CANCÚN, Q.Roo.- El sábado pasado a las 21 horas el alcoholímetro se colocó en la avenida López Portillo con avenida Tulum, y en la avenida Kabah con Nichupté; se entrevistaron a 490 personas y detuvieron a 25 por dar positivo en la prueba del alcohol.

Grúas iban y venían con vehículo de todo tipo, camionetas, autos pequeños, de lujo o sencillos y entre el parpadeo azul y rojo de las torretas a lo lejos, se podía distinguir el color amarillo fluorescente y las franjas de cuadros negros y blancos de las unidades de Tránsito. Los conductores hacían lo posible por esquivar la revisión, algunos afirmaron haber tratado de rodear el lugar, otros simplemente dijeron que tomaron unas "copitas" y fueron sorprendidos al pasar por el crucero.

"Ya llevamos media hora, llevamos cuatro detenidos, dos turistas nacionales, un taxista y un extranjero (...) van rebasando limites como punto 40, punto 70 (...) se integrará el expediente administrativo (de los detenidos) para turnarlos al juez y al centro de detenciones administrativas", dijo el director de Tránsito Edgar Amílcar Alonzo Paredes.

En la avenida López Portillo se encontraba parte del personal: 23 elementos de Tránsito más cuatro de la Secretaría de Seguridad Pública; también se encontraban mesas blancas en la banqueta para el personal femenino que tomaba nota; en la calle estaba el módulo de Conduce sin Alcohol y algunas patrullas para trasladar a los detenidos. Esa noche se hicieron 490 entrevistas a ciudadanos, se realizaron 40 pruebas, se detuvieron a 25 conductores, 23 hombres y dos mujeres y se llevaron 25 vehículos al corralón.

De las dos mujeres detenidas estaba una joven de 26 años quien comentó por qué la detuvieron: "No, vengo de la zona hotelera de

cenar...bla...bla... ¿plaza La Isla o algo así?... yo iba manejando, íbamos acá... a... cómo se llama... playa Ángel, es que no conozco muy bien como se llama la colonia de allá atrás... tomé cerveza una pizza y ya, pero como venimos de Querétaro, pues ya", dijo la dama quien omitió su nombre y después se la llevaron a una patrulla.

Algunos de los detenidos bromeaban con respecto a su situación, como un grupo de hombres sentados detrás de una patrulla. Al preguntarles sobre su estado sólo cubrían su rostro y decían: "¡Poli, poli, mírelos, nos están preguntando".

Uno de los hombres, con aliento alcohólico, fue canalizado a otra unidad; en el trayecto sólo sonreía mientras su esposa le decía que no se preocupara, que un ratito en el "bote" no le caería mal mientras reía y buscaba un baño.

Enrique Herrero Álvarez Ugena, quien dijo ser uno de los propietarios de la Plaza de Toros y un bar, comentó que ha reducido la clientela en los restaurantes debido al alcoholímetro.