Saber del mundo

Última actualización [30/06/2008]



Cerveza, 10.000 años de historia


Creada en Mesopotamia unos 8.000 años antes de Jesucristo, la cerveza es una de las bebidas más antiguas que existen. Desde su descubrimiento hasta la época actual ha sido elogiada por unos y odiada por otros y a sufrido cambios considerables.

 

Podría parecer que el vino es una de las primeras bebidas de la historia. Pero no es así. Según multitud de documentos, es la cerveza la que antes se empezó a consumir. Bastante antes incluso de que Noé descubriera el licor de la uva. De hecho, casi todas las antiguas civilizaciones la tomaban.

 

El nacimiento de esa deliciosa bebida que es la cerveza es paralelo al del cultivo de los cereales. Unos 8.000 años antes de Jesucristo se creó la primera bebida a partir de la fermentación del grano. Esa primera cerveza recibía el nombre de Gash, tenía un sabor ligeramente ácido y sustituía a la escasez de agua potable de las tierras de Mesopotamia. Ésta es, sin duda, una de las cunas de tan sabroso líquido.

 

La fórmula más antigua que se conserva de ella procede en concreto de Mesopotamia del Sur y se conserva en el Metropolitan de Nueva York.

 

Bebida nacional en Egipto

Zythum era el nombre que recibía en Egipto, donde se convirtió en la bebida nacional. Esta popularidad se debía, en parte a la "alegría que infundía a los bebedores". Según se lee en algunos escritos de la época, les hacía bailar y cantar. Por lo que vemos, los efectos son muy parecidos a los que provocan en la actualidad.

 

La fermentación del trigo fue el primer sistema que emplearon los egipcios para elaborar cerveza. Con el tiempo, sustituyeron este cereal por otros que encontraron más adecuados, sobre todo la cebada. Los griegos primero y después los romanos conocieron la cerveza gracias a los egipcios. Pero en estos países no gozó de la misma buena fama. Más bien al contrario, su sabor áspero y su bajo precio la relevaron a un segundo puesto, siempre tras el vino.

 

Desarrollo monacal

La cerveza era considerada la bebida del pueblo y, más adelante, la de los bárbaros. Sólo cuando Roma entró en contacto con los germanos, comenzó a imponerse el consumo del licor de cereales.

 

La clave para conseguir ese sabor un tanto amargo de la cerveza es añadirle lúpulo. Dice la leyenda que la idea se le ocurrió, allá por el siglo XI, a Santa Ildegarda, fundadora y abadesa del monasterio de San Ruperto. A esta monja le disgustaba el sabor dulzón de esa bebida, muy popular entre los religiosos, y se decidió a sumarle a la fórmula los frutos desecados de esta planta trepadora de las canabíneas. Sin embargo este secreto no salió de los muros de los conventos hasta el siglo XIII.

 

Bebida real

A pesar de que tanto los celtas como los celtibéricos fabricaban cerveza ante la escasez de vino en algunas regiones españolas, ésta era la bebida favorita en la Península. Prueba de ello es que hasta la llegada de Carlos V a España, poco se sabe sobre este licor a base de cereales.

 

El rey venía de un lugar, Flandes, donde era ésta la bebida más habitual, por no decir la única. De este modo, se popularizó este líquido espumoso en nuestro país. Pero al mismo tiempo y probablemente sin darse cuenta, Carlos V inició una tirante relación ya que, durante mucho tiempo, todo lo flamenco era sinceramente odiado. Hasta tal punto que tuvo que transcurrir medio siglo de su fallecimiento para que se comenzara a elaborar industrialmente.

 

Esa mala fama y profunda antipatía hacia la cerveza ha durado hasta hace bien poco, iniciado el siglo XX. Ese aumento de popularidad se debió a la aparición de la fabricación industrial del hielo y a la pasteurización, que permite su conservación durante más tiempo. Así, ha ido creciendo en importancia hasta convertirse en el aperitivo nacional.

 

FUENTE:
Mundogar/Alimentos y Bebidas

http://www.mundogar.com/ideas/reportaje.asp?ID=1272