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Última actualización [01/05/2005]



Alcohol: ¿bebo demasiado?




Dra. Annette Sogard Nielsen, Dr. Palle Petersen, Dr. Dan Rutherford, Dr. José Martínez Raga.

El consumo excesivo de alcohol durante largos periodos de tiempo puede provocar dependencia o adicción. También puede dar lugar a graves consecuencias físicas o psicológicas, así como importantes problemas familiares o laborales. De igual modo se estima que cerca del 50% de los accidentes de tráfico están relacionados con el alcohol.

A algunas personas les resulta difícil determinar con exactitud cuánto beben habitualmente. Por ello, puede ser una buena idea mantener un diario del alcohol consumido durante un periodo de tiempo o anotarlo en un calendario cada vez que se bebe.

En función de la cantidad de alcohol que se consume a la semana podemos distinguir entre lo que se conoce como consumo moderado y el consumo de riesgo. Se habla de consumo moderado cuando se bebe un máximo de 20 unidades a la semana en el hombre y hasta 13 en la mujer. Por su parte se habla de consumo de riesgo cuando la ingesta semanal de alcohol es superior a 28 unidades en el varón y 16 en la mujer.

El riesgo de complicaciones asociado al consumo de alcohol es particularmente importante en el caso de las mujeres embarazadas. Junto con el mayor riesgo de abortos espontáneos, el alcohol puede ocasionar una serie malformaciones congénitas, la más grave de las cuales es el síndrome alcohólico fetal. Los niños que nacen con este síndrome presentan problemas de aprendizaje y de conducta que se mantienen de por vida. Así mismo, también pueden presentar una diversidad de anomalías físicas. Se desconoce la cantidad de alcohol que puede producir estos defectos congénitos, por lo que es aconsejable evitar cualquier consumo de alcohol durante el embarazo, particularmente durante el primer trimestre.

¿A qué equivale una unidad de alcohol?
Es útil conocer la cantidad de alcohol puro que contiene cada bebida.

Habitualmente se miden en Unidades de Bebida Estándar, cada una de las cuales equivale a 10 gramos de alcohol. Una unidad de alcohol equivale a un vaso o una copa de vino (de unos 100 ml), una caña de cerveza (200 ml) de graduación media, un carajillo, o un aperitivo de jerez o vermú (de unos 50 ml). Una botella de litro de cerveza equivale a unas 10 unidades, mientras que una botella de vino corresponde a unas 7 unidades. Por su parte, un combinado con ron, ginebra o whisky contiene entre 2 y 4 unidades en función de lo cargado que se sirva.

A veces es útil pensar más en términos de consumo diario en vez de semanal. Los hombres que sistemáticamente beben más de cuatro unidades diarias y las mujeres que consumen más de dos o tres unidades de alcohol la mayoría de días están bebiendo en niveles de riesgo.
Controlo lo que bebo, por lo tanto, no tengo problemas, ¿no es así?

Si una persona consume una cantidad elevada de alcohol durante un período de tiempo prolongado, desarrollará tolerancia a los efectos del alcohol. Esto significa que necesita beber cada vez mayores cantidades de alcohol para experimentar los mismos efectos. Ser capaz de beber grandes cantidades antes de sentirse borracho puede que no parezca un problema, pero puede ser la primera señal de alarma.

Con el consumo prolongado de cantidades excesivas de alcohol las señales naturales del cuerpo que avisan cuando se ha estado bebiendo demasiado se vuelven menos eficaces. Con ello se tiende a ingerir más alcohol aumentando el riesgo de provocarse daños graves.

La tolerancia al alcohol podría compararse con una falta de la capacidad para sentir el dolor. Si una persona no siente dolor, no retira inmediatamente la mano si la coloca sobre el fuego y no se da cuenta de que se quema hasta que es demasiado tarde.

¿Cómo se puede reducir el consumo de alcohol?
Hay muchas maneras de ayudarse a dejar de beber. Una persona que bebe demasiado puede sentir que le es imposible reducir su consumo de alcohol. Si el hábito de beber ha sido demasiado intenso y prolongado, puede ser difícil reducir el consumo, en parte porque siempre es difícil cambiar los hábitos. La persona puede incluso no estar convencida de si desea o no dejar de beber. Por ello puede ser útil reducir el consumo de riesgo a niveles de consumo más seguros como fase previa a alcanzar la abstinencia total que debe ser la meta a alcanzar cuando exista una adicción al alcohol.

Cómo reducir el consumo de alcohol paso a paso
Mantenga un registro, ya sea diario o semanal, de todo el consumo de alcohol.
Piense en la forma de hacer más fácil la reducción del consumo de alcohol. Alguna de las siguientes recomendaciones pueden serle útiles:

  • Dejar de beber alcohol durante la semana, o los días laborales.
  • No mantener alcohol en casa.
  • Sustituir la segunda bebida por agua, cerveza sin alcohol, café o un refresco.
  • Coger otro camino desde el trabajo, para evitar la tentación de entrar en un bar.
  • Sustituir bebidas de alta graduación por otras de menor contenido de alcohol.
  • Empezar a beber más tarde para tomar menos consumiciones.
  • Visitar a la familia en vez de beber con los amigos.
  • Buscar otras maneras de emplear el tiempo libre.

Esta lista, que podría ser mucho más larga, debe adaptarse a las necesidades y características de cada persona y debe incluir todas las posibilidades realistas. Ponga en práctica estas u otras sugerencias y evalúe el progreso con un amigo o una persona allegada.

¿Qué ocurre si no puedo reducir el consumo de alcohol por mí mismo?
Puede ser difícil para una persona reducir el consumo de alcohol sin ayuda exterior y existen varios lugares en los que es posible obtener ayuda y tratamiento. El médico realizará en la mayoría de casos la evaluación y podrá remitir al paciente a los servicios especializados. En todas las comunidades autónomas existen centros especializados para el tratamiento de los pacientes adictos al alcohol. El tratamiento debe adaptarse a las necesidades de cada persona y a menudo es necesario incluir a otros miembros de la familia.

¿Qué ocurre si padezco síndrome de abstinencia fuerte si intento reducir el consumo de alcohol?
La decisión de reducir el consumo de alcohol es complicada y no existe ninguna razón para hacer las cosas más difíciles. El síndrome de abstinencia, caracterizado por temblores de manos, sudor, náuseas o vómitos, insomnio, o incluso de síntomas más graves, deben ser tratados con medicación y siempre con supervisión de un médico.

Dra. Annette Sogard Nielsen, especialista en Psiquiatría, Dr. Palle Peters.
Especialista en Psiquiatría y Dr. Dan Rutherford, médico general
Revisado por Dr. José Martínez Raga, Especialista en Psiquiatría.
Última revisión 01.09.2003

FUENTE: NETDoctor
http://www.netdoctor.es/html/000396.html