Mitos y Realidades

Última actualización [06/08/2013]



Realidades del consumo de alcohol


MÉXICO

El consumo frecuente de alcohol, la dependencia o el aumento en la tolerancia en el consumo de las bebidas alcohólicas tienen consecuencias para la salud tanto para quienes consumen, como para la gente que rodea a las personas dependientes, ya sea de manera física o emocional.

En nuestra sociedad, el consumo de esta sustancia es comúnmente aceptado y hasta funciona como un ritual de introducción familiar para su consumo. Es importante saber las consecuencias que provoca el consumo habitual y abundante, aun cuando este se presente en el ámbito familiar. A continuación te presentamos cuatro mitos y realidades sobre la frecuencia y el consumo de esta sustancia, así como sus efectos:

Beber los fines de semana no hace daño.

En realidad la cantidad que se ingiere es la que realmente produce el daño que el alcohol provoca al hígado principalmente. En México generalmente se consume alcohol los fines de semana, pero en grandes cantidades, lo que ocasiona deterioro del tejido hepático (hígado) y daño al cerebro. Si este consumo se vuelve habitual, como una consecuencia lógica aumenta la tolerancia pudiendo dar paso a la dependencia. Además del daño físico, sabemos que el consumo de alcohol es un factor que puede propiciar accidentes y que tenga alguna incidencia en que se lleven a cabo actos violentos, lo que se resume pérdidas tanto personales como sociales.

 

Es importante enseñarle a beber a los niños desde chicos.

El consumo de alcohol en los niños produce daños aún más severos de los que puede producir en los adultos. Mientras más se exponga a los niños al consumo, la tolerancia al alcohol se desarrolla más rápidamente. Asimismo, al estar expuestos desde chicos los hace más vulnerables a los daños físicos a corto y largo plazo, como cirrosis hepática, pancreatitis, neuropatía alcohólica y diabetes mellitus.

 

Hay gente que puede beber mucho y no se emborracha o no le hace daño.

La realidad es que el consumo de alcohol, así sea en pequeñas cantidades, desde la primera copa produce alteraciones en el sistema nervioso central que afectan la capacidad de respuesta, los reflejos y la percepción del tiempo espacio.

 

Si tomo poco puedo manejar sin riesgos.

Todas las personas son diferentes y algunas creen que pueden conducir perfectamente aun con efectos leves del alcohol, pero la realidad es que están poniendo en riesgo su vida y la de los demás por los efectos sedantes del alcohol. Probablemente tienen mayor tolerancia, pero, al consumir grandes cantidades tienen mayor riesgo.

Como dato informativo, planteamos algunas cifras sobre el consumo de alcohol en México:

Dentro de las preferencias o patrones en el consumo de alcohol en los adolescentes, están el de las bebidas preparadas más que el vino. El consumo frecuente de aguardiente y alcohol de 96° aumenta con la edad y el mayor consumo de cerveza, de destilados, de vino y de bebidas preparadas se da más entre los 18 y los 29 años de edad. Es característico que el gusto por las bebidas preparadas disminuye en forma importante después de los 29 años y que el mayor consumo de pulque ocurre entre los 30 y los 39 años.

Es importante difundir y conocer los riesgos que se tienen realmente al consumir alcohol, como sociedad y de manera individual, sobre todo porque es una sustancia legal que realmente puede causar daños irreversibles en la vida de quien lo consume y la gente cercana.

ENA 2008, Theodore W Rall, A Goodman y Mitos y realidades de las drogas. CENADIC.

 

FUENTE:      Kuali Family/Adicciones

http://kualifamily.com