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Última actualización [13/03/2009]



Los adolescentes no dejan de tomar para manejar, lo que causa una alto nivel de muertes por esta causa


MEXICO

Comienzo esta columna diciendo que no soy abstemio. Tampoco puritano. Pero los estragos que está causando el consumo inmoderado de alcohol en nuestro país, deben ser evaluados con lupa -tanto por el gobierno como por la sociedad- pues machismos hombres y, recientemente, mujeres en plena juventud, están siendo afectados.

 

Según estadísticas dadas a conocer por el Consejo Nacional de Prevención de Accidentes, cada año mueren en el país cerca de 15 mil jóvenes de entre 14 y 29 años por accidentes de tránsito y actos relacionados con el alcohol; un promedio de 41 jóvenes, diariamente, fallecen por haberse pasado de copas y combinarlas -como decía un anuncio- con el volante.

 

El problema, como se puede ver aún a vista de pájaro, es muy grave. No existe otra causa de mortandad en la juventud mexicana más acusada que la del alcohol y la velocidad. Son constantes las fotos de los periódicos que nos muestran automóviles hechos pedazos en las calles y avenidas de las principales ciudades del país. Y, en honor a la verdad, hemos hecho muy poco para enfrentar este problema que cobra tantas vidas.

 

Desde luego, la primera medida de protección se debe tener en casa. Los padres de familia tenemos que educar con el ejemplo en la moderación y el consumo equilibrado de todo tipo de productos, el alcohol incluido. La educación en el autocontrol es básica para construir una juventud sana. Medida y equilibrio, el "tanto cuanto" de la recta razón. En una fiesta se puede tomar una copa, dos no. Menos si se va a conducir de regreso.

 

Segundo tema: la regulación de los horarios y de la venta de alcohol en los centros nocturnos, hoy denominados "antros". Ahí sí que interviene la autoridad y la conciencia social de los dueños de los locales de diversión. Habría que extender el programa "Yo manejo, hoy me toca", puesto en práctica en Querétaro a toda la República. En él hay un conductor designado al que se le da brazalete VIP y bebidas no alcohólicas, gratuitas. Luego, él tiene que llevar a sus amigos a casa.

 

Como siempre, hay que eliminar la corrupción. Los inspectores de Salud tienen que estar presentes; las autoridades gubernamentales deben proteger a la población aún a costa de aparecer como "represoras" de la libertad. Las pruebas del alcoholímetro funcionan, pero más habrá de funcionar una familia, un negocio, una autoridad que velen y trabajen, entre todos, por el bien de todos.

 

Finalmente, inculcarles a los jóvenes el sentido de responsabilidad personal y social, pero hace falta sembrar la semilla desde la familia.

 

FUENTE:
 Esmas/Salud

http://www.esmas.com/salud/home/noticiashoy/578357.html