Lo único que tiene que hacer es llamar a un número telefónico y esperar a su "ángel guardián", quien, por conducirlo sano y salvo hasta su destino, le cobrará de 250 a 550 pesos, dependiendo de la distancia.

"Cuando vayas a salir de cualquier compromiso y necesites nuestro servicio, media hora antes nos marcas y nos das los datos necesarios, y nosotros checamos las placas en Repuve para verificar que no sea un vehículo robado", explicó Mario Gómez, capitán de tripulaciones.

Eso sí, los clientes deben firmar un documento en que se indica que el auto está asegurado.

Cada vez que dan el servicio, un automóvil de la empresa sigue al vehículo de la persona que bebió para regresar al chofer designado.

Joaquín Quintana, presidente de Convivencia sin Violencia, consideró como algo positivo que no sólo el Gobierno tome medidas para combatir las muertes ocasionadas por accidentes de tránsito derivados del consumo de alcohol.