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Última actualización [02/05/2004]



Bebedores moderados: un 32% menos de ataques cardiacos



El consumo moderado de alcohol no sólo ayuda a prevenir los males cardíacos sino que también disminuye los riesgos para personas que ya han sufrido un ataque al corazón, según un nuevo estudio del que informa la agencia Efe. Los investigadores del Centro Médico Beth Israel Deaconess, de Boston (Massachusetts), en un artículo que publica esta semana la revista ''Journal of the American Medical Association'', dan cuenta de que quienes beben de forma moderada tienen un 32% menos de riesgo de morir de un ataque cardiaco que quienes no beben.

Por consumo moderado, los investigadores, tanto para hombres como para mujeres, consideraron tomar por lo menos siete vasos por semana, en comparación con la media, que es de 14 por semana. También tuvieron en cuenta de qué bebida se trate porque no todas tienen el mismo contenido de alcohol. Por eso, para este estudio, los investigadores midieron los gramos de alcohol consumidos por una persona en una semana promedio. Luego dividieron la cifra de gramos por 15, porque habían definido un trago como equivalente a 15 gramos de alcohol (que equivalen a 120 centilitros de vino, aproximadamente), y así determinaron cuántos tragos bebió cada persona en una semana promedio. Los que tomaron menos de siete tragos por semana, y que casi ni merecen llamarse bebedores ligeros, mostraron una reducción del 21% en el riesgo de morir de ataque cardíaco.


Kenneth Mukamal, autor principal del estudio, dijo que éste "no responde a la pregunta de si el alcohol es bueno para su salud". "En el caso de los bebedores moderados, estas conclusiones son coherentes con un riesgo más bajo de muerte debido a un consumo limitado de alcohol", agregó. "Pero no sabemos si las personas que no eran bebedoras también mostrarían una disminución de los riesgos después que empezaran a beber alcohol".


El estudio se realizó en 45 hospitales de Estados Unidos, entre 1989 y 1994, entre 1.913 personas hospitalizadas después que sufrieron un ataque cardíaco. El 47% de los sujetos en el estudio no bebía alcohol, el 36% eran "bebedores ligeros" y el 17% eran bebedores moderados.


Los investigadores hicieron el seguimiento de los participantes en el estudio después de unos cuatro años y registraron las muertes de pacientes, de los que al 1 de enero de 1996 habían fallecido 317. Los investigadores determinaron que el 17% de los no bebedores había muerto por causas relacionadas con males cardiovasculares, mientras que entre los bebedores ligeros y moderados las tasas de mortalidad por causas cardiovasculares fueron, respectivamente, del 9 y el 7%.


Mukamal dijo que no se detectó una diferencia sustancial en las tasas de supervivencia entre los bebedores moderados que tomaron, principalmente, cerveza, vino o licores.


Otros estudios han vinculado el vino tinto con un riesgo menor de enfermedad coronaria, por lo que algunos científicos han especulado que sea un compuesto químico en la uva con la que se hace ese vino puedas ser el que tiene efecto preventivo, y no el alcohol.


Estudio de FIVIN


Por otra parte, beber vino con moderación puede reducir entre un 40 y un 50% el riesgo de sufrir cardiopatía isquémica, según datos de la Asociación Norteamericana de Cardiología (American Heart Association, AHA) expuestos en Madrid por el doctor Antonio Salgado, coordinador científico de la Fundación para la Investigación Vino y la Nutrición (FIVIN).


Según informa Europa Press, Salgado ha explicado que el vino parece tener un mayor efecto protector porque reúne los efectos beneficiosos de los componentes del vino, principalmente los polifenoles. Añadió que las personas que toman una o dos unidades de vino al día registran una mortandad un 20% menor que los restantes grupos de población.


El coordinador científico de FIVIN aseguró que el menor riesgo de enfermedad cardiovascular que presentan los bebedores moderados de vino está relacionado, entre otros factores, con una reducción del LDL-colesterol ("colesterol malo") y de su capacidad de oxidación, una reducción de la capacidad de agregación plaquetaria y un aumento de la actividad fibrinolítica y antitrombina.


Asimismo, Salgado subrayó que alguno de los componentes del vino tiene propiedades anticancerígenas, como el resveratrol, que ha demostrado poseer una actividad quimioprotectora al inhibir la iniciación, promoción y progresión de determinados tumores.


Por su parte, la doctora Karla Slowing, del Departamento de Farmacología de la Universidad Complutense de Madrid, hizo hincapié en que el vino se elabore según un estricto control de calidad que se inicie en el mismo proceso de recogida y fermentación.


FIVIN, desde su creación en 1992,orienta sus actividades a valorar los posibles efectos protectores del consumo moderado de vino y cava en nuestro organismo y sobre la salud humana desde un punto de vista médico. Por ello realiza un trabajo continuado de investigación y recopilación sobre vino y salud, bajo la supervisión de un comité científico formado por médicos, técnicos en salud y nutrición, enólogos, etcétera, de reconocido prestigio nacional e internacional.


No se puede ignorar, pese a lo anteriormente afirmado, que la AHA no se ha mostrado tan entusiasta sobre el vino como indica Salgado. En su resumen de asesoramiento (''advisory'') a los médicos publicado en enero pasado en la revista ''Circulation'', la AHA indica que hay pruebas estadísticas interesantes sobre la relación vino/salud, pero que sigue siendo preferible recetar otros estilos de vida de menos riesgo (alimentación con verduras, etcétera) a los pacientes. Pese a todo, el tono no era tan negativo como en el pasado, y el American Wine Institute hizo pública una nota de respaldo a la postura de la AHA.

Fuente: http://elmundovino.elmundo.es/elmundovino/noticia.html?vi_seccion=1&vs_fecha=200104&vs_noticia=987459341