La iniciativa sobre control del tabaco que se promovió en 2010 hizo que aumentara siete pesos el precio de las cajetillas de cigarros permitió que cuatro millones de personas dejaran este vicio. Hoy buscan que el Senado indexe a la inflación dicho incremento y se mantenga como un producto caro e inaccesible sobre todo para los jóvenes cuyas edades de inicio en este hábito hoy es entre los 11 y 13 años.

El impuesto especial que se impuso a la cajetilla de cigarros en 2010 está en riesgo de perder su efecto si no se contempla en la Ley de Ingresos del próximo año, e indexar dicho incremento a la inflación, alertó Erick Antonio Ochoa, director para la Iniciativa del Control del Tabaco, de la Fundación Interamericana del Corazón-México.

Por su parte, Juan Núñez Guadarrama, coordinador del programa Alianza Nacional para el Control del Tabaco (Aliento) comentó que con el incremento que se dio cuatro millones de personas dejaron de fumar el año pasado.

—Erick, ¿qué acciones faltan por implementar para lograr que un mayor número de personas dejen de fumar?

—Se ha presentado una iniciativa de reformas a la Ley General para el Control del Tabaco, que busca defender los incrementos de 2010, de 6.20 pesos por cajetilla y disminuir la prevalencia al tabaco.

—¿Cuáles son los principales puntos que contempla esta iniciativa de reformas a la ley?

—Primero, que haya un respeto irrestricto en todos los espacios públicos cerrados y sean ambientes cien por ciento libres de humo del tabaco, porque hoy la ley permite que en espacios cerrados como universidades se pueda fumar y recordemos que el daño para quienes no fuman es peor, porque por cada cigarro que fuma una persona el pasivo "fuma" dos.

—¿Qué están haciendo para que se mantengan vigente el incremento que se dio el año pasado?

—No sabemos por qué razón, la Cámara de Diputados, no modificó la Ley de Ingresos, para que el impuesto especial al tabaco se indexe a la inflación, por lo que trabajamos muy de cerca con la Comisión de Hacienda del Senado para que haga las modificaciones necesarias.

De lo contrario, con el tiempo el aumento de casi siete pesos por cajetilla perderá impacto y volverá a ser accesible para cualquier persona y lo que buscamos es alejarlo económicamente lo más posible de los consumidores, sobre todo jóvenes.

—¿Cuál es la edad de los jóvenes que comienzan a fumar?

—Entre 11 y 13 años, y entre más joven comienzas fumar es más probable que desarrolles una enfermedad que te va a durar toda la vida.

—Entre los adultos ¿ha habido alguna modificación en la adicción al tabaco?

—Las políticas implementadas han logrado una disminución de prevalencia en adultos entre 25 y 16 por ciento y aunque hoy todavía hay tres hombres fumadores por una mujer, comienza a haber una "feminización" del cigarro en donde la prevalencia es uno a uno.

—¿Se sabe a qué se debe?

—No tenemos el dato preciso, pero sí sabemos que esto se está dando en ciudades del norte del país.

—Juan ¿de qué tamaño es el impacto de los efectos nocivos del cigarro?

—Existen estudios que demuestran que al año en el país mueren hasta 60 mil personas por males relacionados con el tabaquismo y a nivel mundial alcanza las seis millones de personas.

—El tratamiento para estos enfermos también deja un impacto en la finanzas públicas, ¿de qué tamaño es?

—Hay estudios que dicen que es entre 45 y 75 mil millones de pesos al año para el tratamiento de cáncer pulmonar, enfermedad obstructiva crónica (EPOC), embolia e infarto agudo al miocardio.

—En contraparte, ¿a cuánto ascienden los impuestos que pagan las tabacaleras?

—El año pasado pagaron 23 mil millones de pesos, con lo que vemos que el hueco es enorme, entre lo que pagan estas empresas y lo que se destina para atender las enfermedades ocasionadas por el tabaquismo.

—¿Es cierto el argumento de que este tipo de medidas dañaría seriamente a los trabajadores de la industria y a algunos establecimientos?

—Totalmente falso, Sagarpa el año pasado informó que no llegaban a 3,500 los trabajadores que trabajan el tabaco y en los establecimientos que venden bebidas alcohólicas, vemos que la gente se sale a fumar, o sea que sí hay conciencia del daño y el respeto a no fumar en lugares cerrados, pero falta mucho por hacer.

—¿Cuáles son los pendientes?

—Cumplir con el convenio marco para el control del tabaco: cero publicidad, espacios 100 por ciento libres de humo, altos costos vía impuestos para alejarlo lo más posible de las personas y campañas y programas preventivos desde las escuelas y desde muy temprana edad advertir de los daños que causa.