Estadísticas

Última actualización [27/09/2004]



Informe de control de alcoholemia 2003



Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires

El objetivo del siguiente informe es exponer los resultados de los operativos de alcoholemia realizados durante el año 2003, a cargo de la Dirección General de Seguridad Vial. El período analizado es el comprendido entre el 1 de Enero y el 30 de Diciembre del 2003.

Si bien es cierto que la cantidad y la gravedad de los incidentes de tránsito responden a un fenómeno policausal, puesto que intervienen tanto aspectos estructurales como humanos, las estadísticas expresan que más del 90% de los choques se deben a fallas humanas, razón por la cual, al menos un 90% de los incidentes son prevenibles. En Argentina, más allá de otro tipo de causas, gran parte de los problemas, incluidos los de tránsito tienen importantes raíces culturales. Es decir, están relacionados con ciertos valores, creencias, normas y hábitos arraigados en nuestra sociedad. Junto con los rasgos positivos de nuestra cultura, existen otros que funcionan como obstáculos para el progreso de la sociedad. ¿Cuáles son esos fenómenos culturales que están en la base de muchos de nuestros problemas, y particularmente aquellos vinculados al tránsito?

1) Una forma extrema de individualismo, la mentalidad del “sálvese quien pueda”;

2) La desconfianza interpersonal;

3) La anomia, entendida tanto como la desintegración de los lazos sociales y de solidaridad, como el no cumplimiento de las reglas básicas que regulan los procesos sociales;

4) Una ética de trabajo atravesada por ese concepto popular de “viveza criolla”, como filosofía de progresar siguiendo la línea del menor esfuerzo e ignorando normas, y la consideración hacia los demás;

5) El hábito de trasladar la responsabilidad al otro, el concepto de que “la culpa de todos nuestros problemas lo tiene el otro”.

Los valores culturales no son inmodificables. En efecto, tanto la instancia estatal como la misma comunidad son estructuras que pueden propiciar los cambios culturales adecuados. Un gran síntoma de madurez cívica son los controles informales, las del amigo o transeúnte, acciones que estimulan y extienden el cambio cultural, generado por la misma sociedad. En cuanto a la autoridad legal, su función es promover esos cambios, estimular el aprendizaje social. ¿Cómo lo hace? A través de la educación (tanto formal como informal), del control y la sanción.

En ese sentido, puesto que el tránsito constituye un espacio de interacción social, donde circulan los valores y las actitudes que atraviesan y modelan el cuerpo social, refleja una característica central de esta sociedad: la tendencia anómica. Se trata de un tipo específico de anomia que muestra como singularidad el hecho de que no haya beneficiarios ni conspiradores para su génesis y mantenimiento. Como espacio de interacción social, el tránsito se revela como un ámbito donde se hacen visibles los valores sociales disvaliosos, aquellos que propician el debilitamiento de los vínculos sociales.

Teniendo en cuenta esa realidad, la Dirección General de Seguridad Vial incorporó un cambio radical de paradigma para abordar el problema y producir políticas. En efecto, la gestión iniciada a fines del 2000 adoptó un enfoque que apuntaba tanto a la prevención y al control específico en el tránsito, como a la concientización del ciudadano en lo referente al cumplimiento de las normas, condición vital para alcanzar la armonía social.

La Dirección, desde un principio, ha intentado a través de controles y campañas publicitarias persuadir a los ciudadanos de la relevancia de las conductas individuales en la comunidad: “Mi conducta” debe ser responsable en el tránsito y cumplir la ley porque afecta y condiciona la conducta de los demás. El objetivo último de la Dirección consiste en promocionar la idea de “bien público” y “bien común” en un ámbito específico: el sistema de tránsito. Consideramos el Sistema como un todo conformado por elementos interrelacionados: conductores, ciclistas, peatones. Por lo tanto, la acciones previstas han estado orientadas a modificar la totalidad del Sistema, si bien las acciones específicas se focalizan en los diferentes elementos que lo conforman.

La conducta anómica que predomina en el tránsito tiene su correlato material en la cantidad de víctimas fatales en los incidentes. Si bien es cierto que la cantidad de muertes en los incidentes está disminuyendo desde 2001, resultado de acertadas políticas de seguridad vial y de tránsito, las cifras no dejan de ser preocupantes.

Continuará. la próxima semana.........................

FUENTE: Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina.
Dirección General de Seguridad Vial
http://www.buenosaires.gov.ar/