Esta situación me hizo reflexionar sobre las personas que llegamos a los 50. Éste es un momento de trabajar en nosotros mismos. La edad nos lleva a conocer parte de la cultura del vino y es que entre copa y copa tomamos conciencia de que esta bebida, este maravilloso elixir para hombres y mujeres, va de la mano con la salud.

Los cincuentones tomamos alcohol con mucha más conciencia, sabemos que no debemos excedernos, ya que el cuerpo comienza a pasar la factura, no somos iguales a cuando teníamos 25 o 30 años cuando, después de estar en una fiesta, llegábamos de madrugada a la casa, dormíamos un rato y a trabajar. Eso quedó en el pasado.

El vino nos da vitalidad, energía y muchos suplementos vitamínicos, de ésos que son fundamentales para una buena alimentación.

Un nuevo estudio médico señala que beber vino reduce las probabilidades de contraer enfermedades coronarias y diabetes tipo 2; en el caso de las personas mayores de 50 años, los beneficios para la salud son superiores.

Como en todo, no hay que excederse y es que cada año se producen 34,000 muertes a causa de algún tipo de cáncer relacionado con la ingesta excesiva de alcohol.

Consejo

La recomendación es beber no más de dos copas al día de vino para los hombres y una para la mujer. Lo que siempre digo, que sea con medida.

Seguir esta recomendación puede hacer que tengamos una vida saludable y longeva, tomando en cuenta que hay que empezar a leer los mensajes que nos da el cuerpo con respecto a la cantidad de alcohol que se requiere.

También debemos tener salud emocional, ya que en los momentos tristes el alcohol se acerca a las personas disfrazado de amigo y muchas veces salimos a buscar a quienes beben con cualquier excusa: para vivir la fiesta o cumplir el famoso “dos como la gente”. El alcoholismo está allí, a la mano, viendo de qué manera entrar y hacer el daño correspondiente.

En nosotros está tomar conciencia de que podemos consumir a los 30, 40, 50 y 60 años de edad unas buenas copas de vino y de que el vino es goce, no pose, ya que muchos, por hacerse ver, beben sin medida.