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Última actualización [10/04/2005]



Aumenta el consumo y no hay recursos para prevenir




Matías Giqueaux y Mauricio Galarza

En el país (Uruguay), y en nuestra ciudad cada vez se consumen más sustancias adictivas, mientras que los recursos destinados a las tareas de prevención caen en picada. ¿Cuál es el rol de la comunidad frente a esta problemática?

Lo que no hace mucho tiempo era patrimonio de grandes centros urbanos, hoy golpea las puertas de todas las localidades y genera conflictos de los que Concepción del Uruguay ya no es ajena. La problemática de las adicciones también afecta a nuestra comunidad. En muchas ocasiones se usan drogas (legales o ilegales) como una manera artificial de resolver problemas, pero en general, llegar a consumir puede deberse a causas múltiples. Lo cierto es que cada vez son más las personas que convierten a las drogas en ejes sus vidas hasta volverse esclavos de ellas.

La realidad del consumo de sustancias en nuestra ciudad no difiere de lo que está pasando en la provincia y el país. El problema más serio que se debe afrontar es el elevado consumo de alcohol y tabaco. El Programa de Prevención de Adicciones de la Facultad de Ciencias de la Salud (UNER) desarrolló una encuesta a 458 alumnos de colegios secundarios locales en el año 2002 de la cual surgieron cifras demostrativas: antes de los 15 años, el 65 por ciento de los chicos ya había probado la cerveza y la mitad había fumado cigarrillos. Actualmente se está realizando una nueva encuesta en el mismo campo, y es seguro que el porcentaje será más elevado.

Pero la preocupación de autoridades y especialistas pasa porque también está subiendo el consumo de sustancias ilegales: aquí la marihuana va a la cabeza de la lista, especialmente entre los jóvenes. En orden de importancia aparece luego un alto índice de fármacos automedicados, donde ya son los adultos los principales consumidores.

Prácticas cotidianas
“El problema más serio del consumo de marihuana es que se está naturalizando la práctica y esto tiene que ver con el aumento de la tolerancia social. La sociedad está aceptando como normal algunas prácticas cotidianas que son nocivas para la salud y esto es un punto de riesgo que hay que revisar”, señaló el licenciado Mario Sarli, psicólogo de la Red Federal de Capacitación Docente Continua que estuvo en nuestra ciudad a la cabeza del proyecto de capacitación en el área de prevención de las adicciones que se está desarrollando en tres ciudades de la provincia: Paraná, Concordia y Concepción del Uruguay. El profesional destacó que el ámbito educativo es un lugar fuerte donde se pueden desplegar trabajos profundos porque abarca colectivos muy comprometidos: jóvenes y padres. “Es una zona privilegiada para hacer prevención, pero también tenemos que pensar que existen muchos jóvenes que no concurren a las escuelas, por lo que también hay que trabajar en los barrios, generar intercambios para motivar un vuelco hacia los ámbitos de contención”, agregó.

Bajos recursos
En Concepción del Uruguay hay varias instituciones que trabajan y abordan el tema de la drogadicción, por lo que hay una diversidad de discursos, y también de enfoques a esta problemática. Alcohólicos Anónimos, Instituto del Prado, Proyecto Prevención de Adicciones, la Facultad de Ciencias de la Salud (UNER) y el Centro de Orientación en Drogadependencias son algunas de ellas. Una crítica que suelen hacer todos, es que muchas veces se nota la falta de una puesta en común, “de tirar todos para el mismo lado” y consensuar acciones y actividades.

Aquí surge un segundo problema: la falta de recursos y de personal para trabajar. Un ejemplo que pinta el panorama por venir es que el presupuesto destinado a la Secretaria de Programación para la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) es cada vez menor. En 1994 disponía de 25,5 millones de pesos, esa cifra se redujo a 11 millones en este 2004. Y, por si fuera poco, en la página Web del ministerio de Economía se adelanta que para el año próximo el presupuesto será de 10.372.500 pesos. Así y todo el organismo promete que para fines de este año habrá nuevas estadísticas a nivel nacional. Las que no serán para nada alentadoras.

La situación en Entre Ríos
El Estado provincial ha comenzado lentamente a tomar intervención en ámbitos que durante muchos años dejó en manos del mercado y su libre albedrío: ya son varias las ciudades que se han puesto firmes en la venta y consumo de alcohol. Esto es polémico y genera discusiones, pero no hay que perder de vista que se trata de un problema serio que por el momento trata en forma independiente y aislada cada Municipio.

La Calle dialogó con José Luis Cian, jefe del Departamento Provincial de Prevención y Asistencia de Conductas Adictivas del Ministerio de Salud y Acción Social. Cian afirmó que el gobierno tiene intenciones de apoyar las iniciativas que trabajen sobre esta problemática a partir de una política de estado de promover espacios de participación en la comunidad y en las instituciones.

“Se está estableciendo dentro de la provincia un espacio de atención ambulatoria gratuita para las personas que quieran atención, diagnóstico o tratamiento referidos a la droga y también estamos implementando programas de capacitación para agentes de salud”, señaló.

Cian también es el representante en Entre Ríos de la Sedronar, por lo que participa en consejos federales que se están realizando con la intención de definir una política nacional de acción. Pero el funcionario coincidió en que la falta de datos y trabajos de campo que tengan continuidad dificultan la tarea preventiva en la provincia.

La punta del iceberg
El uso indebido de drogas es un debate central que afecta directamente a otras cuestiones: la salud, la seguridad, el bienestar social. Las drogas son la punta del iceberg, siendo tardío e insuficiente mirar sólo el efecto sin atender factores que atañen lo personal, familiar, institucional y social.
En los fundamentos del doctor Fernando Navajas para la creación del Centro de Orientación en Drogadependencias, consideraba prioritario crear en la ciudad un espacio donde brindar en forma gratuita contención básica profesional a todas aquellas personas y sus familias con problemas de drogadependencias.

El proyecto era ambicioso ya que proponía un modelo de prevención, tratamiento, investigación y capacitación del uso indebido de drogas apuntando a la detección precoz, el asesoramiento, la orientación adecuada y la asistencia en el marco de la promoción de la salud.

Hoy la lucha contra la drogadependencia en nuestra ciudad como en todo el país, choca con la falta de recursos materiales y humanos para poder desarrollarla con la intensidad que requiere. Los instrumentos tradicionales de prevención y asistencia parecen fallar o resultan insuficientes ante el creciente consumo en la sociedad.

Así las cosas, la problemática se ha instaurado en el seno de la comunidad y, lo que es seguro, no tendrá soluciones milagrosas.

Por el humo y el alcohol
Las personas consultadas coinciden en que uno de los puntos claves a tener en cuenta es el abuso del consumo de alcohol y tabaco. Cuando uno dice droga, de inmediato aparece la representación social de las sustancias ilegales, y se olvida de las legales, que son las que más se consumen y tienen sus consecuencias graves: el cigarrillo trae problemas a largo plazo y es una causa de muerte inevitable.

Lo mismo pasa con el alcohol al cual se le agrega consecuencias directas en el corto plazo: violencia, inseguridad, accidentes de tránsito, embarazos no planificados. Está tan instalada la práctica de consumo que la sociedad lo atiende como si se hablara de tomar agua, pero los daños y los efectos sanitarios son graves.

Faltan datos
No existen estadísticas oficiales sobre el consumo de drogas en la provincia de Entre Ríos. Actualmente se están esperando los resultados de una encuesta que la SEDRONAR realizó a través del INDEC y que será publicada en los primeros días de noviembre. Pero se trata de una muestra nacional, y en Entre Ríos se consultó solamente Paraná y Concordia. Desde ya podemos decir que los números van a mostrar un aumento en lo que hace el consumo de sustancias adictivas con respecto a una encuesta similar realizada en 1999 por el mismo organismo.

La familia y la comunicación
Cuando uno sospecha si su hijo consume o surgen estas dudas y cuestiones que suelen aparecer en la adolescencia, siempre lo ideal es que haya en la familia una buena comunicación a través de la cual se puede saber si el chico está bien o está mal, si está contento o triste. Entendiendo a la comunicación como un proceso de intercambio, de ida y vuelta (no el de un emisor parado en su lugar de poder gritando su verdad y donde el otro no puede opinar) es un diálogo necesario y difícil que se va a dar en la medida que se apague la televisión un rato, porque un punto de encuentro, como la comida, está cada vez más invadido por la TV, y la mesa es un buen lugar para que la familia se reúna, se mire a los ojos y se cuente sus cosas. Después, si en el momento de la comunicación surge que su hijo consume, el paso a seguir es consultar con un profesional, pero evitar emitir juicios previos ni señalar con el dedo en forma acusatoria. Ya está, hay que producir cosas desde otro lado

FUENTE: Diario La Calle/Uruguay/Drogadependencia
http://www.lacalle-online.com/noticias.php?id=40108&seccion=1