Saber del mundo

Última actualización [27/11/2005]



¿Vino Chileno, o el Vino de los Chilenos?




Federico Leighton Puga

CHILE
Cuando Chile exporta vino no está exportando un producto genérico o “commodity”, tampoco un modelo hecho en Chile de tal o cual marca de automóviles, ni un “chip” de computador fabricado por una empresa transnacional.

Cuando Chile exporta vino, está exportando una parte del vino de los chilenos. Una parte de un producto profundamente enraizado en nuestra cultura, que bien manejado aporta bienestar y salud a los chilenos. Y si es bueno y saludable para nosotros, lo será también para quienes lo consuman en forma similar a como lo hacemos en nuestro país.

El vino, frutas y verduras, salmón y otros peces, y un número creciente de otros productos de nuestra tierra y nuestro mar, al ser exportados llevan en si el resultado de privilegios que la naturaleza nos ha concedido en nuestra tierra y nuestro clima, como también el valor que le agregan las empresas que los producen y los chilenos que en ellas trabajan.

Nosotros mismos somos testimonio de las bondades del vino chileno y de otros componentes de nuestra dieta, la que hemos considerado como una variante de las dietas mediterráneas. Por ejemplo, si uno mira los índices de mortalidad cardiovascular (WHO 1995-1996) de un grupo de países productores-consumidores de vino (Australia, Francia, Italia, Nueva Zelandia, España y USA) la tasa promedio es 193.8 muertes anuales por 100.000 habitantes. En cambio países que no producen vino (por ejemplo Dinamarca, Holanda, Noruega, Suecia, Finlandia y el Reino Unido) tienen un promedio de mortalidad cardiovascular de 222. Esta diferencia es estadísticamente significativa. Pero llama mucho la atención que la tasa de mortalidad cardiovascular comparable para Chile es 164, sólo Francia con 135 nos supera entre todos los países mencionados.

El mundo debe saber que cuando Chile exporta vino y otros productos alimenticios que hemos mencionado, exporta salud y bienestar. Sin embargo, todos estos productos no son necesariamente saludables. Lo son cuando se consumen como lo hacemos los chilenos y eso es parte de nuestra cultura. Diferentes países tienen hábitos y formas de consumir vino y otras bebidas alcohólicas que condicionan el que estas sean dañinas o saludables, por ejemplo, en países del norte de Europa es frecuente beber en gran exceso sólo los fines de semana y eso daña. Mientras que en los países productores de vino se observan hábitos más saludables y es más, como ocurre en Francia, los hábitos más saludables se detectan precisamente en las regiones productoras del país.

Se configura entonces un desafío para nosotros: reconozcamos valores propios de la cultura chilena, de nuestro estilo de vida y de la forma como nos alimentamos, y exportémoslos con el vino y nuestros productos. ¿Podemos decir que el esfuerzo productivo de los chilenos, junto a la naturaleza privilegiada del país, nos permiten contar con productos de la mejor calidad, que han mostrado en Chile ser beneficiosos para la salud? ¿Podemos decir que Chile, un país saludable, busca compartir con otros algunos de los productos que nos dan esa cualidad? Hoy hay claras evidencias que sustentan estas afirmaciones, pero debemos ser capaces de defenderlas ante los escépticos. Podemos y debemos seguir estudiándolas para así definirlas sistemáticamente y convencer al mundo en un momento en que la prioridad del tema salud y alimentación, en todo el globo, escada vez mayor

Federico Leighton Puga
Director del Proyecto Ciencia, Vino y Salud
Universidad Católica de Chile
vinsalud@bio.puc.cl

FUENTE: Ciencia Vino y Salud/Comentarios sobre dieta y vino
http://www.bio.puc.cl/vinsalud/columnas/abr2003.htm