto al IVA sin modificar las tasas cero y
exenciones.
También habrá un alza de 2 puntos en las tasas del ISR y probablemente una modificación en materia de
consolidación fiscal, pero sin llegar a la virtual eliminación propuesta por Hacienda.
En el Código Fiscal ya conocemos que se quitaron los cambios que empresarios y fiscalistas consideraban más
agresivos pero aun así habrá más capacidad de fiscalización para el SAT.
En materia de IEPS, habrá también aumentos y la creación del nuevo impuesto en las telecomunicaciones,
aunque por debajo de las pretensiones de Hacienda.
Se modificará al alza el precio del petróleo y el déficit público.
En suma, si no hay sorpresas mayores, habrá un paquete fiscal que les va a costar a los contribuyentes tal vez
poco más de 100 mil millones de pesos, pero también habrá más deuda y -al menos en el papel- más ingresos
petroleros.
El agujero fiscal famoso se habrá tapado y quizás haya hasta para gastar más.
Pasemos ahora al capítulo de Luz y Fuerza.
Lo más probable es que sigan dos procesos paralelos. Por un lado, no espere que vayan a desaparecer las
movilizaciones. Por un tiempo vamos a ver manifestaciones de protesta por la decisión presidencial.
Sin embargo, al mismo tiempo tendremos un proceso de desgaste que se va a traducir en un aumento en el
número de trabajadores que van a haber aceptado su liquidación antes del 14 de noviembre.
Sin embargo, no pareciera que el conflicto laboral o político que se vaya a configurar en este caso tenga el
potencial de convertirse en factor determinante de la agenda nacional.
Por todo lo anterior, creo que antes de que concluya este año vamos a ver al menos otra acción del Ejecutivo
que vaya en el sentido del decálogo planteado el 2 de septiembre.
Y, de hecho, lo más probable es que ahora las baterías se orienten hacia algún segmento del empresariado, con
objeto de no concentrar el fuego en los sindicatos.
Claro que una parte sustancial del alza de impuestos será precisamente asumida por los empresarios. Sin
embargo, aun así es probable que haya más acciones.
De entrada, uno de los ámbitos en los que pueden hacerse cambios importantes, aunque complejos de operar,
es en las telecomunicaciones.
No sólo por la licitación del espectro y de la fibra oscura de la red de CFE, sino por algunos cambios que podrían
operarse con objeto de dar un real salto en la competencia del sector.
Tal vez se hagan los esfuerzos para tratar de pasar finalmente la inversión extranjera mayoritaria en telefonía
fija, y tampoco sería del todo imposible esperar un golpe de timón en cuanto a los poderes efectivos de los reguladores de la competencia.
El Gobierno está hoy ante la disyuntiva de conformarse con haber sacado a medias el paquete fiscal y haber
operado la liquidación de Luz y Fuerza.
O echarse para adelante y seguir con los otros temas pendientes de la agenda que el propio Presidente fijó.
Fuente: Reforma
Categoría: INDICADORES ECONOMICOS Y PROSPECTIVA
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