No obstante el precio promedio al que se oferta el producto ilegal en la capital del estado es ligeramente superior pues mientras que en las calles de nuestra frontera el precio promedio se ubica a 17 pesos por cajetilla, a tres cajetillas por 36 pesos, o a peso por cigarrillo, en Chihuahua el precio oscila entre los 20 y los 25 pesos, costo que sin embargo sigue estando muy por debajo de los 38 a 40 pesos que cuestan las cajetillas de marca comercial.

Datos del Centro de Integración Juvenil (CIJ) de Chihuahua corroboran la información en el sentido de que los cigarrillos pirata no sólo de origen chino, sino de otros países como Paraguay, Filipinas y Vietnam, que se están ofertando en las calles capitalinas contienen químicos más letales para la salud que los contenidos en los cigarros de marcas establecidas.

Esta información es respaldada a su vez por el Consejo Estatal contra las Adicciones que corrobora la existencia en las calles de Chihuahua de cigarros pirata que al venderse sueltos y más baratos, resultan ser más tóxicos que los cigarrillos de marca.

Al igual que lo señalado con respecto a esta frontera por Arturo Valenzuela Zorrilla, secretario del Comité Médico Ciudadano de Ciudad Juárez y vocero de la Mesa de Seguridad del programa Todos Somos Juárez, la citada institución señala que el tabaco apócrifo ha captado un mercado cautivo especialmente entre jóvenes estudiantes y personas de bajos recursos económicos, lo que también está elevando las cifras de consumo de tabaco en aquella ciudad.

Pese a operativos de autoridades capitalinas que dan cuenta de algunos decomisos durante 2011, el CIJ da cuenta del creciente número de establecimientos y de vendedores ambulantes que están comercializando grandes cantidades de cigarros de origen dudoso, sin que sus empaques cuenten con los pictogramas oficiales que marca la Ley General de Control de Tabaco.

UN MERCADO QUE AVANZA

De acuerdo a cifras de la British American Tabacco de Mexico (BAT), el año que acaba de concluir registró la venta de más de 200 millones de cajetillas de cigarros pirata en todo el país lo que significa un incremento del total de ventas nacionales de 2 a 10 por ciento, y en algunas entidades (posiblemente en el caso de Ciudad Juárez) hasta del 15 por ciento o más.

El corporativo atribuye este desproporcionado incremento, entre otras cosas, al aumento de los impuestos a ese producto, así como a posibles actos de corrupción o de omisión para intervenir oportunamente.

Ante lo que consideran una falta de acciones necesarias por parte de las autoridades competentes, tanto la BAT como la empresa Phillip Morris y otras asociaciones de la industria tabacalera en México, constituyeron recientemente la Alianza contra Productos Ilegales, a través de la cual diseñaron un plan de acción para evitar el ingreso y comercialización de cigarros ilegales en el país.

PROPONEN ACCIONES

Una de las acciones propuestas por la Alianza estriba en la colocación de mamparas informativas en tiendas y centros de distribución a través de las cuales se puedan mostrar al público las marcas de cigarros que no cumplen con las normas vigentes y que ingresaron a México de contrabando.

También se pretende estrechar la interlocución con el Congreso para incidir en las decisiones relativas a la regulación de la industria del tabaco, además de buscar un mayor acercamiento con la Administración General de Aduanas (AGA) para intensificar la vigilancia en los distintos puntos de entrada del país.

En materia de seguridad se pretende solicitar a la Procuraduría General de la República, acciones efectivas que permitan la desarticulación de bandas de contrabandistas que actualmente operan a lo largo del territorio nacional, además de requerir a las instancias de salud como la SS y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), que se implementen campañas preventivas respecto al consumo de cigarros de contrabando, e incautar los productos que no cumplan con las regulaciones vigentes.

El posicionamiento de la BAT publicado en el sitio de Internet de este corporativo, señala que las empresas que forman parte del mismo no toleran el contrabando ni la falsificación de cigarros, por lo cual se dicen dispuestas a colaborar con las autoridades competentes “para erradicar este flagelo mediante la aplicación de la ley y asegurar así la existencia de un mercado basado exclusivamente en los principios de competencia leal”.

En dicho documento la BAT señala como principales causas del crecimiento de la venta de cigarros pirata la imposición de altos niveles de impuestos especiales al tabaco “lo que en algunos casos implica incrementar los precios del producto legítimo y alejarlo del alcance de los bolsillos del consumidor”, lo cual a su vez “genera entre los grupos delictivos atractivos márgenes en la comercialización de los productos ilegítimos”.

Otros aspectos que contribuyen al éxito de los cigarros pirata estriban según la BAT en “dinámicas de mercados que, en algunos casos, por tener el consumidor menor capacidad económica en sus bolsillos, optan por des escalar el consumo a marcas de bajo precio, entre las que se ubican por lo general marcas B o ilegítimas”, además de que existen “consumidores poco conscientes (a los) que no les importa comprar productos ilegales, baratos y de procedencia desconocida”.

Asimismo contribuye la existencia de “extensas fronteras, múltiples aduanas y controles limitados”, todo lo cual genera múltiples efectos como lo son: riesgos adicionales en la salud del consumidor; evasión fiscal; erosión de un negocio legítimo y reducción de la productividad; alteración de la dinámica del mercado y su distribución; y la disminución del volumen de venta del producto legítimo.

Según la BAT, también se genera pérdida de empleos que pagan impuestos y contribuciones; violación a la integridad e imagen de marca; incremento de operativos, costos y acciones de aplicación de ley por parte de las autoridades; y el fortalecimiento de los grupos delictivos y de la inseguridad.

“Experiencias en otros mercados indican que si el contrabando y la falsificación de cigarros no son controlados desde sus inicios, posteriormente se dificultan las medidas adecuadas para combatirlo, ya que se crean grandes canales de distribución y clientes”, señala el corporativo, puntualizando también que “en México esta situación preocupa cada vez más por el aumento de la delincuencia y la corrupción, lo que facilita la construcción de redes utilizadas para el contrabando de drogas, armas y otros productos (entre ellos cigarros)”.