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Última actualización [20/02/2004]



El vino en México




Antes de la llegada de los españoles, en México, ya había uva, pero los habitantes desconocían el vino.

Desde su llegada a México el vino, junto con la colonización, gozó de gran aceptación y poco a poco dejó de ser únicamente utilizado en misas, por los reyes y la gente del poder.

Gracias a esa aceptación, la calidad de la uva, y por ende del vino se incrementó considerablemente y alcanzó gran fama. Tal fue el hecho, que el Rey Felipe II prohibió el cultivo de uvas y la producción de vino en México, pues el vino mexicano era el mayor competidor de la producción española. Únicamente se permitió elaborar vinos para cubrir las necesidades de la Iglesia.

Así, desde un principio la producción de uva y vino fue impedida por diferentes factores: el primero por intereses económicos, después influyeron los diferentes problemas políticos y bélicos.

El siglo XIX quizá fue el más decadente para el vino mexicano, pues la guerra de Independencia y los conflictos con Estados Unidos disminuyeron la producción, y se volvió irregular.

Durante la época de mayor decadencia, en 1822, Iturbide trató de fortalecer el mercado vinícola gravando con aranceles del 35 por ciento a los vinos importados, para así favorecer la producción nacional, que apoyó aún más bajando los impuestos.

Veinte años después, el presidente Antonio López de Santa Anna fomentó el cultivo de uva con la creación de la Escuela de Agricultura. Esfuerzo que continuó en el gobierno de Porfirio Díaz, pero esto no logró beneficiar -como se esperaba- la producción del vino mexicano, pues la mayor parte del vino que se consumía era el importado de España.

Casi un siglo después, durante la primera mitad del siglo XX la viticultura y la producción de vino se vieron afectadas por los conflictos políticos y las guerras, así el vino estuvo rodeado de adulteración, fraude y sobreproducción.

Mientras esto sucedía a nivel mundial, en México el vino también atravesó por dificultades y es que gran parte de los viñedos quedaron destruidos por la filoxera -plaga que ataca a la vid- y los problemas políticos que perturbaron al país. Al término de la Revolución Mexicana, no hubo interés en los agricultores por fomentar la viticultura.

Posteriormente, la mitad del siglo XX fue muy notable por los avances técnicos y tecnológicos que beneficiaron considerablemente la producción del vino cuya calidad mejoró considerablemente y México no fue la excepción; después de 1940 la producción aumentó, pues diversos granjeros sustituyeron sus campos de algodón por vides. Desde entonces la calidad del vino mexicano ha aumentado considerablemente a pesar de que diversos expertos consideran que el clima de México no es muy propicio para el cultivo.

Así, actualmente cerca del 80 por ciento de la uva mexicana se utiliza en destilerías, con ello, se ha incrementado la producción de vinos de mesa de alta calidad que son exportados y bien aceptados en el extranjero, principalmente Estados Unidos.

En México las regiones vitícolas por tradición son: Baja California, Sonora, Torreón, Saltillo, San Juan del Río y Zacatecas.

Fuente: http://www.lavina.com.mx/vino/vinomexi.html