Al respecto, Marcos Zamora Sarabia, director de Prevención y Bienestar Familiar del DIFEM, informó en la XII Reunión de Coordinadores Municipales de Prevención y Bienestar Familiar de los 125 municipios del Estado de México, que este problema tiene graves consecuencias legales, económicas y sociales, ya que el alcohol y tabaco, así como la tolerancia social, son factores que propician el desarrollo de la dependencia y su elevada incidencia en la sociedad.

Gustavo Castillo Ramírez, especialista en adicciones, dictó la conferencia Prevención del Alcoholismo, en la que expuso que muchos adolescentes y jóvenes inician el consumo de alcohol por curiosidad, o necesidad de sentirte aceptados.

Por ello, invitó a los padres de familia a supervisar el uso del tiempo libre de sus hijos, observar sus estados de ánimo, así como el rendimiento y comportamiento escolar; y en caso de que el adolescente trabaje, saber en qué destina sus ingresos.

Gustavo Castillo alertó que una persona dependiente desarrollará conductas de riesgo, ejemplo de ello es el fallecimiento de 2.3 millones de personas al año, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), por causas asociada al consumo de bebidas alcohólicas. De acuerdo a la Encuesta Nacional de Adicciones (ENA) 2008, en México más de cuatro millones de personas presentaron los criterios clínicos de abuso o dependencia al alcohol; de ellos, aproximadamente 300 mil no han llegado a la edad legal para beber, lo que convierte este fenómeno en un problema de salud pública.