El presidente del organismo (encargado de verificar que se cumpla la norma oficial mexicana para la elaboración de la bebida), Ramón González Figueroa, sostuvo que la baja en la producción obedeció que las empresas tenían muy altos los niveles de inventarios, pero aseguró que el consumo nacional e internacional se han mantenido igual.

Sin embargo, agregó que el deficiente crecimiento de la economía y las altas cargas tributarias han impedido que la demanda crezca en el mercado interno.

En entrevista precisó que luego de los aumentos impositivos que entraron en vigor este año, 78 por ciento de lo que un consumidor paga por cada botella son impuestos.

El descenso en la producción perjudicó a muchos de los 17 mil campesinos que abastecen de agave a las compañías tequileras, debido a que éstas disminuyeron el consumo en las plantas en 17.8 por ciento.

Cosechas perdidas y coyotaje perjudican a campesinos

“Muchas cosechas se echaron a perder porque las empresas no las quisieron comprar”, señaló un campesino de este municipio que ha perdido la mitad de las 8 mil plantas que sembró para venderlas a la industria.

El jornalero (quien pidió omitir su nombre) explicó que las principales afectaciones se han dado en el municipio vecino de San Martín de las Cañas (a 15 minutos de Tequila), donde varios ejidatarios se endeudaron para cosechar agave y luego no lo pudieron vender.

Agregó que debido al coyotaje, quienes logran colocar su producto lo hacen a la cuarta parte del precio real.

“Muchos se endrogaron para sembrar agave y como no se los compraron, se lo venden a los coyotes en 50 centavos el kilo, cuando el precio es de dos pesos”, comentó.

Al respecto, González señaló que tradicionalmente la industria empleaba alrededor de 40 millones de plantas para cubrir la demanda total, pero explicó que el año pasado había una oferta de 70 millones.

“La industria no tiene capacidad para procesar tanta planta, pero ya se trabaja en mecanismos para que los campesinos trabajen por contrato”, aseguró.