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Última actualización [29/03/2011]



Historia del vino: el culto de la moderación


El vino ha venido evolucionando como parte de la vida, de la cultura y de la dieta europeas desde tiempos inmemoriales. La elaboración del vino se fue abriendo paso en Europa con la expansión del Imperio romano a lo largo de todo el Mediterráneo, que fue cuando se establecieron muchas de las principales regiones vinícolas que aún existen en la actualidad. Ya en aquél entonces, la elaboración del vino era un oficio muy preciso que fue promocionando el desarrollo de nuevas variedades de uva y de las técnicas de cultivo. Fueron apareciendo así los toneles para la reserva y el transporte del vino, además de las botellas que se utilizaron en ese entonces por primera vez e incluso se creó un rudimentario sistema de denominación, según fueron adquiriendo reputación algunas regiones de producción de vinos finos. Según se fue refinando progresivamente la producción de vino, fue incrementándose su popularidad y las tabernas de vino pasaron a ser un elemento común de todas las ciudades del Imperio.

 

Ahora bien, la cultura del vino es anterior a la época de los romanos en Europa. Efectivamente, ya en la Grecia antigua, el vino era loado por los poetas, historiadores y artistas y aparece con frecuencia en las obras de Esopo y Homero. No obstante, en Grecia, el vino se consideraba como privilegio de las clases superiores. Diónisos, el dios griego del vino representaba no sólo los poderes de intoxicación del vino, sino también sus influencias sociales y benéficas. Se le consideraba como el dios promotor de la civilización, la longevidad, el amor y la paz, al igual que el santo patrón de la agricultura y del teatro. De hecho, de acuerdo con el historiador griego Tucídides "las gentes del Mediterráneo empezaron a emerger del barbarismo cuando aprendieron a cultivar el olivo y la vid".

 

Con el paso de los siglos, el arte de elaborar vino se fue extendiendo en Francia, España, Alemania y parte de Bretaña. En esa época, ya se consideraba el vino como una parte importante de la dieta diaria y la gente empezó a apreciar los vinos más fuertes y de más carácter. La apreciación del vino en Europa se afianzó con la Edad Media, en parte porque beber agua todavía no era seguro, por lo que el vino era la alternativa preferida para acompañar las comidas. Al mismo tiempo, la viticultura y la vinicultura fueron avanzando gracias a la labor de los monasterios repartidos por el continente, donde nacieron algunos de los viñedos más finos de Europa. Por ejemplo, los monjes benedictinos fueron unos de los productores de vino más importantes de Europa, con viñedos en las regiones de Champagne, Borgoña y Burdeos, así como en las regiones alemanas del Rín y de Franconia. Las clases nobles y los comerciantes bebían vino en cada comida y tenían sus bodegas bien abastecidas.

 

Durante el siglo 16 empezó a apreciarse el vino como una alternativa más refinada que la cerveza y según se fueron diversificando los productos de la vid, los consumidores empezaron a valorar la variación de sus hábitos de consumo, y la gente empezó a comentar los vicios y virtudes del vino con mayor entusiasmo que en siglos pasados. El tan famoso vate de la Inglaterra de la época isabelina observaba ya que "el buen vino es una jovial criatura, si de él se hace buen uso", comentando implícitamente sobre el uso indebido del vino en aquel entonces. Durante la época shakespeariana empezó a disponerse de agua potable en Londres, adelanto que trasladó el sector del vino a una nueva era.

 

La mejora de las técnicas de producción intervenidas durante los siglos 17 y 18 desembocaron en elaboración de vinos más refinados, empezaron a utilizarse las botellas de vidrio y se inventaron los tapones de corcho. El auge del sector del vino francés se inició en este periodo, al darle los comerciantes de los Países Bajos, de Alemania, Irlanda y Escandinavia un reconocimiento particular a los vinos de la región de Burdeos. Burdeos comerciaba con el vino a cambio de café y otros objetos codiciados procedentes del Nuevo Mundo; lo cual contribuyó a reforzar el papel del vino en el emergente comercio mundial.

 

Si bien se considera el siglo 19 como la edad de oro del vino en muchas regiones, ello no fue sin tragedia. Efectivamente, alrededor de 1863, muchas viñas tuvieron una enfermedad causada por la filoxera, un insecto que les chupaba el jugo hasta las raíces. Cuando se descubrió que las viñas de América eran resistentes a la filoxera, se decidió plantar viñas americanas en las regiones francesas afectadas. Así se originó una uva híbrida que produjo una mayor variedad de vinos. Fue en ese entonces también cuando unos productores de vino se trasladaron a la región de Rioja, en el norte de España y enseñaron a los españoles a elaborar vino con sus variedades de uva locales.

 

Durante los 150 últimos años, la elaboración del vino ha sido totalmente revolucionada como arte y ciencia que es. Efectivamente, con el acceso a la refrigeración, las bodegas han podido controlar fácilmente la temperatura y los procesos de fermentación y producir vinos de alta calidad en regiones de clima cálido. La introducción de maquinaria para la recolección ha propiciado la extensión y la mayor eficacia de las viñas. Si bien el sector del vino debe afrontar el reto de satisfacer la demanda de un creciente mercado sin perder el carácter individual de sus vinos, la tecnología contribuye a asegurar una oferta uniforme de vinos de calidad. La apreciación en que se tiene actualmente al vino es un tributo pagado a ese arte intemporal de la elaboración del vino, y demuestra la importancia del vino en la historia y en la diversidad de la cultura europea.

 

FUENTE:      Wine Inmoderation

http://www.wineinmoderation.eu/es/history-of-wine