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Última actualización [19/02/2004]



Alcoholismo, los Factores Biomédicos de la adicción




Los avances producidos en materia de alcoholismo en los últimos años han sido de vital importancia para la comprensión de un mal, que aunque puede ser tratado, aún no tiene cura.

Existen dos factores principales asociados a la predisposición del consumo compulsivo de alcohol: el ambiente y la genética. Recientes descubrimientos han revelado que es en el brazo largo del cromosoma once donde se encuentra tal predisposición; sin embargo, se trata de una predisposición mutante que se puede seguir manifestando en otras compulsiones, por ejemplo la comida, el juego, el sexo, etc.

Una nueva tendencia

Las investigaciones ahora tienen una nueva tendencia que pretende solucionar los problemas que otras prácticas de tipo social no han podido tratar eficazmente. Se habla entonces de recurrir al gran arsenal de la genética para estudiar la adicción.

El análisis de hijos adoptivos y gemelos ha sido definitivo a la hora de evaluar la importancia de la carga genética en el desarrollo de la enfermedad. Barry Everitt, neurólogo de la Universidad de Cambridge y especialista en drogadicción, afirma que el hecho de comprender los procesos psicológicos y biológicos subyacentes "podría arrojar una luz sobre una amplia gama de desórdenes compulsivos de la conducta, incluyendo no sólo el abuso de alcohol y el tabaquismo, sino también la bulimia, el juego y otros comportamientos gratificantes que generan síndrome de abstinencia en los adictos que los abandonan".

Así es, una buena parte de las diferencias individuales en la vulnerabilidad al consumo de alcohol y otras sustancias están concentradas en la genética; sin embargo, no ha podido establecerse si esas diferencias genéticas son aplicables a las adicciones en general, o solamente a sustancias específicas.

El Centro de Investigación del NIDA en Baltimore, bajo la dirección del especialista Roy Pickens, está desarrollando un proyecto que busca identificar subtipos de alcohólicos cuyo factor genético sea poderoso. Hasta ahora, los resultados de las investigaciones señalan que si los individuos que padecen la enfermedad sufren de otros desórdenes psiquiátricos, la carga genética alcanza su máxima expresión.

Experimentos e investigaciones

Investigadores de la Universidad de Bristol sugieren -dato curioso- que aquellas personas con cierta insensibilidad a los gustos agrio y amargo, son más propensas a consumir alcohol en exceso. Esto significa que además de la genética, también juega un papel importante la relación existente entre el gusto y el alcoholismo.

Por otra parte, el genetista Kari Buck explica que si se prueba que los humanos tienen genes similares, podría llegar a conocerse la vía idónea para desarrollar fármacos frente al alcoholismo. Se han identificado marcadores de los genes relacionados con el alcoholismo en tres cromosomas diferentes. En experimentos con ratones se comprobó que quienes heredan una versión o un alelo de dichos genes presentan mayores riesgos de sufrir síndrome de abstinencia, y que los ratones con diferentes alelos, están protegidos contra dichos síntomas. John Crabbe, de la Universidad de Princeton, encontró ratones con un marcador genético de un gen que impulsa a los animales a beber alcohol. Este gen envía una señal al cerebro para beber más que los ratones normales.

Predicciones

Estudios en niños menores indican la posibilidad de detectar etiquetas neurobiológicas que ayuden a la predicción de alcoholismo en la edad adulta. Las observaciones realizadas permiten entrever cuál será el camino que permita encontrar los genes específicos que median en la enfermedad. Las dificultades no son pocas: la heterogeneidad clínica y la incertidumbre que aún rodea la herencia del alcoholismo, plantean enormes desafíos. El centro de Banbury es una de las instituciones que dedica más esfuerzos en la tarea de evaluar críticamente estos obstáculos para lograr que su búsqueda, de la mano de clínicos, genetistas y neurobiólogos, sea eficiente.

Investigaciones recientes auspiciadas por el National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism (NIAAA), reconocen la determinación genética; sin embargo, examinan el factor ambiental de cada una de las personas, en especial la influencia de compañeros y la disponibilidad del alcohol. Genética y ambiente son los llamados factores de riesgo, sin que el riesgo determine el destino, es decir, el hijo de un padre alcohólico no desarrollará necesariamente la enfermedad.

Los científicos han estudiado miles de personas provenientes de varios cientos de familias que cuentan, en mayor o menor grado, con un historial de alcoholismo. La idea ha sido identificar la localización de los genes que influyen en la vulnerabilidad. El éxito de estas investigaciones estará en identificar a las personas que están en alto riesgo de alcoholismo, además de abrir espacios vitales para corregir efectivamente los problemas relacionados con el alcohol.

Otro punto de estudio es el que analiza el modo en que los factores genéticos y ambientales se combinan para provocar la enfermedad. Todas las investigaciones que se están desarrollando a lo largo y ancho del mundo conducirán a la prevención de problemas de alcohol, a la identificación del abuso en su consumo en etapas tempranas que desemboquen en tratamientos claramente disponibles para individuos y familias.

Diferencias útiles

La verdad acerca del alcoholismo no ha estado del todo clara para las personas, tanto por sus componentes ambientales y genéticos, como por las diferencias que existen entre abuso en el consumo y alcoholismo.

Alcoholismo es igual al síndrome de dependencia al alcohol, y se caracteriza por el deseo compulsivo de beber; la pérdida del control al comenzar a beber; la ocurrencia de síntomas después de la abstinencia; y la tolerancia o necesidad de aumentar la cantidad de alcohol ingerida para sentirse drogado. El alcoholismo poco o nada tiene que ver con el tipo de alcohol, la cantidad o el tiempo de consumo.

El abuso de alcohol no presenta las anteriores características, sino simplemente un patrón de consumo de bebidas alcohólicas que se acompaña de conductas irresponsables como faltar al trabajo, desarrollar actividades peligrosas bajo la influencia del alcohol, etc.

Las investigaciones se refieren, en esencia, a la enfermedad del alcoholismo y no como tal al abuso de alcohol, el cual no manifiesta la misma sintomatología. No obstante, es probable que el alcohólico sí presente la de quien consume alcohol en exceso.

Fuente:http://www.buenasalud.com/lib/ShowDoc.cfm?LibDocID=3043&ReturnCatID=1892