Por ello, el Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo de Estados Unidos (NIAAA) publicó una guía para ayudar a los médicos a identificar a los jóvenes en riesgo de problemas relacionados con el alcohol.

El consumo de alcohol está asociado con efectos adversos que van desde problemas académicos y sociales, lesiones y muerte en el corto plazo, a un mayor riesgo de dependencia de la bebida, así como a cambios funcionales y estructurales en el cerebro a largo plazo, asegura la organización.

La publicación "Detección de alcohol e intervención breve para la Juventud: una guía práctica", producida en colaboración con la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP), indica que los médicos pueden fácilmente detectar a los pequeños bebedores con solo dos preguntas.

Estas están relacionadas con el consumo de sus amigos y la otra sobre la frecuencia de consumo personal, y varían ligeramente su estructura de acuerdo con el nivel educativo, en las escuelas primarias, intermedias y preparatorias.

Por ejemplo: ¿Has tenido amigos que bebían cerveza, vino o cualquier bebida que contenga alcohol en el último año? ¿Cuántos días has tenido más que unos pocos sorbos de cerveza, vino o cualquier bebida que contenga alcohol?

La pregunta sobre los amigos que beben es una señal de alerta que anticipa los niveles futuros de consumo, mientras que la relacionada con el consumo personal es el mejor predictor de riesgo actual de los daños en los adolescentes que ya están bebiendo.

Estos cuestionamientos se pueden hacer con rapidez, un factor extremadamente importante para los médicos y sus pacientes, precisa la guía.

Para el desarrollo de esta herramienta de detección "lo más rápida y certera posible para predecir problemas de alcohol actuales y futuros en la juventud", NIAAA convocó a un grupo de investigadores que realizó un extenso análisis de consumo de alcohol.

"Sabemos que el alcohol es, con mucho, la droga de elección entre los jóvenes, y su consumo también es un marcador para otras conductas no saludables, que a menudo pasa desapercibido", aseguró en la presentación de la guía el director del NIAAA, Kenneth R. Warren.

"Este nuevo recurso fue diseñado para permitir a los profesionales que administran la salud y el bienestar de los niños y adolescentes llevar a cabo la detección rápida y eficaz del consumo de alcohol en todo el espectro de atención, desde las visitas anuales a la atención de urgencia", dijo Sharon Levy, miembro del Comité sobre Abuso de Sustancias, de la AAP.

"Las personas que comienzan a beber antes de los 15 años son mucho más propensas a tener problemas con el alcohol más adelante en la vida que aquellos que comienzan a beber a la edad de 21 años o más", advirtió Pamela S. Hyde, de la AAP.

La guía aconseja la mayor parte de la intervención con los pacientes jóvenes que están bebiendo, permitiéndoles a los médicos proceder dentro de un marco clínico de riesgo bajo, moderado o alto, y predecir problemas de alcohol actual y futuros en la juventud.

Incluye, además, información base denominada "estimado de riesgo", producto de la investigación, sobre la edad del paciente y la frecuencia de consumo para dar a los médicos una indicación general de las probabilidades de un adolescente de tener problemas con el alcohol.

Esta información, junto con lo que un médico ya sabe acerca de un paciente, puede ayudar a determinar la profundidad y el contenido de la respuesta del profesionista.

También describe los diferentes niveles de intervención, con consejos para los temas a cubrir, un resumen de una entrevista motivacional breve, así como un sistema interactivo para aplicar con los jóvenes.