En entrevista, el priista reconoció que el acuerdo que se instauró en la capital poblana y en siete municipios conurbanos para el cierre de antros cuando fungió como secretario de Gobernación, el cual establecía que los establecimientos que expendieran bebidas alcohólicas deberían cerrar a las 3 de la mañana y los centros de diversión abrir la pista a las 10 de la noche, no funcionó debido a que la mayoría de los asistentes, principalmente universitarios, no estaban de acuerdo con comenzar el baile a las 10 de la noche.

Ante este panorama, consideró que la mejor manera para controlar el cierre de centros nocturnos es sometiendo a un análisis el horario entre los rectores de las universidades, los representantes de los universitarios, los dueños de los antros, bares y cantinas, así como con los presidentes municipales de las zonas conurbadas, para que en común acuerdo se determine a qué hora se debe abrir o cerrar un negocio.

El candidato dejó entreabierta la posibilidad de fraccionar los horarios de cierre de los establecimientos dependiendo su giro comercial.

En una reunión que sostuvo con integrantes de la Cámara Nacional de Comercio en Pequeño (Canacope), la Asociación Poblana de Restaurantes y Prestadores de Servicios (Aprepsac) y artesanos del barrio de Analco, explicó que en el tema de los centros nocturnos trabajará bajo las siguientes premisas: combatir la venta de alcohol adulterado; evitar el ingreso a esos lugares por parte de menores de edad y vigilar los limites de capacidad de cada lugar.

Asimismo, propuso eliminar la figura de los inspectores municipales, quienes se encargan de realizar operativos en los centros nocturnos para vigilar que cumplan con las normas de seguridad y operación establecidas en el reglamento municipal, debido a que han caído en diversos actos de corrupción y frecuentemente agraden tanto a los dueños de los bares como a los clientes.

A cambio, sugirió inmiscuir a las universidades públicas y privadas a las labores de inspectoría, para que sean los estudiantes los que realicen la vigilancia de dichos sitios como parte de su servicio social.

Para el control de la venta de control adulterado, indicó que será la Secretaría de Salud local la que debe de responsabilizarse de la inspección.

En el acto, Mario Montero reiteró que no aprueba la creación de una zona de tolerancia, ya que sería una “mancha negra” para la ciudad.

También aprovechó para criticar la propuesta de su opositor, Eduardo Rivera Pérez, de la coalición Compromiso por Puebla, de someter a consulta ciudadana la creación de una zona de tolerancia en la Angelópolis, pues consideró que su instalación sería un “caldo de cultivo” para la delincuencia organizada.