GUADALAJARA, JALISCO (03/DIC/2011).- En el sector tequilero se tienen prendidos los focos amarillos ante el crecimiento de las ventas de los llamados “destilados o aguardientes de agave”, dado que en gran parte de los casos son bebidas alcohólicas sin una destilación formal y porque a través de un manejo de imágenes en la etiqueta remiten al tequila, con el respectivo engaño al consumidor, tanto en el mercado nacional, como en el extranjero.

Así lo expusieron el director del Consejo Regulador del Tequila (CRT), Ramón González Figueroa, y el consejero de la Cámara Nacional de la Industria Tequilera (CRT), Carlos Newton, quienes refirieron que esta situación se ha complicado con las exportaciones de los seudo-destilados, tanto envasados como a granel, que han venido en crecimiento.

Expresaron que el sector tequilero redoblará acciones para que tanto la Procuraduría General del Consumidor (Profeco), como la Dirección General de Normas de la Secretaría de Economía, tomen las medidas necesarias para su regulación, pues el actual vacío normativo propicia situaciones indeseables, comenzando con el engaño al consumidor, además de menos captación de recursos fiscales a través del Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS). También daño patrimonial al Estado, si se toma en cuenta que los seudo-destilados afectan a tres bebidas con denominación de origen elaborados con agaves: el tequila (con agave Tequilana Weber), junto con el mezcal y bacanora.

González Figueroa refirió que, cuando se tuvo vigente la Norma Oficial Mexicana (NOM012), en forma emergente se demostró “que 50 marcas de destilados, licores y aguardientes de agave ni siquiera lograron acreditar que eran productos realmente destilados porque se elaboraban en cocheras o lugares improvisados con mezclas en frío a base de alcohol de caña y envasados en tinacos de plástico”, lo que además de engaño supone también un riesgo para la salud.

Por lo mismo, urge nuevamente a la vigencia de una NOM de estos productos que establezca su proceso de producción, así como la creación de un organismo que verifique su cumplimiento, como sucede con el tequila y otras bebidas sometidas a una regulación.

González Figueroa detalló que se tiene conocimiento de exportaciones recientes de 300 mil litros de estos productos, lo que si bien es un monto reducido ante los 150 millones de litros que se exportan anualmente de tequila (en su gran mayoría a Estados Unidos), esto supone un fenómeno que puede crecer y por ende, perjudicar la imagen del tequila y afectar la captación de divisas que este producto le deja el país.

Ambos añadieron que en la agenda inmediata de cabildeo del sector tequilero, la regulación de productos figura en las prioridades más urgentes.

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