En 48 minutos, el director José F. Ludlow, muestra todo el proceso del programa Conduce sin Alcohol que se aplica desde hace ocho años en la ciudad de México, y el cual muchas veces es poco valorado.

“La idea es crear conciencia en la población, sobre todo en los jóvenes, de que este programa lo que hace es salvar vidas”, indicó en entrevista con EL UNIVERSAL.

Con el financiamiento del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y

Procuración de Justicia del Distrito Federal, que preside Luis Wertman Zaslavel, el trabajo cinematográfico tiene el objetivo de generar conciencia sobre los problemas que generan al beber alcohol y conducir.

El documental contiene las historias de personas que sufrieron accidentes automovilísticos y que quedaron con graves secuelas físicas a consecuencia de percances generados por conductores en estado etílico.

Destaca la narración de una madre de familia que cuenta que su hija, al salir a un centro nocturno, perdió la vida por uno choque en donde otros dos jóvenes más murieron.

También muestra los momentos en que conductores son detectados detrás de un volante, en estado de ebriedad, y en uno de esos casos, incluso va un hombre con su hija de cuatro años, sin nadie más.

“Hace aproximadamente dos años, en una visita a México. Se me hizo algo muy bueno y, poco a poco, contacté a la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal y les pregunté si me apoyarían a hacer un documental, a darme las facilidades y a explicarme cómo funciona el programa, y me dijeron que sí”, narró José F. Ludlow.

Lo que más le sorprendió al director durante los cuatro meses de

grabación, fue la tolerancia de los policías que laboran en ese programa, “y que son así porque saben y están convencidos que su trabajo está salvando vidas, evitando accidentes”.

Y es que los agentes deben soportar puntadas, mentiras, majaderías, así como amenazas de quienes son detenidos por sobrepasar el límite permitido de alcohol en la sangre, y que es de 0.40 mililitros de alcohol, (de ahí el nombre del documental).

Desde asesoras de Presidencia o de jefes delegacionales, hasta personal de varios cargos públicos, han pasado por los puntos de revisión, donde se les aplica la prueba de alcoholemia y, si la reprueban, nada evita que sean detenidos por los uniformados.

En la cinta se desmienten mitos sobre ese programa, por ejemplo que si se sopla más de una vez al alcoholímetro se acumulan grados de alcohol o que al consumir pan con jabón no se detecta si alguien bebió.

Se explica que lo que puede modificarse con pastillas u otros alimentos, es el aliento, pero no el aire que sale de los pulmones, que es lo que se mide.