Los padres de familia tenemos suficientes y sobradas razones para quedarnos preocupados cuando ellos andan manejando, sobre todo durante los fines de semana. Es una etapa por la que todos pasamos, sin embargo hoy en día se vuelve más peligrosa por que ahora comienzan a una edad más joven, los autos vienen equipados con motores más potentes y el tráfico vehicular ha aumentado en forma no imaginada.

Para estar más tranquilos, se hace necesario que el joven tome clases de manejo en una escuela responsable. Verifique el contenido del temario, que entre muchas otras cosas, debe incluir por lo menos las siguientes:

Técnicas de manejo defensivo. Aquí aprenderá a ver lo que no se ve, es decir, a adelantarse a los acontecimientos y a tratar de adivinar lo que el otro conductor va a hacer. También a saber manejar y controlar las emergencias, como por ejemplo, su actitud al momento de una ponchadura de llanta, qué hacer si se apaga el motor, cómo conducir bajo la lluvia y qué medidas precautorias tomar al conducir en la oscuridad.

Sabemos que va a estar sujeto a presiones sociales. Los amigos serán su influencia inmediata. Lo más peligroso es viajar con casa llena, es decir con el auto lleno de compañeros amigos, pues éstos ejercen presión en su forma de conducir. Sobre todo, si se trata de ir o haber asistido a una fiesta, donde invariablemente se habrá presentado el factor alcohol.

El joven está más propenso a cometer errores en su conducción. Cierto es que todos estamos sujetos a chocar, no somos inmunes, nadie lo es, ni siquiera los pilotos profesionales. Sin embargo es conveniente saber que las estadísticas hablan de que el 80 por ciento de los choques que suceden tienen que ver con personas cuyas edades fluctúan entre los 16 y los 17 años.

Los factores de riesgo más comunes que se encontrará son, entre otros:

Presión de sus amigos.

Otros conductores jóvenes con quienes querrá entablar competencia.

La presión social, que entre otras cosas, le inducirá a consumir alcohol, aún sabiendo que va a manejar.

La costumbre de viajar con carro lleno.

La sobre-confianza.

Bajar la guardia cuando circula en zonas conocidas, cercanas a su lugar de domicilio.

El colegio no lo hará, por lo tanto nos toca a nosotros como padres de familia ver que se eduque en vialidad y luego estar pendientes de su desarrollo detrás del volante.

Hay jóvenes que son más propensos a los accidentes que otros. Hay algunos que son más distraídos y otros que les toma más tiempo aprender el arte del manejo. Nadie mejor que el padre de familia lo puede saber.

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