Por ejemplo, en Parras, Coahuila, en los últimos 5 años se han instalado entre 4 y 5 viñedos pequeños y medianos, que se suman a las 4 empresas que ya operan con tradición en ese Estado, coincidieron empresarios productores de vino de esa región.

Las empresas ya establecidas, hoy asesoran a las que apenas están en desarrollo, con consejos sobre el tipo de uva que deben usar para el vino, la calidad que el mercado requiere y hasta con la maquila de su producto, explicó María Rivero, directora de la Bodega Rivero González.

En sus inicios, la Bodega Rivero González fue apoyada por la empresa Casa Madero.

Ayer, REFORMA publicó que en los últimos 10 años, el consumo de vino en México casi se triplicó, mientras que el número de casas productoras pasó de 20 a 90 en el mismo periodo, según el Consejo Mexicano Vitivinícola.

Rivero González pasó de producir, en menos de 5 años, unas 15 mil botellas de vino anuales y emplear a unas 7 personas; a 30 mil botellas al año elaboradas entre unas 30 personas, explicó su directora.

Daniel Milmo, director comercial de Casa Madero —una de las más antiguas del País—, dijo que entre los viñedos que hoy están en desarrollo, destacan desde productores pequeños que apenas tienen cultivos de 2 hectáreas, hasta los que ya se encuentran en una etapa más avanzada de maduración, que hoy suman hasta 20 mil hectáreas de vid.

Oscar Cervera, director de Casa Dorantes Cervera, en Querétaro, mencionó que en el Estado hoy operan varias casas productoras de vino, cuando hace unos 5 años sólo eran 2.

En esa Entidad las empresas trabajan como un cluster, en el que todas colaboran vendiéndose uvas o prestándose maquinaria para fabricar la bebida, explicó Cervera.

La producción de vid que ofrecen las tierras de Querétaro aún no es suficiente por lo que algunos empresarios compran uva a viñedos de Aguascalientes.