Ingresar a los terrenos de la Destilería Bacardi en Cataño es en sí una provocación. La brisa te acaricia, y el ornato de sus jardínes te recibe exuberante, con palmeras y bromelias. El escenario perfecto para “la Catedral del Ron”, como la bautizó en una ocasión don Luis Muñoz Marín, ex gobernador de Puerto Rico. Imaginamos que se refería a la monumentalidad de sus instalaciones, las que hoy albergan la maquinaria de producción y distribución del 80% de este destilado que se exporta al mundo, en sus múltiples y variadas modalidades.

La observación del exGobernador tuvo su fundamento. Visionario al fin, vislumbró que hasta aquí acudirían millones de curiosos interesados en conocer cómo se manufacturaba este emblemático producto caribeño.

Cada 20 minutos, todos los días, origina desde un moderno centro de visitantes un interesante y muy entretenido recorrido que va llevando al turista a través de las etapas históricas del producto, desde que la familia familia Bacardí registró la levadura fórmula primaria de este ron, descubierta en los campos de Santiago de Cuba, allá para el 1862.

“Todos los años recibimos aquí a no menos de 235 mil turistas del mundo. Han habido días en que se nos llena la casa, y se han registrado hasta 700 personas en un día", explica uno de los avezados guías del Centro. Según nos dijo, después de El Morro, es el destino turístico más visitado en el Área Metropolitana.

El centro nos lleva a través de siete salas, y en cada una de estas se brinda un estíbulo al intelecto y a los sentidos. En la primera sala, por ejemplo, se recrea una plaza estilo español, con una fuente coronada por un murciélago, símbolo de la compañía, escenario típico de los años originales.

Luego, se pasa al “Teatro del Murciélago” donde se proyecta un documental de ocho minutos. El techo de esta sala está forrado de estrellas, creado a base de fibra óptica. “Así exactamente lucía el cielo de Santiago la noche en que se compró la primera destilería Bacardi por $3,500 pesos”, nos comenta el guía aludiendo a la famosa "Noche Mágica".

En la sala tres recrean la primera destilería con su alambique y sus barriles de almacenamiento de la materia prima. Aquí se explican los procesos básicos de la destilación, con el sonido y la temperatura que despide la caldera que separa los líquidos, el alcohol y el agua. En la cuarta sala se recrea la oficina central de la familia Bacardí original, con la réplica de los muebles, galardones importantes y la exhibición de los documentos significativos.

De aquí pasamos a una sala moderna donde se proyecta un video con el proceso actual de la destilación, desde que se recoge la caña para la melaza hasta que se envasan y distribuye el producto. En la sexta sala olfateamos los componente aromáticos de los rones. “Esta es la estación más divertida para muchos turistas”.

La séptima parada es la recreación del salón barra en la que los Bacardí recibían a los visitantes distinguidos, en la Habana, para la década de los 30. Aquí aparecen las imágenes de Bob Hope y Bing Cosby, como visitantes distinguidos.

Y es aquí donde se saborea el producto, se aprende a confeccionar los tragos originales, como son el Mojito, Cuba Libre y el Daikirí.

Culmina el recorrido con una sala de exhibición multimedia, en la que se guardan y muestran artículos que marcaron un hito en el diseño y mercadeo del producto, como utensilios, etiquetas, libros de recetas, anuncios de televisión, entre otros elementos de interés. Aquí se puede comprar memorabilia.

Los tours de Casa Bacardí son gratis, duran 45 minutos más o menos, y transcurren de lunes a sábado de 8:30 a.m. a 5:30 p.m.. Domingos de corren de 10 a.m. a 5 de la tarde. Para reservar los interesados pueden llamar al (787) 788-8400.