Saber del mundo

Última actualización [13/05/2007]



Del Neolítico en China

Deborah Scoblionkov

Los más antiguos indicios de vino


Los habitantes, durante el Neolítico, de una zona que actualmente se encuentra en China podrían haber sido los primeros vitivinicultores del mundo, según los científicos que han descubierto en el norte de ese país las pruebas más antiguas de producción vinícola, en fragmentos de cerámica que se remontan al año 7000 a.C. Hasta ahora, los primeros indicios de bebidas fermentadas se remontaban al 5400 a.C., y habían aparecido en los restos neolíticos de Hajji Firuz Tepe, en Irán.
Sin embargo, el doctor Patrick McGovern, de la Universidad de Pensilvania, afirmó en un estudio publicado en la revista científica ''PNAS'' que los ensayos de laboratorio realizados con vasijas de cerámica de la localidad de Yiahu, en la provincia de Henán, muestran restos de una bebida fermentada producida a partir de una mezcla de arroz, miel y tal vez uvas o frutos de espino.

"Esto parece indicar que los chinos desarrollaron las bebidas fermentadas incluso antes que la población de Oriente Próximo, o tal vez al mismo tiempo", ha declarado McGovern a Reuters. "Puede que existieran lazos indirectos entre Oriente Próximo y Asia Central en aquella época de la civilización antigua".

El yacimiento arqueológico de Yiahu, situado en la cuenca del río Amarillo, es famoso por sus reliquias culturales y artísticas. Entre las encontradas hasta el momento figuran casas antiguas, hornos, turquesas talladas, herramientas de piedra y unas flautas de hueso que se consideran los instrumentos musicales más antiguos encontrados.

McGovern también analizó muestras de vino de tres mil años de antigüedad procedentes de recipientes de bronce cerrados herméticamente, encontrados en tumbas de la dinastía Shang, en la cuenca del río Amarillo. En su opinión, el líquido se ha conservado porque una fina capa de óxido selló totalmente las jarras de bronce.

Una pequeña muestra de los restos del vino, un líquido transparente e incoloro, desprendía un débil aroma similar a barniz o al quitaesmalte, aunque McGovern afirmó que cuando él olió el vino por primera vez notó un aroma floral.

El antiguo vino estaba sazonado con hierbas y flores o resinas de árbol, y se colocaba en las tumbas de los miembros de la clase alta para que les sirviera de sustento en la vida después de la muerte.

Una de las jarras contenía un líquido con restos de ajenjo, lo que indica que podría tratarse de una versión temprana de la absenta.

McGovern, arqueólogo molecular del museo de arqueología y antropología de la universidad, analizó las muestras con ensayos moleculares y químicos, que comparó posteriormente con productos botánicos que se sabe que estaban disponibles en aquella época.
Fecha de publicación: 16.12.2004
REUTERS

FUENTE: El Mundo Vino/Cultura del Vino/Reportajes
http://elmundovino.elmundo.es/elmundovino/noticia.html?vi_seccion=2&vs_fecha=200412&vs_noticia=1103230240