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Última actualización [04/07/2004]



Prevención y no represión del uso de alcohol y otras drogas dentro de la empresa.




Según Estadísticas de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) de 15% a 20% trabajadores son consumidores de alcohol y drogas dentro de las empresas de habla hispana, incluyendo España, Chile y desde luego México. Existen países y empresas donde éste tema es tan sensible, que su cultura de prevención los hace ser enérgicos y proactivos ante este problema, no así en México donde la educación, cultura e idiosincrasia es propia de una nación en subdesarrollo.

En el caso de España se cita que el país pierde aproximadamente 6 mil millones de dólares al año como consecuencia de los accidentes de trabajo derivados del consumo de drogas. En 1998 se demostró que el 30% de los varones y el 20% de las mujeres habían resultado positivos los exámenes antidoping para detectar consumo de drogas tanto legales como ilegales.

Por el contrario trabajadores de países desarrollados proponen y exigen a las empresas así como las autoridades empresariales una serie de acciones en las que se destaca la información y formación del colectivo laboral sobre el fenómeno de las drogas y alcoholismo, sus consecuencias, orientación de centros especializados para ellos, sus familias, apoyo dentro y fuera de la empresa para consumidores.

Existen varias razones que justifican el uso de modelos de prevención en materia de drogas dentro de la empresa. La más importante es la elevada existencia de consumidores de alcohol y otras drogas dentro del ámbito laboral, con su consecuente repercusión en la salud y bienestar del empleado dentro del sistema productivo.

Otras razones para justificar una intervención oportuna en categoría de prevención, es el hecho de que dentro del espacio laboral los trabajadores conviven durante muy largos períodos, sometidos a estrés y a cargas insatisfactorias de encierro y rutinas, que los hace más susceptibles de caer en condiciones emocionales adversas que a su vez podrían conducir a conductas adictivas.

La misma OIT destaca que el desarrollo de distintos programas de prevención de carácter asistencial son rentables a la empresa no solo desde el punto de vista social, sino económico, reportando los siguientes beneficios:

· Mejora el clima laboral con reducción de medidas disciplinarias.
· Disminuye el nivel de ausentismo.
· Reducción de los períodos de incapacidades solicitadas al servicio médico.
· Reducción de los siniestros dentro de la empresa.
· Reducción de los niveles de conflictos con mandos y compañeros.
· Reducción del riesgo de contraer enfermedades relacionadas con el alcohol y uso de drogas.
· Retraso en el deterioro de materiales y herramientas.
· Aumento de los índices de productividad.

El caso de España resulta representativo y bien conocido dentro del mundo empresarial el ejemplo el hecho de que cada peseta invertida en un programa de prevención de uso de alcohol y otras drogas produjo un ahorro entre 12 y 15 pesetas. General Motors Corporation ahorra a la empresa 4.625 millones cada año, mientras United Airlines estima el beneficio de cada peseta invertida en 16,95 en su programa de prevención ante al alcohol y otras drogas, reportándose éstos datos a principios del año 2000.

Los programas de prevención han mostrado su éxito estadísticamente significativo, cuando la información y la formación ha sustituido la represión y la “cacería de brujas”. Los ambientes autoritarios, punitivos, represivos y persecutorios, generan paradójicamente más consumo en los empleados por la carga de angustia, miedo y enojo que esto despierta, lejos del ambiente de apoyo, para la enfermedad adictiva del trabajador.

Los programas de prevención que han resultado efectivos, y que han ayudado al empleado así como a su familia a contemplan:

· Información especializada tanto al empleado como a su familia acerca de la adicción como enfermedad crónica, curable y tratable.
Detección de problemas familiares asociados al consumo de alcohol y otras drogas.
· Manejo de dificultades de expresión abierta y constructiva de ideas y sentimientos.
· Análisis de situaciones de riesgo de consumo dentro de la empresa y dentro de la familia.
· Elaboración de dinámicas que ayuden a consolidar las relaciones de trabajo positivas.
· Formular políticas y diseñar estrategias de prevención de acuerdo a las características específicas de la empresa.

· Definición de pautas en el manejo de situaciones laborales ligadas al consumo de alcohol y otras drogas.
· Integración de los empleados en torno a estrategias preventivas, educativas y recreativas que promuevan estilos de vida saludables libres de alcohol y drogas.
· Ofrecer estrategias a manera de conferencias, talleres, entrevistas, material didáctico que apoye la prevención en cuestión.

A manera de conclusión, cabe señalar que con la implementación de programas de prevención como el previamente descrito, se coadyuva a reducir los porcentajes de consumo de forma significativa, al igual que el aumento de la productividad y rentabilidad de la empresa. La literatura especializada ha descrito que un tercio de los trabajadores hospitalizados por accidentes de trabajo han consumido algún tipo de droga dentro de las 48 horas previas.

Se estima que 17 trabajadores de cada cien han consumido algún tipo de droga. Un trabajador que consume es un 70% menos productivo a causa de la adicción, por lo que la implementación de programas de prevención y no de represión, resulta una muy buena inversión para las empresas con un muy buen dividendo tanto para los empleados como para la organización.

Fuente: http://www.ameri.com.mx/apartados/articulos/art291003/drugs.htm