
COORDENADAS
El difícil segundo semestre.
01/07/2010
Enrique Quintana
Enrique Quintana
Empezamos el segundo semestre del año, y con él veremos una desaceleración en la actividad productiva del País.
La mayor parte de las estimaciones indica que al primer semestre del año tendremos un crecimiento del PIB en México a tasa anual de 5.5 por ciento.
Este resultado será lógico si observamos que el Indicador Global de Actividad Económica (IGAE), que es una aproximación del PIB, tuvo un crecimiento de 5.13 por ciento en promedio durante los primeros cuatro meses del año.
Para obtener un 5.5 por ciento en el semestre sería necesario un crecimiento de 6.2 por ciento en mayo y junio. Pero si tomamos en cuenta que son meses en los que el año pasado se hizo muy notorio el efecto de la influenza, no será difícil lograr esa tasa de crecimiento contra bases de comparación que serán muy bajas. Considere solamente que el promedio de marzo-abril fue de 7.5 por ciento.
Pero los buenos números en las comparaciones anuales acabarán precisamente a partir de los meses en los que se hizo manifiesta la recuperación de la economía el año pasado, en el segundo semestre.
La mayor parte de las corredurías, bancos y demás expertos considera que el PIB tendrá un crecimiento de 4.5 por ciento en promedio a lo largo de este 2010.
Con las estimaciones del primer semestre que le comentaba anteriormente, sólo se puede obtener esa cifra si en el segundo semestre el ritmo es de 3.5 por ciento, dos puntos por abajo del primer semestre.
La razón de la desaceleración que vamos a observar deriva de que las bases de comparación serán cada vez más altas y la dinámica económica interna no logra despegar.
El motor del crecimiento en la primera mitad del año fueron las exportaciones y todo indica que las cosas seguirán así.
De hecho, el Banxico informó ayer que hasta el mes de mayo el crédito al sector privado de la banca comercial tuvo un retroceso real de 2.3 por ciento, aunque el destinado al consumo se cayó en 14 por ciento en términos reales.
Fue preocupante también que el crédito a las empresas y a las personas físicas con actividad empresarial retrocediera en 0.9 por ciento, cuando en marzo parecía estar tomando vuelo.
Sin el impacto del crédito, aunque el sector formal de la economía esté generando empleos, no se produce el impulso necesario para alentar al mercado interno.
Por esa razón es que las exportaciones, especialmente las de manufacturas, llevan la voz cantante.
Y por eso preocupó mucho la información del lunes pasado, que volvió a hundir la confianza del consumidor de EU en 10 puntos en junio, para ubicarla en 52 unidades luego de haber llegado a 62 en mayo.
El hecho genera dudas de que el consumo de las familias norteamericanas pueda seguir creciendo y con ello se amenaza a la industria y, específicamente, a las exportaciones de México a ese país.
El efecto en los mercados financieros no se hizo esperar y en tan sólo los dos primeros días hábiles de esta semana, el índice Dow Jones ya retrocedió en 3.6 por ciento, y ayer tuvo el cierre más bajo desde octubre del año pasado.
El segundo semestre de este año va a estar marcado por la dudas respecto a la capacidad de las economías desarrolladas de crear las condiciones para un crecimiento sustentable.
En la medida en que México seguirá dependiendo de las exportaciones a Estados Unidos, esto será un factor amenazante.
Fuente: Reforma
Categoría: INDICADORES ECONOMICOS Y PROSPECTIVA
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