De acuerdo con diversas estadísticas del Instituto, retomadas por Banamex en su Examen de la Situación Económica, prácticamente todo lo que se refiere a la industria de las bebidas y el tabaco se encuentra mal y es de los sectores que aún siguen en declive, mientras los demás están ya francamente al alza.

En lo que se refiere a las importaciones, hay un descenso de 4.9 por ciento con respecto al año anterior y las compras al exterior de bebidas y tabaco son las que están más atrasadas, sólo superadas –para bien de los industriales del vestido y textileros- por las de prendas de vestir que muestran un descenso de 9.8 por ciento.

En exportaciones de bebida –¡Lástima tequileros, mezcaleros y vineros!- el rubro de bebidas y tabaco tiene un decremento de 3.3 por ciento y también es uno de los que se encuentran fuera de la tendencia de las manufacturas que van al alza de todas casi todas.

Para colmo, en el aspecto que se refiere a ventas internas, es decir el comportamiento de las ventas dentro de la República, también el rubro de bebidas y tabaco se encuentra entre los más deprimidos, pues tiene una caída de dos dígitos 22.7 por ciento.

Esto quiere decir, en términos generales, dos cosas: una que ya superamos la crisis y por eso no se usan los licores como diversión o, lo que es peor, que ya ni para bebidas nos alcanza. Como dice el filósofo del metro: las penas sin vino son menos.