El vino, una experiencia sensorial
IRMA AGUILAR / Grupo Reforma
El vino, una experiencia sensorial
Entre sus ponencias está la relación de los vinos y la cocina afrodiasiaca
Ciudad de México (24 marzo 2003).- Rosa Vila, enóloga catalana asesora de Tierra de Vinos con más 20 años de oficio, en entrevista desde Cataluña antes de su viaje a México para realizar una serie de catas la próxima semana, comenta un poco sobre los temas que abarcará.
Entre sus ponencias está la relación de los vinos y la cocina afrodiasiaca.
Interior del lugar Tierra de Vinos, donde el comensal degusta cientos de caldos nacionales e importados. / FOTO: REFORMA / GUNTHER SAHAGUN
Comenta que existe una fuerte relación entre ambos porque comer y beber es toda una experiencia sensorial. Al degustar un vino, explica, la vista se enamora de sus colores. Distingue los distintos matices y los relaciona con el color de las frutas.
"La tonalidad y la intensidad proporcionan mucha información en cuanto a calidad, estado y edad", dice.
El olfato también es muy importante ya que gran parte de su encanto, está en el aroma. Para poder descubrirlo, aconseja seguir seguir cierto ritual discreto y revelador. Primero se debe oler sin moverlo, después, mover delicadamente la copa en círculos para que se libere más y enseguida, aproximar la copa a la nariz y aspirar.
Es necesario hacerlo varias veces y dejar que la imaginación intervenga, lo interprete y saque toda la gama aromática que perciba. Esto se reforzará una vez que se prueba ya que el gusto va a dar las cuatro sensaciones: dulce, ácida, salada y amarga.
"Con el gusto se perciben las características: seco, dulce, amargo, astringente, ácido, etcétera", explica la experta, hija de una de las primeras mujeres en trabajar en el masculinizado universo del vino en los 50 en Marfil Alella (Cataluña), cooperativa vinícola de la región.
Con relación al tacto, explica, se nota en boca con la sensación rugosa, envolvente o sedosa.
"El sonido del vino también es importante en su apreciación. Al servirlo podemos oir desde un ligero tintineo, o un ruido sordo, lo que nos indica el estado en el que se encuentra".
Para Rosa Vila, considerada la primera mujer sommelier de Cataluña, el vino aparte de ser bueno para los sentidos porque los despierta y sensibiliza, lo es también para la salud.
Es ideal, asegura, para la circulación sanguínea porque actúa como vasodilatador, reduce el colesterol malo y con ello, el riesgo de infarto. Es bueno para la piel por los llamados polifenoles, que actúan como antioxidantes y son anticancerígenos.
Con relación a la cata comparativa de la variedad Chardonnay en el mundo, que también dará, destaca que la uva es de origen francés, de la Borgoña, específicamente de la zona de Chablis, donde se elaboran los mejores Chardonnay del mundo.
Es una variedad sumamente versátil que se adapta muy bien a cualquier parte del mundo, desde Australia hasta América. Lo asombroso, dice, son las cualidades propias que desarrolla en cada tierra, desarrollando vinos que llaman poderosamente la atención de los especialistas.
De su exposición "Monográfico de los vinos oporto y su maridaje", explica que los caldos de Oporto, Portugal, de la región del Ribera del Douro, han ganado gradualmente notoriedad gracias a las características otorgadas por sus viñas cultivadas en terrazas.
"Son de elaboración muy ancestral. Es una de las glorias de la viticultura portuguesa", afirma.
Sobre el maridaje, aconseja los quesos, diversos postres, chocolate, frutos secos, y foie gras. Se sirven entre 14 y 15 grados.
La catadora, quien tiene un viñedo y viaja por todo el mundo impartiendo cursos y conferencias sobre el vino, finaliza que el vino hay que saborearlo, no beberlo ni precipitadamente ni de golpe. Debe paladearse suavemente y disfrutarse al máximo.
Rosa Vila estará en Tierra de Vinos del 24 al 02 de abril.
Artículo tomado de http://www.reforma.com/buenamesa/articulo/279375/
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