Pues más o menos así pasaron las cosas con la economía mexicana y con la de Estados Unidos, el viernes pasado.

A la de México le atacó una crisis de confianza<00A6> por si la crisis de seguridad no fuera suficiente.

De modo sorpresivo, el índice de confianza del consumidor se volvió a caer.

Desde octubre del año pasado y hasta el mismo mes de este año, prácticamente mes tras mes el índice se había ido para arriba, y ahora, al llegar la temporada de ventas más importante de todo el 2010, se dan ya 2 meses consecutivos de retroceso, con una caída en noviembre de 1.4 por ciento respecto a octubre.

Le hemos comentado previamente que, aunque el sector comercial del País anticipa un buen cierre del año, podría encontrarse con la mala sorpresa de que las ventas de diciembre resulten más bajas de lo previsto.

Si más gente piensa "como revela el indicador del Inegi" que en el lapso de un año la situación de la economía no estará mejor, entonces es probable que muchos decidan usar su aguinaldo para pagar deudas o, de poder hacerlo, para ahorrar un poco, a la espera de una nueva etapa de vacas flacas.

Las pobres cifras de las ventas de las tiendas de autoservicio, que en octubre no crecieron en términos reales, pueden ser una manifestación de las dudas de los consumidores, aunque como le hemos comentado, hay otro segmento que acude a las tiendas departamentales, que definitivamente está comprando más.

Por lo pronto, los datos respecto al ánimo de los consumidores mexicanos ya generan nuevamente dudas respecto a la solidez de la recuperación del mercado interno.

En Estados Unidos, el problema fue el repunte del desempleo, que en el mes de noviembre volvió a crecer y alcanzó el 9.8 por ciento, luego de que había bajado al 9.6 por ciento.

Desde luego que el desempleo no es parejo. Por ejemplo, los que tienen educación superior tienen sólo una tasa de 4.6 por ciento, y en contraste, los que tienen escolaridad por abajo de high school llegan al 15.3 por ciento de desempleo.

Los hombres adultos padecen una tasa de 9.7 por ciento, mientras que las mujeres llegan sólo al 8.1 por ciento.

Por grupos raciales, el menor desempleo lo tienen los de origen asiático, con 7.1 por ciento; mientras que los afroamericanos llegan al 15.7 por ciento.

Por cierto, los de origen hispano (mayormente mexicanos) tienen desempleo de 12.6 por ciento.

Se ha mencionado con mucha frecuencia que, pese a la recuperación de la economía norteamericana, no se iba a generar empleo por un buen tiempo todavía. Pero el cambio de tendencia que se produjo en noviembre genera incertidumbre respecto al curso de esa recuperación.

Estamos ya en pleno diciembre, con más dudas que apenas hace algunos meses.

Hay consenso de que en estos meses tenemos ya un crecimiento más flojo que en la primera mitad del año.

Ahora la interrogante es si el dilema entre mayores desequilibrios fiscales y relajamiento monetario o menor crecimiento, no se convierte en una elección entre el momento en el que se quiere la próxima caída, si hasta dentro de pocos años o de manera inmediata.