
COORDENADAS
El terremoto europeo.
29/04/2010
Enrique Quintana
Enrique Quintana
El terremoto ahora vino de Europa y no lo sentimos tan fuerte, pero la inestabilidad sigue latente.
La distancia permitió que las ondas de choque llegaran con menos fuerza a estas regiones.
Pero lo que sucedió hace un par de días en los mercados bursátiles demuestra que estamos aún muy lejos de haber conseguido la estabilidad.
La bolsa de España, país que ayer sufrió una degradación de la calificación de su deuda, perdió 7 por ciento en sólo dos sesiones. Los golpes sobre Grecia y Portugal en realidad no son sorpresivos, pero los mayores temores ahora están puestos sobre una economía mucho más grande, la española, cuya tasa de desempleo abierto llegó ya al 20 por ciento.
Podría uno pensar que esos mercados bursátiles están sumamente lejos. Pero la realidad es que el sistema financiero internacional está tan conectado, que un golpe fuerte sobre España lo sentiríamos más cerca de lo que imaginamos.
Esta circunstancia justifica el rechazo que ha tenido el Gobierno mexicano a una política más permisiva en materia de finanzas públicas, que opere con déficit más altos.
La situación real de debilidad estructural de las finanzas mexicanas por los compromisos no contabilizados que tiene, como las obligaciones en materia de pensiones, hacen que casi cualquier crecimiento del déficit sea visto con muchas reservas por los inversionistas.
No quiere decir esto que el Gobierno haya hecho lo suficiente en otras materias para incentivar el crecimiento, como ha sido la falta de habilidad para reunir los consensos políticos que permitieran avanzar en temas como competencia o modernización laboral.
Aunque ayer ya tuvimos una sesión bursátil con ganancias, no sería nada raro que cualquiera de estos días tuviéramos un nuevo susto porque la crisis en Grecia dista de estar resuelta y pende la amenaza sobre España.
Y le puedo decir que estos vaivenes son menores frente a lo que se presentaría si en algún momento existiera la impresión de que alguna economía más grande, como los propios Estados Unidos, puede tener de nueva cuenta un traspié financiero.
El fondo de todo tiene que ver con el hecho de que sea en Grecia, en México o en Estados Unidos, en algún momento los contribuyentes, o algunos de ellos, van a tener que pagar las cuentas.
Si no se puede mantener el déficit eternamente, tendrá que haber recortes de gasto o alzas de impuestos.
El riesgo de inestabilidad proviene de las resistencias que habrán de encontrarse cuando esto se trate de hacer o de los impactos reales que tendrán en los ingresos de la gente frente a esas medidas.
El retiro de los incentivos deberá ser una verdadera operación quirúrgica, pues si, por ejemplo, las inyecciones de dinero de los bancos centrales se retiraran al mismo tiempo que los estímulos fiscales, probablemente se produciría un nuevo shock.
El problema es que esa precisión de cirujano que se requiere para minimizar las resistencias al mismo tiempo que el impacto sobre la economía es algo que no ha sido la máxima virtud de los gobiernos.
Y, en una operación delicada, si a alguien se le pasa la mano durante el corte con el bisturí, entonces estaremos de nuevo en la orillita de la crisis financiera.
Fuente: Reforma
Categoría: INDICADORES ECONOMICOS Y PROSPECTIVA
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