Impostergable aumentar la base de contribuyentes

*Nuevos impuestos o elevar los existentes, camino equivocado para mayores ingresos públicos

*Que paguen impuestos quienes tengan capacidad de pago. Incrementar la base de contribuyentes, meta inmediata y hacia adelante

Los pronósticos económicos para 2010 continúan señalando que será un año complejo, más allá de retóricas oficiales, donde el desempleo seguirá siendo el signo de la aguda caída del crecimiento y ante la inminente continuidad aplicación de medidas ortodoxas, no significa ni será la gran prioridad para la política económica que por cierto en años previos donde no había situación de crisis tampoco el empleo era una prioridad. El contexto se caracteriza porque la gran atención comienza a centrarse en el presupuesto 2010, cuyo proyecto del Gobierno federal deberá presentar el próximo 8 de septiembre.

Sobre el particular, el Titular de Hacienda ha señalado que se enfrentará un faltante por 300 mil millones de pesos y se han generado diversos planteamientos acerca de cómo será enfrentado dicho faltante y desde luego se convierte en tema fundamental de análisis las posibilidades al respecto.

Se tiene en realidad dos caminos, uno corresponde a la generación de mayores ingresos propios y el segundo, a la contratación de deuda. Así de simple el planteamiento, pero en cualquiera de los dos la ejecución es compleja y lo más relevante es la interrogante prioritaria: los cómos.

Por ejemplo, en términos de ingresos propios las dos grandes vertientes son impuestos, precios y tarifas de bienes y servicios públicos en materia de impuestos se tiene que contemplar con la mayor objetividad la situación que prevalece, es decir, si se trata de una crisis, la más profunda desde los años treinta del siglo pasado, seria ocioso pensar en un incremento de impuestos.

Se inició la polémica sobre un Impuesto al Valor Agregado (IVA) generalizado, donde la parte central son alimentos y medicinas, que en escenarios menos críticos, en concreto al inicio de esta década fue rechazado, politizado e incluso a la fecha forma parte de estatutos y promesas de campaña de partidos políticos (PRI), para evitar su aprobación.

Es evidente entonces que una propuesta en ese sentido no será aprobada por el Legislativo, particularmente donde el partido en el poder ya no tiene la mayoría.

Se tiene claro la necesidad de los recursos y que la autoridad casi con desesperación busca la manera de captarlos; en ese sentido se ha propagado que los denominados Impuestos Especiales sobre Producción y Servicios (IEPS) serán impactados y destaca entre ellos el de tabaco.

Incluso a partir de entre ayer y hoy se llevó a cabo un foro sobre tabaquismo, donde se planteó que es previsible que se contemple un incremento al IEPS de tabaco del 160 al 190 por ciento, que sin entrar en polémica sobre sus efectos en salud es de destacar que se trata de un producto de demanda inelástica, es decir, que no necesariamente se transforma su demanda en un aumento de precio y si este se eleva de manera considerable, por aumento de impuestos, el resultado seria contrabando y piratería, además, de la afectación que pudiera registrar el número de mexicanos que cultivan tabaco y participan en su comercialización.

En cuanto a la contratación de deuda, no perder de vista que no todos tienen posibilidad de acceder a ella y que el pago de su servicio podría generar situaciones en donde ciertos deudores tuviesen complicaciones de pago y el remedio podría resultar peor que la enfermedad.

Es indispensable incrementar los ingresos y la vía impositiva es la más adecuada, pero no a través de aumentar el número ni la tasa del impuesto, el camino es que paguen los impuestos ya existentes quienes tienen capacidad de pago, en suma incrementar la base de contribuyentes, que puede ser potencializado con otras medidas, pero la central es esa.

*Director de la Revista Economía y Democracia