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Última actualización [11/05/2009]



No es necesario tener una cava en casa, tú puedes encontrar la mejor manera de conservar tus vinos y sacarles provecho al máximo


A diferencia de los licores, los vinos tienen un ciclo de evolución parecido al de los seres vivos: de jóvenes son sutiles, con el tiempo pueden madurar y mejorar, y cuando envejecen pierden sus cualidades.

 

Si no tienes un lugar especial para guardar tus vinos en casa, debes ser más cuidadosa y decidir qué vinos adquirir y por cuánto tiempo conservarlos, ya que no todos los vinos pueden conservarse por mucho tiempo.

 

Los vinos blancos y tintos, si son jóvenes y de la mejor calidad, tienen la expectativa de madurar por varios años en la botella. Los vinos espumosos, es recomendable no esperar más de unos cuantos meses para consumirlos.

 

Ya sea que compres tus vinos para acompañar las comidas diarias o para compromisos especiales, calcula de antemano cuándo los consumirás, para hacer tus compras oportunamente.

 

Si quieres beber un vino en su punto óptimo, una vez que lo has comprado, déjalo reposar entre una semana y tres meses. Si deseas llevar un vino a una reunión, cómpralo o envíalo también con una semana de anticipación.

 

Un lugar para guardar los vinos en casa puede ser una bodega o una cava (mas no una barra de cantina), siempre y cuando sea un lugar con las condiciones adecuadas:

 

Oscuridad

La oscuridad es uno de los aspectos que debes cuidar al máximo, pues los rayos ultravioleta hacen madurar descontroladamente al vino, y a una botella a la que le da la luz del sol, en dos semanas ya no sirve.

 

Algunas botellas tienen una cubierta tejida de fibra de yute, la cual ofrece una protección mínima que sólo sirve para darle un atractivo artesanal, por lo tanto no te fíes de esa cubierta y guárdalos en un lugar oscuro.

 

Temperatura

La temperatura debe ser entre los 11 y los 14 °C. Si vives en un lugar caluroso y esto resulta difícil, al menos procura que nunca rebasen los 21 °C. En el caso contrario, trata de que no estén por debajo de los 10 °C.

 

Una temperatura fría puede detener la maduración del vino, y un exceso de calor puede echarlo a perder. Es importante que no confundas estas temperaturas de almacenamiento con las de servicio, las cuales presentamos en El ritual básico para servir un vino.

 

Humedad

La humedad de tu cava debe ser suficiente para que el corcho no se reseque, pero no tanta que favorezca la aparición de moho. Si no encuentras un buen lugar, aunque te suene extraño, un clóset o un ropero son dos buenas opciones, pues tu recámara tiene las ventajas de ser un lugar tranquilo y con iluminación y temperatura constantes.

 

Posición

La posición horizontal permite que el vino esté en contacto con el corcho y evita que no se seque, lo cual daría lugar a filtraciones de aire y contaminaciones. Los únicos vinos que no deben estar en contacto con el corcho son los de mayor graduación alcohólica, pues algunas sustancias del corcho se pueden disolver con el alcohol, alterando el sabor del vino.

 

Ruido

Guardar tus vinos en la vitrina de la sala o en otros sitios ruidosos los perjudica mucho. Procura siempre que estén lo más protegidos posible de ruidos y vibraciones, por ejemplo de tu aparato de sonido.

 

Antes de pensar en el cuarto de los cachivaches, la cochera o el sótano como bodega de vinos, considera que es contraproducente que estén cerca de máquinas ruidosas o enseres domésticos, así como de olores extraños de pinturas, solventes o productos de limpieza.

 

FUENTE:
 Esmas/Mujer/Cocina

http://www.esmas.com/mujer/cocina/vinos/340036.html