anualmente casi 18 litros de alcohol puro por persona como ocurre en Rusia.

Al parecer las restricciones de los últimos años a la producción, venta y publicidad de bebidas alcohólicas, y el endurecimiento de

los castigos contra los automovilistas que conducen en estado de ebriedad apenas han cambiado el panorama.

Por esa razón, el Presidente lanzó una campaña antialcohólica, y se la encomendó al Premier Vladimir Putin, quien tiene tres

meses para ponerla en práctica.

Según un informe de ONU, uno de cada tres rusos muere por abuso del alcohol o por una causa derivada de su consumo, mientras

el alcohol está presente en el 80% de los asesinatos y el 40% de los suicidios.

Una de las medidas que se estudian es crear un monopolio estatal en la producción de bebidas alcohólicas. Con eso, se pretende

tanto aumentar el control sobre la producción como incrementar los ingresos del Estado.

La campaña también plantea establecer un precio mínimo oficial para la botella de vodka, la bebida nacional.

En lo que se refiere a la cerveza, la bebida más popular entre los rusos, Medvedev quiere prohibir la venta en puestos callejeros y

quioscos de las marcas que superen el 5% de contenido alcohólico.

Las regiones podrían tener prerrogativas para establecer horarios en los que no se pueda vender alcohol. Las autoridades

sancionarán a los comerciantes que vendan bebidas alcohólicas a menores de edad y en caso de reincidencia podrían ser

procesados penalmente.

La primera "ley seca" de la historia de Rusia fue introducida por Nicolás II en agosto de 1914, para dedicar la producción de

alcohol a la cura de los heridos en la Primera Guerra Mundial.

El ex mandatario Mijaíl Gorbachov no tuvo éxito en una campaña similar que lanzó en 1985. Unas 40 mil personas mueren al año

en Rusia por causa del alcoholismo.